Virginia Torrecilla ya era una figura magnética como futbolista, cuando se movía como un pulpo por el centro del campo. Después, la vida ha hecho que su magnetismo se mantuviese, aunque despojado de etiquetas deportivas. Tras sobrevivir a la temible lucha contra el cáncer y lidiar a una depresión por el accidente que sufrió su madre, la mediocentro del Villarreal estrena un libro construido a base de ordenar sus inspiradoras vivencias. Nadie se arrepiente de ser valiente, de la editorial Random Penguin House, relata la tremenda historia de superación de la deportista.
Con razón del lanzamiento de su obra, Virginia Torrecilla atiende a Legal Sport. Desde el recuerdo de aquellos primeros días de lucha contra la enfermedad en medio de la pandemia hasta la vuelta al verde, la futbolista no se deja ningún tema en el tintero. Responde siempre con el aplomo y la sinceridad que solo tienen aquellos osados que son capaces de contar cómo fue enfrentar a sus demonios. Torrecilla demuestra una vez más que ser valiente es la mejor arma contra los obstáculos de la vida.
💛 Virginia Torrecilla, un ejemplo de valentía
Pregunta: Antes de hablar de tu libro, hablemos de tu nuevo club. ¿Qué tal estás en el Villarreal, Virginia? ¿Cómo va todo?
Respuesta: Además de por el libro, que sale ya a la venta y viajaré a Madrid a firmarlo, en lo deportivo estoy muy bien. Poco a poco voy mejorando en todos los aspectos, así que estoy muy feliz.
P: Ya estás metida en la rueda de la promoción. ¿Cómo fue el proceso de escribir Nadie se arrepiente de ser valiente? Te tuviste que abrir sobre una experiencia que ha marcado tu vida.
R: A mí siempre me ha ayudado mucho escribir. Cuando he estado bien, o no tan bien, siempre intentaba escribir y contar lo que me pasaba. No he sido una persona demasiado abierta, y esa era mi forma de transmitir lo que pensaba. Escribir me ayudó a expresar lo que me pasaba con el cáncer. Lo usaba casi de diario, siguiendo mi proceso y las sensaciones que tenía. Tenía mucho miedo, obviamente.
Un día me llegó un mensaje privado de la editorial, y yo lo leí por pura suerte, porque me llegaban muchos mensajes de apoyo. Me dijeron que querían escribir un libro sobre mi historia… y aquí estamos. Hay muchas partes nuevas, pero incluyo algunas partes que están escritas durante mi lucha contra la enfermedad. Está el día en el que me operan, en el que me hacen ir a rehabilitación, o cuando me dicen que estoy sana, por ejemplo. Son capítulos que, si no hubiese escrito en el día a día, no estarían tal cual como están en el libro.
P: Recibiste la noticia de que tenías cáncer en medio de la pandemia, cuando todo el mundo estaba parado. ¿Cómo fue ese día?
R: Llevábamos dos meses y poco confinados, era cuando podíamos salir a la calle en unas horas determinadas. Yo estaba en Madrid, en un dúplex con otras jugadoras del Atlético y mi representante. Veía que me encontraba mal, que tenía muchos dolores de cabeza y en la espalda. No era normal. Entonces, me dijeron que tenía un tumor cerebral y me tenían que operar. Fue muy complicado de asimilar. Estaba la gente muriéndose con el covid y los hospitales estaban hasta arriba, pero tenían que operarme. Por suerte, todo salió bien. Eso sí, cuando mejoró todo, yo no podía salir de casa. Cualquier virus hubiese sido malísimo para mí. Fue muy duro no poder relacionarme con casi nadie.
P: ¿Cuál fue tu principal motivación esos meses? ¿A qué intentabas agarrarte?
R: A mi familia y seres queridos, principamente. Tenía que seguir adelante por ellos. La gente estuvo muy encima mío por redes, y me dieron mucho ánimo. Hubo momentos malos, pero me lo hicieron todo más llevadero. En los peores momentos, me aferraba a todo ese apoyo y a mis seres queridos, porque tenía que salir adelante. Tenía que demostrar que podía salir adelante por todos ellos.
Las jugadoras del Atlético de Madrid apoyaron a Virginia Torrecilla en su lucha contra el cáncer.
P: El cáncer, por desgracia, no fue el único revés por aquel entonces. Tu madre sufrió un accidente de tráfico y quedó postrada en una silla de ruedas. ¿Qué tal está ella?
R: Gracias por preguntar por ella. Mi madre está muy bien. Es verdad que desgraciadamente no puede caminar, pero psicológicamente está muy bien. La vemos sonreir y hacer lo que quiere. Poco a poco, nos estamos amoldando a esta nueva vida que ha cambiado a toda mi familia. Lo importante es que estamos todos juntos tras todo lo malo que hemos vivido. Como sabéis, el accidente de mi madre fue lo peor que me ha pasado en la vida.
P: Después de esos meses tan difíciles, llegó la luz al final del túnel. El primer capítulo del libro está dedicado a tu regreso a los terrenos de juego. Abriste todas las portadas de España aquel día. ¿Qué es lo que más recuerdas?
R: Recuerdo muchas cosas de aquel partido. Tengo sentimientos encontrados, porque me acuerdo que no tenía claro como era volver a calentar. Cuando me dijeron que iba a entrar, no sabía ni que tenía que hacer por los nervios. Fui con el chaquetón, volví a quitármelo… armé un show. Justamente coincidí con Mapi León, que para mí es una persona muy importante. Estuvo muy encima de mí durante mi enfermedad, y hemos pasado muchas cosas. «Hasta aquí quiere el destino que estemos juntas», me dijo. «Joder, y tanto», le respondí yo antes de darnos un abrazo. La gente comenzó a aplaudir cuando me vio, y justo al salir me crucé con Alexia Putellas. Me abrazó y me dijo «disfruta, que te lo mereces más que nadie». Fue increíble, pero ya digo que tuve sentimientos encontrados por olvidarme de tantas cosas. Mi redebut fue precioso.
La vuelta a los terrenos de juego de Virginia Torrecilla se dio en la final de la Supercopa Femenina de 2022.
P: Fue un día muy emotivo, desde luego. Y es que tú eres otro ejemplo más de valentía y tesón ante la enfermedad en el deporte español. Se me vienen a la cabeza otros casos como Yeray o Kirian. ¿Has hablado con ellos?
R: Con Yeray no hablé, porque su batalla contra el cáncer fue anterior a la mía. No tuve el momento de hacerlo, vaya, porque tampoco quería molestar. En cambio, con Kirian, que fue después, sí. Me enfoqué mucho en él, y le deseé qu volviera de la mejor manera, porque era un campeón por hacer oficial algo tan difícil. Luego hay otro caso, porque la tenista Carla Suárez enfermó casi a la vez que yo. Es una amiga muy cercana, y hemos tenido la suerte de poder superar el cáncer las dos.
P: ¿Crees que el mundo del fútbol podría sacar alguan conclusión de casos como los vuestros? Es decir, ¿debería haber alguna especie de protocolo que os haga más sencilla la lucha contra el cáncer?
R: Por desgracia, esta enfermedad le puede tocar a cualquiera. Da igual si eres deportista o no. Yo aún sigo sin saber el porqué me tocó a mí. Es una lotería, y aunque llevar un estilo de vida más saludable ayuda, te puede tocar. Ojalá pudiéramos elegir. Mi tumor era de los más malos que había, y aún me asusto cuando me cuentan las pruebas que tenía que hacer. Es una enfermedad que puede manifestarse en cualquiera.
P: Por suerte, tú lo pasaste y has vuelto a hacer lo que más te gusta. Ahora estás en el Villarreal recuperando el ritmo. ¿Te gustaría volver a la Selección española?
R: Estoy muy cómoda en el club, me han recibido con los brazos abiertos y quieren que vuelva a disfrutar del fútbol. Pese a ello, soy una persona que sabe perfectamente en el momento en el que está. Antes de pensar en algo más, debo de volver a tener minutos y disfrutar. Eso es lo más importante. Hay que seguir poco a poco el proceso. Si veo que todo esto no funciona, yo seré la primera en retirarme. Ojalá poder volver a la Selección, pero lo primordial para mí es volver a disfrutar.
Virginia Torrecilla participó en el Mundial de 2019 con la Selección wspañola, siendo el ancla del equipo.
P: ¿Te has planteado retirarte a raíz de aquellos meses tan complicados?
R: Cuando me detectaron la enfermedad, lo último en lo que pensaba era en volver al fútbol. Eso lo sabía, que lo primero era superar el cáncer. Pero, cuando pasó lo de mi madre, tuve una depresión muy grande que actualmente sigo tratando. No veía fin, porque ese accidente fue lo peor de mi vida. Obviamente, me quise retirar y no saber nada del fútbol, porque yo solo quería estar con mi familia. Lo que más me gusta es estar con ellos, y me di cuenta de que nunca sabes lo que va a pasar. Llegué a pensar en lo que me gustaría tras dejar el deporte que tanto quiero y amo. Me han dado esta última oportunidad, y ojalá me queden muchos años jugando. Si no funciona, seré la primera en echarme a un lado para verlo desde fuera. Lucharé desde otro lado para hacer más grande este deporte tan bonito.
P: Hablando sobre tu depresión, entiendo que has tenido ayuda profesional. ¿Crees que la salud mental ha ganado terreno en los últimos años?
R: Si no hubiese vivido todo esto, creo que no sería consciente de lo importante que es la salud mental. Para mí ha sido clave. He madurado mucho después de todo lo que he vivido y no lo hubiese conseguido sin la gente que me rodea. Sabía que tenía que ir hacia delante, y tenía que pedir ayuda. Menos mal que lo hice. Si no lo hubiese hecho, no sé si estaría jugando al fútbol otra vez, y lo digo de corazón.
P: ¿Crees que la salud mental puede adquirir un papel aún más relevante en el deporte de élite? ¿Que, por ejemplo, se normalice que un deportista esté de baja por una depresión?
R: La gente va viendo lo importante que es la salud mental. La mayoría de clubes tienen psicólogos encargados de este tema. Creo que, al final, saben lo difícil que es ser deportista de alto nivel. Conlleva mucho más de lo que la gente cree. Por ejemplo, yo me fui de casa a los 17 años. Esto, sumado a la presión que tenemos, puede crear problemas en la cabeza. Es importante tener un profesional para poder llevarlo. Los clubes, poco a poco, se van reforzando al respecto, y eso es importante.
P: Toca hablar sobre todo lo que ha venido tras ganar el Mundial. Tú formas parte de esta generación dorada aunque no hayas podido estar en Australia y Nueva Zelanda. ¿Cómo has vivido estos meses de tanto movimiento que van desde los emails de las jugadoras hasta la actualidad?
R: Se ha ganado un Mundial y, al final, de lo que menos se habla es del logro deportivo. Eso sí, creo que todo viene de la mano. Desde los emails de las 15 a la Federación, se ha dado a conocer lo que pasaba. Estamos cambiando las cosas, y creo que es algo muy bonito. No se ha hablado todo lo que se debe del Mundial, pero al menos hemos crecido y cada día vamos a mejor. Estoy segura de que es gracias a todas esas personas que han estado detrás y lo han pasado mal, porque quedarte fuera de una Copa del Mundo siempre es doloroso. Seguro que tendrán su recompensa más adelante.
España tocó el cielo en Sydney, comenzando el cambio en el fútbol español.
P: Todo esto ha venido acompañado de un nuevo convenio en el fútbol femenino profesional. ¿Hemos alcanzado ya la ansiada igualdad en el fútbol español o aún nos queda camino por recorrer?
R: Queda bastante por recorrer. Poco a poco vamos avanzando, y es lo que tenemos que hacer, pero también tenemos que seguir luchando por nuestros derechos. Al final, el deporte rey es el fútbol masculino, y nosotras somos conscientes. Pero, al mismo tiempo, hay que seguir luchando por nuestros derechos, porque nadie más lo va a hacer por nosotras. Pienso que lo estamos haciendo muy bien. Ganar el Mundial nos ha dado un momento idílico para poder llegar al acuerdo para el nuevo convenio, pero tenemos que seguir para seguir abriendo puertas a las que vienen por detrás. Pasito a pasito, vamos a por más.
P: Ojalá Nadie se arrepiente de ser valiente tenga el mismo éxito que el que está cosechando el fútbol femenino español. Tiene pinta de que así será. Muchas gracias por la charla y enhorabuena por el libro, Virginia.
R: A ti. Ha sido un placer.
