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Blaise Matuidi o la retirada de un gregario excepcional

Iñaki María Por Iñaki María

«¿Quién controla el campo? Matuidi, Blaise Matuidi. Hola, Matuidi. Con él estamos serenos. Es Matuidi, Blaise Matuidi». Dicho así, y no cantado por Vegedream en ‘Ramenez la coupe à la maison‘, pierde bastante. Pero la realidad es que más allá del flow y el ritmo de la estrofa, describe bien a uno de los centrocampistas que más y mejor se supo sacrificar en son del colectivo. Así era él.

Si hacía falta un organizador, él limpiaba sus botas y acariciaba el esférico para combinar. Que se le requería para realizar trabajo sucio, las ensuciaba sin perder la sonrisa. Si faltaba un rompelíneas con alma de llegador, disfrutaba como ese niño al que Papá Noel le regalaba sus primeras bambas de tacos. Todo ello, en pretérito, porque ya no lo veremos más. Blaise Matuidi anunció esta semana que se retira y, a sus 35 años, deja un poco más huérfano al fútbol de uno de los denominados jugadores de equipo. Uno de los más relevantes de la era contemporánea.

🏆 Clave en la Francia campeona de 2018

Desde 2012 empezó a contar para cada Eurocopa y Mundial, aunque su gran obra llegó en Rusia 2018. Fue en versión trabajo sucio, que si bien suele ser la faceta más sacrificada y menos lúcida a ojos del espectador, aquella vez lo hizo tan bien que, cuatro años y medio después, nos hemos hartado de escuchar que a Rabiot le había poseído el espíritu de Matuidi. Un compensador de fútbol. Y, más concretamente, de movimientos, que le sirvió a Deschamps para ponerlo como falso extremo izquierdo, centralizar al Griezmann más cerebral que no habíamos conocido hasta entonces y garantizar el retorno que Pogba no llevaba en su ADN. Trabajo impagable en la sombra.

🏅 Sus mayores logros en clubes

Hablando de pagar, quién sí se encargó de asegurar su jubilación vitalicia, y la de su familia, fue el Inter Miami, club que tiró la casa por la ventana para firmar el último contrato de Blaise como jugador profesional y juntarlo con los Higuaín, Kieran Gibbs, Gregore, DeAndre Yedlin, Alejandro Pozuelo o Leonardo Campana, entre otros. Un proyecto ambicioso que, sin embargo, no pudo pelear por la MLS ni en 2021, ni en 2022. Oportunidad perdida de ampliar un palmarés bastante extenso para Blaise, que se benefició de vestir los colores de la última Juventus hegemónica y del primer PSG multimillonario.

Sus cifras goleadoras no son escandalosas por su adaptabilidad a roles más de reparto, pero el canterano de US Fontenay-sous-Bois (1993-1998), CO Vincennois (1998-2001), INF Clairefontaine (2000-2003) y US Créteil-Lusitanos (2001-2004) deja para la posteridad varios días donde también fue protagonista. En sus casi veinte años de carrera y diez como internacional con Francia, que comenzaron a los seis en los suburbios de la capital francesa, solo perdió un partido donde vio puerta, que fue en el Toronto FC 2-1 Inter Miami. 

🌟 Momentos destacados

Para el recuerdo queda su gol, que abrió la lata en la final de Coupe de France 2015/2016, con victoria parisina (4-2) frente al Olympique Marseille. Probablemente, el más trascendente de su carrera. Estuvo cerca de superarlo con el 0-3, también de autoría propia, que sembró el caos en el Santiago Bernabéu la 2017/2018 y que mandaba, provisionalmente, aquella surrealista eliminatoria de cuartos de final de Champions a la prórroga. Pero no lo fue porque Cristiano Ronaldo, una semana después de su chilena en Turín, transformó el penalti que dio el pase al conjunto blanco en la última jugada del partido.

A lo largo de su carrera, ha tenido como entrenadores a Carlo Ancelotti, Unai Emery, Laurent Blanc, Massimiliano Allegri, Christophe Galtier, Maurizio Sarri o Phil Neville, entre otros.

Probablemente, sus hitos individuales o colectivos no hagan justicia a la carrera de un futbolista de esos que todo entrenador querría tener. Sin ir más lejos, es uno del selecto club de los 61 jugadores que alcanzaron los 400 partidos en la historia de la Ligue 1. Y, lo más importante, de los que han dejado un legado en entidades como son PSG o Saint-Etienne, los clubes de mayor palmarés de su país, o en sus 84 internacionalidades con Francia, que le sitúan como el decimoséptimo jugador con más partidos en la selección absoluta gala.

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