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Catar 2022: mucho más VAR que en el Mundial de Rusia

La larga experiencia ya acumulada en los últimos años acerca de la aplicación del VAR en torneos nacionales e internacionales permite seguramente extraer importantes conclusiones, pero sobre todo una: el VAR no va a acabar con la polémica arbitral. Por añadidura, el Mundial de Catar probablemente intensificará esta generalizada percepción, una vez que haya concluido, en lugar de moderarla.

Lo más curioso es que el debate más áspero que se ha generado en la fase de grupos de Catar 2022 —más allá de los dos penaltis pitados a Argentina, el concedido a Cristiano, el de Lewandowski, el primer gol anulado a Ecuador frente a Catar, etc.— no ha surgido de cambios en las decisiones de un árbitro tras la intervención del VAR, sino de una intervención del VAR que no hizo que el árbitro cambiara su opinión y de una intervención del VAR… que no fue. Sí, el lector lo ha adivinado: las dos ocurrieron en el partido Uruguay-Ghana y fueron decisivas no solo para el resultado del encuentro, sino para que la Celeste no pudiera pasar a octavos.

Con toda seguridad, no ayudó a mitigar la agria polémica el gesto de suficiencia que el colegiado alemán, Daniel Siebert, hizo tras la primera jugada, determinando con su mímica que Daniel Amartey había tocado el balón antes de derribar a Darwin Núñez —la repetición en vídeo muestra claramente que el defensor africano no llega a tocar el esférico—; ni tampoco lo hizo que ni el VAR ni el colegiado quisieran revisar la segunda, en la que Cavani parecer resultar atropellado por el ghanés Seidu.

El caso es que estas, sobre todo, y otras jugadas relevantes seguramente arruinarán el posible efecto benéfico que la estadística global del Mundial podría haber tenido sobre la apreciación del papel del VAR. En efecto, es más que probable que esa estadística muestre al final que, en un abrumador porcentaje de los casos, la intervención del VAR ayudó a que hubiera más justicia sobre el césped. Sin embargo, es poco probable que esta estadística consuele a Luis Suárez, a Fede Valverde o a José María Giménez…

Una intervención del VAR por partido

Y lo cierto es que los datos finales de Catar 2022 seguramente serán muy fiables desde el punto de vista estadístico, porque el número de casos será elevado. Desde luego, mucho más elevado que en Rusia 2018. En aquel Mundial, el primero en el que se utilizó el VAR, este intervino 21 veces en 64 partidos, lo que hace una vez cada tres encuentros. Pues bien, solo en la mitad de los partidos, el VAR ha intervenido en Catar nada menos que 29 veces; es decir, casi una por partido.

De esas 29 ocasiones, las relativas a penaltis y goles han ido a la par: 15 en el primer caso y 13 en el segundo. La intervención restante consistió en el cambio de una tarjera amarilla por una roja.

Un detalle curioso es que, al menos por el momento, en el caso de las penas máximas han valido un poco más para que se pitara finalmente un penalti que para que no se concediera. Nueve frente a seis. Por el contrario, el balance se desequilibra de manera muy acentuada en lo que se refiere a los goles: el VAR ha contribuido a que diez no subieran al marcador y solo a que tres sí lo hicieran.

¿Y por países? En esta primera ronda, Bélgica es la selección que ha registrado más intervenciones del VAR, con cinco; de ellas, cuatro le favorecieron y una, em cambio, no. A continuación, Argentina, Arabia Saudita y Ghana tuvieron cuatro intervenciones del VAR, con “empate” en el caso de la primera y tres-uno a favor en el caso de las otras dos.

¿Y Uruguay? Pues, lo que son las cosas. Es la selección que registra un peor balance. El VAR no ha intervenido nunca a su favor y sí lo ha hecho tres veces en contra. Bueno, cuatro, si le sumamos la no-intervención en el reclamado penalti a de Seidu a Cavani que ni Daniel Siebert ni el VAR quisieron revisar…

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