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Oleada vírica de críticas en el fútbol americano contra árbitros y VAR

El césped del vecino siempre es más verde, vemos antes la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio, en todas partes cuecen habas…

La fraseología popular tiene a escala internacional expresiones como estas, que abundan en lo mismo y que bien pueden aplicarse a la arraigada percepción de millones de aficionados al fútbol que sostienen que no hay peor arbitraje que el que se hace en sus respectivos países.

¿Es así? A tenor de lo que ha pasado durante las últimas horas en varios partidos celebrados en tierras americanas, quizá fuere bueno que ajustáramos mejor el punto de mira.

Declaraciones ruidosas de norte a sur

Por ejemplo, tras el encuentro que enfrentó al Club América con el Chicago Fire en los octavos de final de Leagues Cup —la competición en la que compiten equipos de las ligas de Estados Unidos y de México—, el entrenador del primero, el brasileño André Jardine, se quejó amargamente de varias jugadas.

“No vi el gol anulado y, en cambio, sí vi un gol dudoso. La sensación es que los criterios son confusos”, declaró. “Pedimos a la Liga que esté atenta, porque en un partido como este un error arbitral puede matarte. Esperemos que en próximos partidos podamos sentir que los criterios han sido más justos”.

Primera controversia sobre comunicar en directo las decisiones del VAR

En la misma competición, Giovanni Savarece, técnico del Portland Timbers, culpó al colegiado de la derrota de su equipo contra el Rayados de Monterrey, por no pitar una pena máxima que les habría permitido empatar la contienda.

“Viendo ahora la repetición”, dijo al final del partido, “es un penalti clarísimo y se equivoca el árbitro. En caso contrario, habríamos igualado el partido. Es lamentable que, por ello, no pudiéramos conseguir algo que nos merecimos”.

Más comedido en principio fue Julio Aldama, presidente del club paraguayo General Caballero, pues descartó que hubiera “malicia arbitral” en el gol que anularon a su equipo en su partido del Torneo Clausura nacional contra el Libertad.

Pero lo fue solo “en principio”, porque inmediatamente después lanzó fuego graneado: “Si esto le pasa a Cerro Porteño o a Olimpia” —los dos principales clubes del país—, “no hay duda de que habría tenido una mayor repercusión”.

Menos suave estuvo Nicolás Núñez, entrenador de la Universidad Católica de Chile después de perder su partido contra el Audax. No dijo que los errores arbitrales fueran la causa de la derrota, pero también abrió el grifo: “Lo del VAR ha sido peor. Te cuestionas más cosas…”.

Y más lejos aún llegó Ronald Fuentes, “míster” de la Unión Española, club también chileno, tras ver cómo le anulaban un gol contra el Magallanes. “En el gol fue impresentable dónde estaba el asistente. No tengo dudas que el VAR lo ayudó, porque estaba mal posicionado, pero la línea la tiraron chueca”, se despachó. “No quiero ver fantasmas, pero estoy cerca de hacerlo”.

Y, por si no quedaba cristalino lo que quería decir con esto último, añadió que “vamos a tener que estar preparados para ganar los partidos cuando jugamos contra 17”, esto es, contra los once del equipo contrario más los colegiados de campo y de VAR.

Y Messi en el ojo del huracán

Todas estas afirmaciones, concentradas en una sola jornada, se han producido muy poco después de que, apenas hace un par de días, el entrenador del Orlando City calificara de “circo” el arbitraje del partido que su equipo perdió contra el Inter de Miami —es decir, “de” Messi— en la Major League Soccer de los Estados Unidos

Aseguró el colombiano Óscar Pareja que el jugador venezolano del Inter, Josef Martínez, se tiró de manera descarada en el penalti que se les pitó en contra —“fue una simulación muy clara y muy fácil de ver”—. Y, sobre todo, afirmó que Messi debió ser expulsado.

“Hay un par de jugadas con Leo que son de doble amarilla”, señaló con singular vehemencia. “No me importa que sea él, porque tiene que ser medido igual que todos los demás. Las cosas tienen que ser justas y lo que pasó en la cancha no fue así”. Y cerró su dura crítica subrayando que este tipo de actuaciones arbitrales “no se pueden tirar debajo del mueble”.

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