El fútbol femenino está en un continuo avance hacia la igualdad. Su evolución desde el Mundial de 2019 así lo demuestra, apareciendo hasta las primeras botas diseñadas por y para mujeres. Esta cita mundialista en Nueva Zelanda promete alcanzar fronteras nunca antes vistas, dándole la relevancia que merece. Tanto es así que ya no solo el foco recae en las futbolistas, sino que esa luz baña a todas las que están en el terreno de juego. Las colegiadas ganan mayor relevancia, y esta Copa del Mundo puede ser la que las coloque al nivel que merecen. O, al menos, eso es lo que comenta la trencilla Anahí Fernández en una entrevista: «La mujer está ganando terreno en las competencias masculinas«.
💪 Desdibujando las barreras en el Mundial
Y es que el arbitraje tiene la capacidad de desdibujar las barreras entre un género y otro. No tiene sentido que el colegiado encargado del buen desarrollo del encuentro sea elegido por esto, por lo que poco a poco se va derribando ese techo de cristal. Anahí Fernández apunta a eso mismo, pues ella es la viva imagen de la superación. Comenzó en el arbitraje hace relativamente poco, sin tener ni idea de fútbol, y este verano es una de las más de 30 árbitras que estarán en el Mundial de Nueva Zelanda. Es el mejor ejemplo de que el talento borra las diferencias en el trato, comenzando desde abajo para escalar hacia lo más alto.
Ahí radica la importancia de seguir formando y apostando por el fútbol femenino. La mayor visibilidad adquirida hace que, poco a poco, se vayan normalizando situaciones que nunca se debieron ver como extrañas. Este Mundial de Nueva Zelanda es un paso más en su formación, siendo el siguiente paso hacia delante tras haber representación femenina entre los colegiados de Qatar 2022. El cielo sigue siendo el límite.