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Chile y Brasil regulan el patrocinio de las casas de apuestas

El 90% de los clubes de fútbol de las dos primeras divisiones de Chile y el 95% de los equipos de la Serie A brasileña cuentan con el patrocinio de diversas casas de apuestas online.

Sin embargo, es muy posible que esta situación haya que conjugarla en tiempo pretérito dentro de muy poco, aunque pueda ser de manera muy diferente en cada uno de estos dos países.

Las casas de apuestas y los clubes ingleses: el riesgo de ser patrocinado

En el caso de Chile, la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP), el organismo que es responsable de las principales ligas del país, tiene apenas hasta mediados del mes que viene para cancelar el contrato de patrocinio que, por un total de un 8 millones de dólares a pagar en tres años, le une de momento a la casa de apuestas Bettson.

Además, Betway ha cancelado ya los acuerdos publicitarios que mantenía desde enero de 2022 con cinco equipos: Unión La Calera, Everton de Viña del Mar, Ñublense, Audax Italiano y Coquimbo Unido.

Por el contrario, otros clubes mantienen aún el patrocinio de casas de apuestas en su vestimenta deportiva; entre ellos, Colo Colo, Universidad Católica, Universidad de Chile o Cobresal.

Las apuestas, fuera de la ley

El motivo de las cancelaciones de patrocinios que ya se han realizado o que son más que probables es que el Tribunal Supremo de Chile ha declarado ilegales las apuestas online y ha clausurado hasta 23 sitios que realizaban estas actividades; y, como prolongación lógica de esta decisión, ha dado a la ANFP hasta primeros de octubre para poner fin a su acuerdo con Bettson.

La patronal interpuso de inmediato un recurso de protección ante el Tribunal de Apelaciones de Santiago, pero este la ha declarado “inadmisible” hace unos días, por lo que a la ANFP no le queda otra vía que acudir al propio Tribunal Supremo, cosa que piensa hacer.

Al margen de que haya que respetar obviamente la independencia del poder judicial, no pinta bien la cosa para la ANFP, pues representantes del Gobierno del país ya le han advertido públicamente que, de no cancelar el contrato con Bettson, incurrirá en una falta grave que podría conducir nada menos que a la pérdida de su personalidad jurídica.

Situación más suave en Brasil, pero solo de momento

Mucho menos trágica —para los clubes y para las casas de apuestas, se entiende— es la situación en Brasil. Sin embargo, el tema se mueve.

El pasado mes de julio, el Gobierno de Lula aprobó una norma provisional que regulaba aspectos prácticos acerca de cómo se realizan las apuestas sobre deportes en el país. Y hace apenas unos días, el Congreso de los Diputados ha aprobado un proyecto Ley que trata de regular un poco más estas actividades y que tendrá que ser debatido próximamente por el Senado.

No obstante, en esta ocasión el asunto no va de principios. El proyecto de Ley recién aprobado trata “simplemente” de sacar tajada del negocio de apuestas deportivas, obteniendo más de 335 millones de dólares anuales mediante la aplicación de un impuesto del 18% a los ingresos netos de las casas que las gestionan.

Así pues, frente a la notable tensión que el problema está generando en Chile, parecería que en Brasil el asunto se está gestionando de manera entre más práctica y, quizá, más cínica.

Para empezar, porque hay quienes opinan que no será fácil reducir o encauzar una actividad que practican habitualmente unos 20 millones de brasileños —algo así como uno de cada siete mayores de edad— y que va en fuerte aumento, hasta el punto de que el número de agencias de apuestas registradas en el país se ha cuadruplicado en solo dos años, pasando de 51 a 239 entre 2020 y 2022.

Y, sobre todo, porque hay que tener en cuenta el impacto de todo ello sobre la maltrecha economía de los clubes. Cristiano Maschio, CEO de Qesh, una de las casas de apuestas, lo ha advertido, pues casi de una advertencia se trata: “El significativo crecimiento del sector de las apuestas contribuye sustancialmente a mejorar la situación financiera de los clubes, pues les proporciona una importante fuente de ingresos que les ayuda a afrontar las nuevas inversiones en infraestructuras y la adquisición de jugadores”.

En definitiva, lo que puede estar en cuestión es la sostenibilidad económica de clubes tales como Santos, Palmeiras, Botafogo, Fluminense, Corinthians, Cruzeiro…, que cuentan con el patrocinio de casas de apuestas.

Todo es empezar

Así las cosas, parecería que las iniciativas legales del Gobierno brasileño, por su “blandura” en términos comparativos con lo que sucede en Chile, no deberían dar lugar a una menor presencia de las casas de apuestas online en el patrocinio de los equipos de fútbol del país.

Sin embrago, también hay quienes no piensan así. En primer lugar, porque un incremento de la presión fiscal siempre desincentiva notablemente que se hagan nuevas inversiones en el sector en el que se aplica. Y, en segundo lugar, porque, una vez abierta una rendija en una puerta, esta puede terminar por abrirse de par en par.

Como subraya Tiago Gomes, socio de una de los despachos brasileños de abogados y experto en aspectos legales del juego, “estas iniciativas legales son una clara señal de que este mercado se está moviendo y de que será finalmente regulado”.

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