Con el estallido del conflicto bélico entre Ucrania y Rusia en febrero de 2022, el fútbol fue uno de los primeros elementos de presión por parte del grueso de los países de Europa para intentar que el ejército ruso reculase en su tentativa por invadir el país vecino. La UEFA, influida por la Unión Europea, decidió inhabilitar de inmediato al Spartak Moscú, que esa misma tarde tenía que jugar su partido de Europa League. Y, al poco tiempo, expulsó definitivamente a los equipos rusos de competiciones europeas, impidió que las selecciones participasen en competiciones oficiales e instó a que los futbolistas extranjeros abandonasen la Russian Premier League, mientras muchos clubes cancelaban sus acuerdos de patrocinio con Gazprom u otras empresas del país. ¿Qué ha pasado desde entonces?
🇷🇺 ¿Está parado el fútbol en Rusia?
Ni mucho menos. Aunque los equipos quedasen excluidos de las competiciones europeas, la liga se disputó desde la pasada temporada con relativa normalidad y el Zenit de San Petersburgo se coronó como campeón por quinto año consecutivo, liderado por un Malcom que vivió su segunda juventud en el mundo del fútbol. A diferencia de lo sucedido Ucrania, Rusia no vació sus gradas en las competiciones domésticas, regidas por la federación local, aunque sí tuvo que aceptar las condiciones de la UEFA de cara al fútbol de selecciones.
El máximo organismo europeo decidió que si bien Rusia no podría competir en una Eurocopa o un Mundial hasta nueva orden, pese a haberse clasificado ya por la vía ordinaria para el certamen celebrado en Catar a finales de 2022, sí tendría la oportunidad de disputar partidos amistosos. Con cuatro condiciones, principalmente: sin bandera (toda la simbología debía estar vinculada a la federación), sin himno nacional, en estadio neutral y a puerta cerrada. Sin embargo, las dos últimas cuestiones desaparecieron en marzo de 2023, cuando el Gazprom Arena albergó un Rusia 2-0 Irak amistoso. La selección femenina y las categorías inferiores se rigieron por esta misma reglamentación.
🧑⚖️ ¿Levantarán FIFA y UEFA el castigo a la selección?
Una de las novedades está en que la FIFA decidió abrir la mano en septiembre y ha anunciado que el combinado nacional ruso, tanto masculino como femenino, podría competir en el Mundial sub-17. Misma normativa que para los clubes nacionales con ese límite de edad. Eso sí, aún bajo el nombre de Federación Rusa de Fútbol, sin bandera e himno nacional, y equipados con colores neutrales. En todo caso, tras un tiempo de inactividad, Rusia no pudo clasificarse para la fase final del propio Mundial sub-17 celebrado a finales de 2023.
La selección rusa absoluta puede disputar partidos amistosos, pero no competir en las competiciones oficiales de FIFA y UEFA.
Se rumorea que la selección absoluta también ha sido tema de debate recientemente, al entender que los jugadores no tienen por qué pagar las consecuencias de la invasión militar a Ucrania. Sin embargo, Sky Sports informa que tres vicepresidentes de la UEFA se opusieron a poner fin a la prohibición general en las competiciones europeas de los equipos de fútbol rusos, tras una reunión privada llevada a cabo durante este mes de septiembre.
🗣️ El impacto de la guerra en los clubes rusos
Para conocer cómo es el día a día para los trabajadores involucrados en el fútbol ruso, nos ponemos en contacto con Armiche Vega, preparador físico del Orenburgo, en la primera división del país desde hace dos temporadas. Nos comenta cuál es la situación allí y lo desproporcionado que cree que es el veto europeo hacia ellos. «Es una sanción muy dura. Ningún deportista tiene que estar condicionado por cuestiones políticas, porque no toman ninguna decisión sobre lo que está sucediendo entre Rusia y Ucrania. Al revés, los clubes son un ejemplo de conciliación y convivencia entre jugadores de distintos países».
Añade que es una problemática que trasciende al fútbol y que afecta en su vida cotidiana. «Entiendo que Rusia es la que ha invadido un país, pero no que haya sanciones contra muchos extranjeros que estamos trabajando aquí. Al querer bloquear el país, la Unión Europea, entre otros organismos, indirectamente también perjudica a otros ciudadanos europeos que estamos aquí por un tema laboral. Tenemos créditos o hipotecas en España u otros países de Europa y, dadas las circunstancias, hay compañeros que no han podido asumir esos pagos porque no se puede enviar dinero desde aquí. Es un mal secundario, el principal problema es la guerra, pero nosotros también nos sentimos desamparados por nuestros países de origen«.
Armiche Vega trabaja como preparador físico del Orenburgo desde enero de 2022, un mes antes del comienzo de la guerra.
Sin embargo, el preparador físico del Orenburgo percibe que los clubes permanecen en una situación cómoda en términos económicos: «No ha habido ningún tipo de problema de impagos en la Premier League rusa, que yo sepa. Tal vez se haya reducido el presupuesto en algunos clubes, pero, en nuestro caso, que somos uno de los más humildes de la categoría, no lo hemos notado». Los más damnificados, para él, son los habituales de la parte alta, dado que «muchos extranjeros salieron y se ha reducido la brecha a nivel deportivo entre los equipos punteros como Lokomotiv, Zenit, Spartak Moscú, Krasnodar y CSKA Moscú y el resto de la primera división rusa».
En la línea de lo expuesto anteriormente, Armiche Vega no cree que a los trabajadores extranjeros se les vaya a hacer la cruz por haber permanecido en Rusia tras la invasión a Ucrania: «Yo soy preparador físico de fútbol y estoy ganándome la vida porque en España o en países más cercanos no he tenido la oportunidad de hacerlo. No entiendo que se me pueda cerrar la puerta por estar aquí, cuando yo no tomo estas decisiones y estoy totalmente en contra del conflicto bélico armado». A lo que añade que la RFEF les llamó personalmente cuando estalló el conflicto para facilitarles la salida del país, pero que él decidió continuar para cumplir su contrato de trabajo al no haber sensación de peligro y no tener otras alternativas.
Quienes relata que no se ponen en contacto con ellos son las federaciones locales y que, por tanto, se enteran de las novedades sobre la hipotética reducción de la sanción a través de los informativos. «Aquí se se habla de que, ahora que se ha abierto un poco la mano con los jugadores juveniles, progresivamente se va a reducir el castigo en el resto de categorías, pero no se sabe nada con certeza».
Esta es la realidad futbolística que se vive en el este de Europa, un lugar que llama mucho más la atención que otros países con conflictos bélicos activos. «No solo Rusia está en guerra, yo también he trabajado en Omán, que hace frontera con Yemen, en donde había otro conflicto armado y no por ello fue expulsado de las competiciones deportivas«, concluye Armiche.
