Ha vuelto a suceder. Antonio Conte, después de sufrir para clasificar a su Tottenham a los octavos de final de la Champions en un grupo asequible, ha caído a las primeras de cambio en la fase del KO. Su asignatura pendiente sigue en la máxima competición continental en el ámbito de clubes, cuyo techo está en unos cuartos de final que alcanzó hace una década.
Desde entonces, Conte ha ido de decepción en decepción. Aunque, eso sí, en las competiciones de la regularidad, pocos igualan su trayectoria. Esto es lo mejor y lo peor en los 17 años del italiano como entrenador.
😓 Su maldición con la Champions
Las cuatro críticas más recurrentes en la carrera de Antonio Conte son su falta de mano izquierda para construir proyectos largos, la rigidez táctica de sus equipos, su rendimiento fuera de la liga italiana y, especialmente, la incapacidad para avanzar año tras año en Champions League: su balance en seis participaciones es de tres derrotas en fase de grupos: dos en los octavos de final y una en cuartos.
Desde esta última, la más exitosa para él, ya ha llovido. Fue con la Juventus 2012/2013, en su debut como entrenador en la competición, año en el que perdió ante un Bayern que, a la postre, sería campeón en Wembley. En la 2017/2018 también llegó a la fase de eliminatorias y fue eliminado por el Barcelona.
🇪🇺 Por Europa, ni tan mal
Mejor le fue en sus dos participaciones en Europa League, ya que pisó las semifinales en la 2013/2014 y la final en la 2018/2019. Y, hablando de competiciones europeas, no está de más recalcar que en la Eurocopa de 2016 llevo a la Alemania vigente campeona del mundo hasta la tanda de penaltis de cuartos, tras eliminar en octavos a la España vigente campeona de la propia Eurocopa.
Meritorio lo que hizo también en la Premier League 2016/2017, con el título liguero que conquistó con un Chelsea que venía de quedar décimo la temporada anterior. Tiempos en los que Pochettino, Guardiola, Klopp o Mourinho ya entrenaban por la zona. Fuera del Calcio no le ha ido tan mal como se dice.
😱 Inicios infravalorados en la Arezzo
En 2006, en plena era del Calciopoli, comenzó su andadura en solitario como técnico de la AC Arezzo. Sus detractores definen esa primera etapa como un rotundo fracaso: ¡A Conte lo destituyeron y se marchó a Estambul a ponerse pelo, mientras su equipo descendía para, poco después, acabar desapareciendo!
Todo ello es verdad aunque, también, una verdad a medias. Lo cierto es que el equipo sigue existiendo tras una refundación (con la nomenclatura de SS Arezzo) y que, a pesar de descender a Serie C ese año, lo hizo por una penalización por motivos extradeportivos, cuando si nos ceñimos a su puntaje debería haber sido 11º.
¿Fue destituido? Sí, pero su sucesor fue un Maurizio Sarri que, a pesar de ejercer como matagigantes en Serie B, no sacó al equipo del descenso, por lo que volvieron a contratar al propio Conte hasta final de temporada.
Y estuvo a punto de salvar a un equipo desahuciado. Incluso, merece la pena resaltar que aquel atípico año ascendieron a Serie A la Juventus de Deschamps, el Napoli de Edoardo Reja y el Genoa de Gasperini. Y los tres pincharon ante la Arezzo, aunque eso fue más mérito de Sarri, que llegó a puntuar en las visitas a San Paolo y a Turín, poco después de que la Juve dejase de jugar en Delle Alpi.
🚀 Antonio Conte nació para resucitar proyectos
Dos de las grandes obras del estratega italiano llegaron, precisamente, en Serie B: ascendió tanto al Bari (2009), con Andrea Ranocchia, Francesco Caputo o Andrea Masiello en plantilla; como al Siena (2011), de nuevo con Caputo como principal figura ofensiva. Con los primeros lo logró tras un lustro fuera de la primera categoría del Calcio y, con los segundos, nada más llegar, al año siguiente de caer a la Serie B.
En el Inter se proclamó campeón de la Serie A en 2021, tras once años de sequía en los que el dominio fue para una Juventus a la que él mismo cogió como séptima clasificada y la devolvió a lo más alto. Siempre se le dio bien hacerse cargo de equipos en crisis y ponerlos a competir de la noche a la mañana.
