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De campeones a rozar el infierno en siete años: la caída del Leicester City

Solo queda Jamie Vardy en la plantilla del Leicester City para recordarnos lo que fue aquel equipo que arruinó a todas las casas de apuestas en Inglaterra. Y parece que, en un futuro cercano, no van a quedar ni las cenizas. Contra todos los pronósticos habidos y por haber, los foxes ganaron la Premier League en 2016. Y, aunque algunos de los nombres más ilustres de aquel equipo son estrellas hoy como N’Golo Kanté y Riyad Mahrez, era un equipo formado por descartes y veteranos. Por primera vez en la Premier League había hueco para una historia hollywoodiense. Su ambición les hizo asentarse en la zona noble de la clasificación, luchando por entrar en Europa en los años venideros. Entonces, volvió a suceder lo inesperado. Si Ícaro perdió sus alas por volar demasiado cerca del sol, al Leicester también le pesó su ambición. Hoy, siete años más tarde, el King Power Stadium está cerca de vivir un descenso a Championship.

 🇹🇭   Todo comenzó en Tailandia

Para la temporada 2014/2015, el Leicester protagonizó una de las escapadas del descenso más célebres en la historia de la Premier League. Su hazaña fue tal que, para celebrarlo, Vichai Srivaddhanaprabha se llevó a todo su equipo a conocer su Tailandia natal. El dueño del Leicester City quería seguir publicitando sus negocios mediante el fútbol y convertirlo en el equipo de su país. Cuando el viaje tenía que quedar en una inocente gira para hacer piña, saltó el escándalo: se filtró un vídeo de una orgía en la que estaban varios miembros del club. Entre ellos estaba el hijo de Nigel Pearson, el entrenador que había logrado la permanencia. Srivaddhanaprabha, como uno de los referentes de la élite conservadora de su país, no podía permitirlo. Le despidió fulminantemente y fichó a Claudio Ranieri para limpiar la imagen del club. Sin saberlo, aquel escándalo sexual había creado al campeón más inesperado.

Claudio Ranieri fue el arquitecto del Leicester campeón de la Premier League.

La historia de la siguiente campaña ya se la sabe todo el mundo. El Leicester City se convirtió en campeón de la Premier League contra todo pronóstico en 2016, siendo una fuente inagotable de historias. Era imposible no encariñarse con un equipo que reunía el trabajo del humilde Kanté, la magia de Mahrez, el legado de los Schmeichel en la portería y la inspiradora carrera de Vardy. La siguiente campaña fueron presos de su éxito, estando cerca de un descenso que no se consumó. Eso sí, llegaron hasta cuartos de la Champions League. Las salidas de Mahrez y Kanté, así como el despido de Ranieri en febrero de 2017, hicieron que tuviese que buscar un nuevo proyecto. Eso sí, mirando hacia arriba. Un campeón de la Premier League no podía permitirse otro año peleando por la permanencia.

🦊  El nuevo Leicester de los Srivaddhanaprabha

El paso definitivo hacia ese nuevo proyecto se dio con una noticia triste. Vichai Srivaddhanaprabha tenía la manía de volver a casa en helicóptero tras los partidos del Leicester, pero aquel 27 de octubre de 2018 sería diferente. El magnate, tras ver el empate a uno de su equipo contra el West Ham, sería uno de los cinco fallecidos en un accidente aéreo. El presidente era muy querido en el club, y la noticia conmocionó a todo trabajador. Fue devastador. Aiyawatt Srivaddhanaprabha, el hijo del difunto Vichai, sería el que cogería el testigo en la presidencia del club. Ya formaba parte activa de los negocios de su progenitor, pero la tragedia le obligó a dar un paso al frente.

 

Al equipo, en aquella temporada 2018/2019, le costó remontar el vuelo. Con Claude Puel al frente la situación era insostenible, y Aiyawatt aprovechó para ese cambio que venía maquinando su padre. Ficharon a Brendan Rodgers y el matrimonio comenzó a funcionar de inmediato. El norirlandés apostó por un estilo más ofensivo, más adecuado a las piezas que tenían los foxes. Por primera vez desde 2016, el Leicester era el fiel reflejo de esa ambición por crecer que tenía la familia Srivaddhanaprabha. Los fichajes fueron llegando y apuntalando un equipo que tenía claro que quería entrar en el big six de la Premier League. Ellos eran los primeros del resto de la liga. El cielo era el límite.

🥴  La ambición desmedida, mala compañera de viaje

En la temporada 2019/2020 se cayeron al final, tras rozar otra clasificación a la Champions League y postularse como candidatos al título durante buena parte de la temporada. Algo parecido sucedió durante la campaña siguiente, aunque esta vez consiguieron mejorar el agridulce sabor de su boca al ganar la FA Cup. La final ante el Chelsea en 2021 hizo ver que el objetivo estaba cerca, que solo necesitaban un empujón más. Por desgracia para ellos, compiten en la Premier League. Un año en esta competición es suficiente tiempo como para que cambie radicalmente el statu quo de cualquier equipo, da igual lo grande que sea. El Leicester estaba empezando a volar demasiado cerca del sol… y se podía quemar. Volvieron a invertir para aumentar el fondo de armario del equipo y evitar otra caída en las últimas jornadas. Lo que no sabían es que, realmente, ya estaban cayendo en picado.

Aiyawatt Srivaddhanaprabha levanta la FA Cup del Leicester en 2021.

Aiyawatt Srivaddhanaprabha levanta la FA Cup del Leicester en 2021.

Rozar la Champions durante dos temporadas consecutivas y tocar metal en la FA Cup no significó nada para el equipo en la campaña 2021/2022. La mediocridad de la media tabla se adueñó de un conjunto que, por primera vez desde hacía mucho tiempo, había fallado en su estrategia de fichajes. En medio de la pandemia, los traspasos multimillonarios conllevaban un mayor riesgo, y al Leicester no le salió ninguno. Para más inri, se quedaron fuera de competiciones europeas y perdieron los múltiples beneficios que otorga participar en ellas. El proyecto con el que soñó Vichai Srivaddhanaprabha y edificó su hijo Aiyawatt tenía que dar marcha atrás por falta de fondos.

Así, con muchas ventas y pocas compras, llegamos hasta nuestros días. En Leicester se respira un ambiente enrarecido, dependiendo la salvación de un milagro. Brendan Rodgers fue destituido hace meses, y los jugadores que acariciaron la Champions hace dos años ahora están hasta el cuello de barro. Solo los arreones de un veterano Vardy han mantenido al equipo con vida en las últimas jornadas. Su billete hacia la salvación es ganar los dos partidos que les quedan. No es tan sencillo como pudiera parecer, pues uno de ellos es ante un Newcastle que necesita puntuar para cerrar su participación en la próxima edición de Champions League. Ahora, después de caer como ya lo hizo Ícaro, solo una última muestra de orgullo y ambición puede salvarles del infierno. El proyecto de una familia vuelve a pender de un hilo, así como sucedió en 2015. Fue la antesala de un éxito irrepetible, y esa es la mayor condena que puede tener el Leicester.

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