Dzeko
⚽ Champions League

Edin Dzeko, ¿de héroe a verdugo del Manchester City?

Un Manchester City-Inter de Milán es una final de la Champions improbable. Según la lógica, no debería haberse dado. No es por el buen hacer del equipo de Pep Guardiola, que siempre está en los favoritos para llegar, sino por la aparición de los neroazzurri. Entre un buen sorteo y una notable capacidad competitiva, se han colado en el partido que todos quieren jugar. Hasta ahí, todo normal. El problema viene al revisar la plantilla del Inter, mirando hombre por hombre a los culpables del buen hacer de los italianos. Aparece el nombre de Edin Dzeko, uno de los que pusieron las primeras piedras de lo que hoy es el proyecto faraónico del Etihad. Como si fuese un drama deportivo, el Manchester City deberá superar a su pasado para tocar la gloria europea por primera vez.

🫂  Edin Dzeko, el delantero a la sombra de Agüero

Cojamos el DeLorean para viajar atrás en el tiempo, para ir al inicio de todo. En los primeros días de 2011 el Manchester City hacía oficial un secreto a voces. Edin Dzeko, objeto de especulación constante desde el verano pasado, era nuevo jugador citizen. El bosnio venía de ser una de las sensaciones de la Bundesliga con el sorprendente Wolfsburgo que ganó la liga, erigiéndose como el objeto de deseo de media Europa. Como si fuese una demostración de músculo financiero, se lo llevaron al Etihad Stadium. Debía ser el encargado de meter los goles en un equipo al que aún le faltaba algo más de punch arriba. Carlos Tévez y Mario Balotelli estaban bien, pero no eran lo suficiente como para ganar la Premier League ante Manchester United y Chelsea.

Por desgracia para los intereses de su nuevo equipo, los goles se los dejó en Alemania. Solo contribuyó en cuatro goles durante la segunda parte de la temporada en la Premier League, quedándose algo atrás su rendimiento. Pese a ello, estaba naciendo una asociación muy especial con David Silva. El español jugaba por detrás, consiguiendo entablar una bonita amistad futbolística. Ni las evidentes barreras lingüísticas entre un español y un bosnio pudieron con su fútbol. Y es que, sin ser un jugador más espectacular, Dzeko era de esos que hacía todo un poco más fácil para el resto. Lo mejor de su fútbol era el que entendía lo que necesitaba el resto, dejando de ser el delantero voraz del Wolfsburgo a una útil pieza para Roberto Mancini. Los goles ya llegarían.

David Silva fue el que mejor entendió a Dzeko en el Manchester City.

David Silva fue el que mejor entendió a Dzeko en el Manchester City.

Al año siguiente, con la llegada de Agüero y la pelea entre Tévez y el entrenador italiano, fue titular. La cosa es que, para la temporada 2011/2012, comenzó marcando los tantos que no consiguió la campaña anterior. Sin tantos focos sobre Dzeko, el bosnio podía hacer su fútbol con menos presión. Ante el Tottenham, en la tercera jornada de la Premier, marcó cuatro goles. En 90 minutos había salido su nombre en las estadísticas tantas veces como en sus primeros meses en Manchester. No pudo mantener esa voracidad goleadora, pero sí fue uno de los grandes nombres del City campeón. Participó en 19 goles en 30 partidos, siendo el más importante el que metió ante el QPR en la última jornada. Como es sabido, aquel día Agüero se volvió eterno con su diana en el último suspiro. Eso sí, no hubiese servido de nada sin el gol del bosnio un par de minutos antes. Un día más, Dzeko estaba a la sombra hasta cuando todos los focos le apuntaban.

❌  Sin hueco por la ambición del City

El Manchester City despegó. Ya habían conquistado Inglaterra, por lo que tocaba hacer lo propio con Europa. La inversión se multiplicó por el aumento de ambición del club, tratando de pulir cualquier aspecto de la plantilla. Dzeko estuvo cuatro temporadas completas en el Etihad Stadium, y estuvo en torno a los 15 goles en liga en tres de ellas. Tenía cifras respetables, y aguantó los primeros compases del cambio de Mancini por Pellegrini en el banquillo. Eso sí, a la primera lesión grave que tuvo, el chileno dejó de contar con él. Le cedieron a la Roma para que tuviese minutos y pudiese recuperar los números que no pudo hacer por sus dolencias físicas, tratando de hacer caja con él y poder fichar un delantero con cifras mejores. En cuatro años y medio, Dzeko se fue como el 10º goleador histórico del club, siendo sus 72 dianas las que abren el top de anotadores del Manchester City. Solo David Silva lamentó su salida, alegando que era «uno de los mejores delanteros con los que había jugado». Para ser alguien que vivía a la sombra del resto no estaba mal.

En la capital de Italia también le costó arrancar. Ya le pasó lo mismo en Manchester, por lo que estaba tranquilo. Poco a poco, los giallorossos aprendieron a entender el fútbol de ese delantero empático que pensaba antes en las necesidades futbolísticas del resto que de las propias. A su alrededor, la Roma se hizo un conjunto competitivo en Europa. Fue aquel equipo que alcanzó las semifinales de Champions League, eliminando por el camino al FC Barcelona con una remontada histórica. Para 2021, separaron sus caminos con Dzeko como el tercer máximo goleador histórico de ‘La Loba’. Tenía 35 años y una oferta irrechazable encima de la mesa. Le fichó el Inter de Milán para afrontar una remodelación de su delantera por la salida de Romelu Lukaku. En el norte de Italia, como no podía ser de otra manera, ha vuelto a ser un delantero tremendamente útil al servicio del equipo.

Dzeko ha sido importante en el camino del Inter hacia la final.

Edin Dzeko ha sido importante en el camino del Inter hacia la final.

Ahora, como si fuese una broma macabra del destino, está delante del club que no creyó en su fútbol. Puede ser la primera Champions del Manchester City, pero para Dzeko también es la oportunidad más grande de su vida. Con 37 años, difícilmente se vuelva a ver en una así. Y, claro, sería demasiado irónico que un gol suyo decidiese todo ante el club que pensó que no marcaba lo suficiente. Aunque es demasiado jugoso como para buscar ese tanto con todo lo que haga falta, difícilmente salga eso del bosnio. Él no sabe jugar al fútbol para marcar goles, sino para ayudar a sus compañeros. Sabe que su mayor victoria no sería llevarse los focos por lo que no es, sino por haber sido fiel a lo que él cree. Quizás, al final de todo, el drama deportivo de superación no es del Manchester City. Edin Dzeko es el que se enfrenta a su pasado y no al revés.

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