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⚽ Fútbol internacional

El Arsenal de Arteta y su ‘fracaso’ más exitoso

El fútbol de los últimos años ha malacostumbrado al público neutral. Todo lo que no sea ganar supone un fracaso. La excelencia del Barcelona de Guardiola, el ciclo glorioso de la Selección o el dominio del Real Madrid de Zidane mostraron una realidad tan bonita como imposible de lograr. Aunque ganar está bien, hacerlo así es utópico. Esto ha provocado discursos cortoplacistas y ventajistas que piden quemar las naves cuando las cosas no van al 100%. Algo así ha pasado con el Arsenal de Mikel Arteta. Tenía la Premier League en su mano, la primera del club desde que se mudaron al Emirates… y cayeron ante la presión inhumana del Manchester City. Si bien ha jugado en contra ir tan bien demasiado pronto, en ningún caso será justo tildar de fracaso una de las temporadas más especiales de la historia reciente del club.

🏡  Una reconstrucción lenta y segura con gente de la casa

El Arsenal siempre ha sido un grande y siempre debe estar peleando por ganar la Premier League. Pese a ello, no consiguen reinar en Inglaterra desde la temporada 2003/2004 con ‘Los Invencibles. Volver a conseguir algo irrepetible es imposible por definición, y los gunners se han quedado estancados en ese triunfo. Con el legendario Arsène Wenger a la cabeza, los proyectos cada vez iban perdiendo más fuerza.

Un lustro sin Arsène Wenger: un antes y un después en el Arsenal

Salió el francés, llegó Emery y la realidad competitiva del club era desastrosa para la magnitud de sus expectativas. Cesaron al técnico español, conscientes de que en el corto plazo no podía mejorar nada. Así, a finales de 2019 y con la pandemia a la vuelta de la esquina, llegó Mikel Arteta al Arsenal. Era su primera experiencia en los banquillos como entrenador, pues llegaba de formar parte del cuerpo técnico de Guardiola. Era un hombre de la casa sobre el que construir.

Arteta ganó la FA Cup con el Arsenal durante sus primeros meses al cargo.

Su impacto, pese a las dificultades planteadas por el covid-19, fue positivo. Ganaron la FA Cup ante el Chelsea, adaptándose poco a poco al estilo tan particular de Arteta. Consiguieron así su clasificación para la Europa League, pues se quedaron a las puertas de hacerlo vía Premier. Cuando se complicó realmente todo fue a la temporada siguiente, marcada por el vaivén de partidos aplazados provocado por la pandemia. El donostiarra estuvo en la cuerda floja durante un tiempo, favoreciéndole la ausencia de un superior claro que pudiera cesarle. Hubo un punto de inflexión: el Arsenal ganó al Chelsea 3-1 en Navidad, apostando por dos canteranos como Saka y Smith-Rowe. Era una declaración de intenciones, pues Arteta iba a morir con el talento de los chicos de la casa, no con los fichajes de campanillas que llegaban.

Bukayo Saka y Smith-Rowe celebran un gol con el Arsenal.

📈  Arteta y el Arsenal aprenden de sus errores

Aquella temporada 2020/2021 supuso un duro golpe para el Arsenal. Mejoraron sus prestaciones en liga, no bastó y se quedaron fuera de Europa tras una última jornada en la que pudo pasar de todo. Lo que era evidente es que, o remontaban el vuelo en la próxima campaña, o Arteta no tendría tanta suerte como en la última vez. Los fichajes (Ramsdale, Tomiyasu, White y Odegaard como principales incorporaciones) no entusiasmaron a la afición, y ya se veía venir lo que iba a pasar. Comenzaron perdiendo los tres primeros partidos de la temporada, arrancando una nueva mala racha. Pese a ello, la pasión que le transmitía el entrenador a sus pupilos estaba creando algo realmente grande. En un vestuario tan joven, era cuestión de tiempo que las cosas saliesen. Y, a falta de la guinda que hubiese supuesto la clasificación a Champions League, firmaron una temporada excepcional. No solo por ese regreso a Europa, sino por haber recuperado algo que estaba perdido desde hace mucho: la conexión con la grada.

Por fin, el aficionado gunner veía fuego en la mirada de los jugadores, esa pasión que tenían ‘Los Invencibles’. La máxima estrella del equipo Bukayo Saka, criado en Hale-End y rodeado por jugadores de fuera que también entendían perfectamente lo que es el Arsenal, Arteta se preparaba para culminar su mayor obra. No estaba pensado en conseguir tal logro, tan pronto, pese a que se podía dar. Nadie les creía, pues era una locura creer en la Premier League cuando había tanto tiburón en la pecera. El matiz importante es que ellos ya venían locos de casa, pues saben que quién no sueña con imposibles, no aspira a nada. Y así asaltaron el liderato, y lo mantuvieron. Habían tumbado al Manchester City en una de esas batallas de desgaste en las que son imbatibles. Dos décadas después, el sueño estaba al alcance de su mano.

🤔  ¿Es un fracaso perder la Premier cuándo tu objetivo no era ganarla?

El error fue el confiarse de tenerlo todo tan atado antes de que se materializase el título. El Manchester City le ha dado la vuelta a la tortilla. Sigue siendo posible el título del Arsenal, aunque todo el mundo sabe que aquel 3-1 en el Etihad fue juego, set y partido. La decepción se ha apoderado de los hinchas, ya que parecía posible que alguien le quitase la Premier al tiránico equipo de Guardiola. La cosa es que, realmente, no es culpa del Arsenal. Su objetivo no era ganar el título, pues era algo remoto. Estaba pautado en la hoja de ruta de cara a las temporadas venideras, porque era difícil un rendimiento así tan pronto.

Arteta ha construido algo muy especial en el Emirates, y es la vez que más cerca se van a quedar de ser campeones de Inglaterra otra vez. Lo ha hecho con un equipo que ha seguido un proceso, una evolución conjunta de sus integrantes. Por ello, aunque le haya dolido mucho al Arsenal, no pueden lamentarse más por esta Premier League. Toca mirar hacia delante. Es algo que ya sucedió la temporada pasada, cuando se derrumbaron ante el Newcastle y perdieron su plaza de Champions League. O la anterior, cuando no le dieron más vueltas a lo de no entrar en Europa y se marcaron el objetivo de regresar lo más rápido posible. Son jóvenes, tienen talento, tiempo y un líder con las ideas claras. Nadie quiere caer y todos quieren levantarse de inmediato. Esa filosofía, alejada del cortoplacismo resultadista, es lo que más te acerca a la victoria. Menos mal que este Arsenal de Arteta sabe que el camino se hace andando.

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