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El problema que ha causado el ‘bajón’ de Paula Badosa

Paula Badosa empezó la temporada con buenas sensaciones en Adelaida. Sin embargo, una lesión le impidió disputar las semifinales de ese torneo y le obligó a ausentarse del Abierto de Australia, el primer Grand Slam del curso. Desde entonces, la española no ha conseguido alcanzar las semifinales en ninguno de los eventos que ha disputado. Pero, ¿cuál es el verdadero motivo por el que ha entrado en esta espiral negativa?

Desde febrero Paula Badosa presenta un balance de 9-7, algo impropio para una tenista que hace solo un año ocupaba la segunda plaza del ranking. Lo lógico sería pensar que atraviesa una mala racha, que está lejos de su nivel habitual, pero no es así. En Doha y Dubái cedió a las primeras de cambio, pero desde entonces está satisfecha con su nivel. Hace solo unos días, en la antesala del WTA 1000 de Roma, comentó en La Resistencia que se encontraba en un buen momento. Unas palabras que contrarrestan con su posición en la clasificación —número 35 del mundo—, pero que tienen una explicación.

La mala suerte de Paula Badosa

La catalana solo ha tenido mala fortuna en los emparejamientos. Sus últimas siete derrotas en el circuito han llegado siempre frente a jugadores del top 15: Maia, Samsonova, Rybakina —en dos ocasiones—, Pegula, Sabalenka y Sakkari. Paula Badosa está a mucho menos de lo que parece de inmiscuirse de nuevo entre las mejores. Y ella lo sabe. “He demostrado ser de las mejores del mundo y para mí eso no ha cambiado”, dijo antes de disputar el Mutua Madrid Open. Está rápida de piernas, con un buen servicio, y una derecha que asusta al circuito. Solo necesita dar ese paso, ese pequeño salto mental y tenístico que le permita superar esa estrecha línea que separa la derrota de la victoria.

En Roma, de nuevo, la suerte le ha jugado una mala pasada. Paula Badosa se enfrentará a Ons Jabeur en segunda ronda. En Madrid ya tumbó a Gauff, por lo que por muy complejo que se presente el reto, no será imposible. La española tiene que hacer frente a la mala fortuna, pero no está nada lejos de la que fue.

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