La UEFA ha echado tierra sobre el asunto y las aguas no llegarán al río, pero el incidente no termina de quedar claro.
Szymon Marciniak, árbitro designado para pitar la final de la Champions League entre el Manchester City y el Inter que se celebrará el próximo miércoles en el Estadio Olímpico Atatürk de Estambul, participó el pasado día 29 de mayo en un acto público organizado por Konfederacja Wolność i Niepodległość (Confederación Libertad e Independencia), una coalición de partidos polacos de ultraderecha.
La coalición está co-presidida por Slawomir Mentzen, un político que resumió su ideario, poco antes de las elecciones al Parlamento Europeo de 2019, en muy pocas palabras y con extraordinaria claridad: “No queremos ni judíos, ni homosexuales, ni derecho al aborto, ni impuestos, ni Unión Europea”.
Konfederacja organizó un acto público en la fecha antes citada, bajo el título de “Everest”, en el que tuvo destacada presencia Marciniak. Enterada de ello, Never Again, una organización cuyo objetivo es promover el entendimiento multicultural y el desarrollo de una sociedad civil democrática en Polonia, trasladó una energética protesta a la UEFA.
El destino de su denuncia no era casual ni arbitrario, puesto que Never Again es miembro de FARE (Football Against Racism in Europe), una red de organizaciones creada en 1999 que lucha contra la discriminación racial en el fútbol europeo y que cuenta precisamente con el apoyo expreso de la Comisión Europea, la FIFA y la UEFA.
Marciniak afirma que fue engañado
Por ello, la UEFA no ha tenido más remedio que entrar en el asunto y poner en marcha una investigació. De acuerdo con un comunicado que ha hecho público recientemente, se ha tomado la acusación “con la máxima seriedad”, en nombre propio y de toda la comunidad futbolística, “ya que rechazamos inequívocamente los valores promovidos por un grupo vinculado a ese acto”.
Como fruto de la investigación iniciada por la UEFA, Marciniak ha tenido que hacer también un comunicado público, de notable extensión, en el que asegura que “tras la reflexión e investigación llevada a cabo, se ha hecho evidente que me engañaron gravemente y que desconocía por completo la verdadera naturaleza y afiliación del acto en cuestión. No sabía que estaba asociado a un movimiento polaco de extrema derecha. De haberlo sabido, habría rechazado categóricamente la invitación. Es importante comprender que los valores promovidos por este movimiento son totalmente contrarios a mis creencias personales y a los principios que me esfuerzo por defender en mi vida. Estoy profundamente arrepentido por cualquier percepción de que mi participación haya podido contradecirlos”.
La UEFA ha dado por buena y suficiente esta explicación, de modo que Marciniak no será apartado de la final de la Champions League. Y no lo será, entre otras cosas, porque FARE y Never Again, haciendo gala de un espíritu de tolerancia bien lejano al de Konfederacja, solicitaron que no se cancelara la designación del árbitro polaco para el encuentro precisamente porque son claras defensoras de la lucha contra la discriminación.
La detallada acusación de Never Again
De modo que todo parece haber vuelto a su curso. Sin embargo, lo cierto es que la declaración de Marciniak, basada en que fue engañado y desconocía la orientación política del acto en cuestión, resulta un tanto sorprendente.
Konfederacja no es un grupúsculo ignoto, sino que tiene once diputados en el Congreso de los Diputados de su país. Y, a mayor abundamiento, su líder, Mentzen, publicó un claro mensaje en Twitter, poco antes del acto, en el que anunciaba: “Por un golpe de suerte, en el último minuto, he conseguido que baje del Everest un hombre que sin duda ha llegado a lo más alto en su campo, que ha conseguido todo lo que se puede conseguir. Szymon Marciniak les hablará mañana en la conferencia del “Everest”. Arbitró la última final de la Copa del Mundo, en los próximos días volará para arbitrar la final de la Liga de Campeones, y mañana juzgará con su excelente ojo si el “Everest” es realmente el mejor de su clase”.
Más aún, la descripción que hizo Never Again de la colaboración de Marciniak con Konfederacja fue particularmente detallada: “Según nuestros informes, Marciniak participó en un acto organizado por Slawomir Mentzen en Katowice el 29 de mayo. La iniciativa, titulada «Everest», fue presentada como un evento de networking que incluía una sesión de consumo de cerveza, pero su objetivo era claramente promover la agenda política de Mentzen de cara a las elecciones parlamentarias que tendrán lugar este año en Polonia. En el cartel del acto, distribuido a través de las redes sociales, aparecía el propio Mentzen bebiendo un vaso de cerveza. En otro cartel, aparecía Marciniak, vestido con la equipación de árbitro de la FIFA. Marciniak fue presentado como orador en el sitio web del evento, junto con Mentzen; y Mentzen elogió posteriormente a Marciniak, calificándolo como un ‘orador genial’”.
El entusiasmo de Mentzen por el “fichaje de campanillas” que, con o sin malas artes, consiguió para su evento está más que justificado. Szymon Marciniak es un profesional que posee mucha experiencia, que cuenta con 14 años de trayectoria y que no solo dirigió la final del Mundial de Catar 2022 entre Argentina y Francia, sino que este año ha sido nombrado «mejor árbitro del mundo» por la Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol (IFFHS).