Wisla Cracovia
⚽ Fútbol internacional

El ‘spanish’ Wisła Cracovia sueña a lo grande: «La Copa está siendo preciosa»

“Nos quedan seis partidos para ser campeones. Nos quedan cinco partidos para ser campeones. Nos quedan cuatro… Lo fuimos bajando y ahora solo nos queda uno”. Así relata Ángel Rodado, delantero español del Wisła Cracovia, la conjura de una de las mayores gestas de la temporada en Europa. Porque pese a que el equipo sea el segundo más laureado de Polonia, solo con una liga menos que el Legia Varsovia, su realidad es muy diferente. Ahora luchan por ascender a la primera división, tras varias campañas infernales en las que se consumó un descenso sin precedentes, además de estar en peligro de desaparición. Y, entre medias, han alcanzado por sorpresa la final de la Copa de Polonia. Descubrimos la historia de la mano de este jugador criado en la cantera del Mallorca, con experiencia en el Barça B y en la UD Ibiza, antes de marcharse a recorrer mundo en el verano de 2022.

😌 Un oasis en mitad del desierto

El emblemático conjunto de Cracovia pertenece a ese selecto club de equipos de Segunda División que jugarán la final de sus respectivas copas nacionales esta 2023/2024. No es el único de Europa, tanto el Gorica esloveno, como el Kaiserslautern alemán o el Corvinul Hunedoara rumano comparten este privilegio que se han ganado sobre el césped. Y, además, otros como el Sion, el Viimsi o el Nof Hagali, siguen vivos en Suiza, Estonia e Israel, respectivamente. No se puede decir que la hazaña del Wisła sea única, pero sí especial. Así lo corrobora Ángel: «La Copa está siendo preciosa para nosotros. No pensábamos llegar al final al principio de temporada, pero nos fuimos ilusionando conforme pasábamos rondas, por mucho que el ascenso sea el principal objetivo«.

Para llegar a la última instancia, el Wisła ha tenido que superar cinco eliminatorias. Todo se pudo torcer en la primera, la de treintaidosavos, ante el Lechia, de su misma categoría. El rival empató el duelo en el minuto 97 y forzó la prórroga, pero allí apareció Ángel Baena, otro español, para marcar el 2-1 definitivo. Los dieciseisavos y octavos de final fueron más asequibles y vencieron a dos planteles más del segundo nivel polaco: el Polonia Varsovia (3-0) y frente al Stal Rzeszów (4-1), ambos con un gol de Ángel Rodado. Pero, si por algo se recordará la Copa de nuestro protagonista, es por el que le marcó al Widzew Lodz en cuartos de final.

 

El cuento de hadas del Wisła estaba a punto de concluir en su primer enfrentamiento ante un plantel de la primera decisión, hasta que él empató en el minuto 19 de descuento la eliminatoria. Rodado no olvidará nunca ese tanto: “A título personal, me quedo con el gol como el mejor momento de esta Copa. Con el estadio lleno por ser de los más bonitos que he marcado en lo estético y evidentemente por lo que significaba”. Esta vez fueron ellos quienes se aferraron a la épica para forzar la prórroga y, de nuevo, el Wisła volvió a marcar sobre la bocina. Fue Szymon Sobczak esta vez el segundo héroe de la noche, en el minuto 119.

La Copa iba de suspense, y en semifinales se dieron una pequeña tregua, ganando a otro primera división como el Piast Gliwice, campeón de liga la 2018/2019 en lo que fue una historia parecida a la Premier League del Leicester City en 2016. La primera de su historia, tras salvarse agónicamente el año anterior. El duelo entre matagigantes comenzó a pedir de boca para el Wisła, que marcó a los dos minutos de juego y que en el 38 ya iba 2-0. Jesús Alfaro, atacante criado en el Barcelona B, fue quien puso tierra de por medio; y pese a que el Piast recortó distancias al inicio del segundo periodo, los de Cracovia resistieron para plantarse en la final 16 años después. La fiesta fue importante, Ángel Rodado relata que él estuvo en la grada por lesión y que fue verdaderamente emocionante celebrar el pase en su estadio, con los hinchas.

 

Tras 13 años de sequía y 21 sin alzar la Copa de Polonia, el Wisła, equipo creado en 1906 por un grupo de estudiantes, tiene la oportunidad de redimirse en uno de los momentos más complicados de su historia. En el vestuario son cautos, pero ya hablan de la posibilidad de que eso suceda y Ángel deja caer que, si ganan, alguno se tatuará el trofeo. “Y yo creo que también lo haría”, admite.

💪 El Wisła, tocado, pero no hundido

El descenso a la Segunda División de Polonia se consumó en 2022, momento en el que además tenía una deuda importante, los jugadores denunciaban impagos y había riesgo de que se suspendiera su licencia para jugar en el fútbol profesional polaco. Entonces, Jakub Błaszczykowski, el jugador más emblemático del club, regresó a casa en 2018 para liderar su rescate. No tanto vestido de corto, muy lastrado ya por las lesiones en el ocaso de una carrera para enmarcar, sino más bien en términos institucionales. El extremo del Borussia Dortmund de Jürgen Klopp, aprovechando que finalizaba contrato con el Wolfsburgo, fichó por el Wisła cobrando el sueldo mínimo legal y puso más de medio millón de euros para acometer la deuda del Wisła Cracovia, presidido por los Sharks desde 2016, un grupo ultra que se hizo con el control.

Kuba Błaszczykowski Wisła

Jakub Błaszczykowski se crio en el Wisła Cracovia y retornó antes de retirarse para rescatar a los suyos en el momento más delicado.

Ángel Rodado valora la figura de ‘Kuba’, un ídolo en Cracovia. «Significa mucho. Salió de la cantera del Wisla, triunfó a nivel internacional, llegó a una final de Champions, a disputar una fase final de Mundial y Eurocopa… Ayudó a resolver muchos problemas del club. Tal vez, incluso, de su desaparición, por la situación que vivía. Aquí se le respeta mucho y se le trata como lo que es, una leyenda«. Y agrega que ellos, a sabiendas de la delicada situación del club, tienen una importante responsabilidad y también la oportunidad de devolver al equipo al lugar que merece, a la Ekstraklasa.

🇪🇸 Un equipo con sabor ibérico

Vale la pena destacar que en este Wisła, además de Rodado, juegan otros ocho españoles más en el primer equipo que dirige el gerundense Albert Rudé: Álvaro Ratón, Eneko Satrústegui, David Juncà, Marc Carbó, Joan Román, Jesús Alfaro, Miki Villar y el propio Ángel Baena, además de contar con varios entrenadores asistentes de la península. No es algo novedoso que los jugadores nacionales emigren a la Ekstraklasa. En este momento son 20 en primera división y, entre ellos, destaca el caso de Jesús Imaz, José Naranjo y Adrián Diéguez, artífices de la que podría ser la primera liga ganada por el Jagiellonia, actual líder de Polonia.

Ángel comparte que «el hecho de que haya muchos españoles en el Wisła se debe a que el director deportivo es Kiko Ramírez, y a que él conoce bien el mercado español«. En todo caso, su fichaje fue previo al desembarco de Ramírez. «El fútbol polaco está en auge, creemos que puede ser un escaparate y un buen trampolín para crecer. En mi caso tuve una charla larga con Jerzy Brzeczek, el anterior entrenador y director deportivo. Él me convenció y le agradezco su insistencia para traerme aquí, porque la decisión de estar en Cracovia es algo que me hace muy feliz», concluye el delantero de la revelación copera polaca.

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