Esta primavera, como cada año, muchos jugadores musulmanes de todo el mundo cumplen el mes religioso del ramadán, que comenzó la noche del domingo 10 de marzo y concluirá el 9 de abril. Estas son algunas consideraciones médicas para optimizar el rendimiento de los futbolistas, centradas en tres elementos a los que conviene prestar especial atención: la nutrición, la hidratación y el descanso.
🍽️ Las claves de la nutrición durante el ramadán
El Doctor Vincent Gouttebarge, médico jefe de FIFPRO y antiguo futbolista profesional, expone algunas cuestiones fundamentales para impulsar la recuperación de un jugador. «Los deportistas suelen necesitar al menos tres comidas al día para entrenar y competir a un alto nivel y, naturalmente, los jugadores que cumplen con el ramadán pasan a hacer dos comidas. La más abundante antes del amanecer para poder continuar durante todo el día. Lo ideal es que esa comida sea rica en alimentos con alto contenido glucémico, como las patatas y el arroz, mientras que la de después de la puesta del sol debe ser de alimentos con bajo contenido glucémico. También se podría considerar el uso de suplementos, pero habría que consultar al médico del club».
Ayunar para rendir a un nivel de élite no es una solución óptima, aunque sí «puede haber beneficios mentales para los jugadores que decidan escoger este método en el sentido de que, como saben que les falta energía, el elemento espiritual del ramadán puede actuar mentalmente como una fuente de motivación o inspiración adicional para rendir mejor», apunta Vincent.
Cada año, muchos jugadores musulmanes alteran su rutina y sus entrenamientos por el ramadán.
El especialista de FIFPRO añade que es importante que los entrenadores también estén informados y sepan cómo pueden modificar sus programas de entrenamiento. «Por ejemplo, si un jugador hace una comida copiosa antes del amanecer y ayuna durante todo el día, el míster puede adaptar el entrenamiento de ese jugador, idealmente tres horas después de la comida para asegurarse de que ha hecho bien la digestión».
La otra posibilidad que plantea Gouttebarge es que ese deportista se ejercite por la tarde. «Si un jugador entrenara con alta intensidad por la tarde, después de un largo periodo sin ingerir líquidos ni nutrirse, no podría ser beneficioso para el rendimiento y su salud. Por lo tanto, la comunicación entre el jugador y el cuerpo técnico es muy importante para garantizar una estrategia conjunta y una colaboración óptima».
😴 El hándicap de la hidratación y el descanso
Respecto a la hidratación, afirma que «puede ser complicada y es aconsejable los jugadores se mantengan hidratados durante el día y la noche lo mejor posible». Como no siempre será viable en época de ramadán, expone que se pueden emplear estrategias de enfriamiento para detener la pérdida de líquidos a través del sudor, como toallas frías y enjuagues bucales con agua, mientras que las duchas frías posteriores a la sesión también pueden ser un gran aliado para combatir la propia pérdida de líquidos. «Debe considerarse la suplementación con sodio, así como evitar el café y el té», añade.
«Durante el mes del ramadán, el cuerpo de un jugador necesita adaptarse a un horario biológico diferente. Por lo tanto, la alteración del sueño puede tener el mayor impacto. Su reloj cronológico es diferente al que está acostumbrado, y combinado con la falta de nutrición e hidratación durante el día, puede ser un reto para el rendimiento». Se deduce, por tanto, que el ramadán añade un cansancio extra a los deportistas profesionales.
Por último, Vincent comparte que no ha habido muchos estudios médicos que hayan analizado el efecto del ramadán en las lesiones. «Se ha realizado uno en Qatar y otro en Túnez, pero ambos siguieron metodologías diferentes y hallaron pruebas contradictorias sobre la frecuencia de las lesiones sufridas durante el ramadán en comparación con un periodo de tiempo regular». Por tanto, el ramadán continúa en vías de investigación y sus claves se deduce que aún son bastante heterogéneas, en función de los especialistas consultados.
