25 de mayo de 2005. Al descanso, el Milan gana por 3-0 al Liverpool en la final de la Champions de esa temporada. Rafa Benítez, entrenador de los reds, entró en los vestuarios y cambió el partido. El conjunto inglés consiguió empatar ese choque en seis minutos y remató a un Milan plagado de estrellas en los penaltis para alzar su quinta Liga de Campeones. Una de las más mágicas que se recuerdan. 18 años después, esta es la historia de lo que pasó…
👨🏫 El Liverpool de Rafa Benítez
El Liverpool regresó a la Champions tras un curso jugando la Copa de la UEFA. El equipo estaba sustentado por la habilidad bajo palos de Dudek, la capacidad defensiva de Carragher y Hyypiä, el orden de Xabi Alonso y Gerrard y los goles de Luis García y Milan Baroš. Como reservaras, ese plantel contaba con nombres como los de Djibril Cissé, Kewell y los españoles Josemi y Antonio Núñez.
Después de eliminar al Grazer AK austriaco por un global de 1-2 en la fase previa, los ingleses quedaron encuadrados en un grupo exigente con el Deportivo de La Coruña, Olympiacos y Mónaco. Los reds debutaron con una victoria por 2-0 ante los subcampeones del año anterior, pero una derrota en Grecia y otra en el Principado obligaron al equipo inglés a ganar por dos goles en la última jornada para clasificarse.
Ante esa urgencia aparecieron Sinama Pongolle, Mellor y Gerrard para ganar el partido por 3-1 al Olympiacos. No fue fácil, pero el Liverpool conseguía acceder a los octavos de final como segundo de grupo tras el Mónaco. El equipo de Benítez quedó emparejado en los octavos con el Bayer Leverkusen, al que eliminó por un contundente 6-2 en el general de la llave, con dos goles del español Luis García.
20 años después de la trágica final de Heysel, Liverpool y Juventus volvían a cruzarse. Aparecieron nombres como Hyypiä o Cannavaro y los postes para alcanzar las semifinales por 4-3. En la penúltima ronda, el conjunto red se encontraría con el Chelsea de José Mourinho, al que eliminarían con un solitario gol de Luis García en la vuelta en Anfield, con un polémico gol fantasma que nunca pareció entrar. El Liverpool volvía a una final de la Copa de Europa 20 años después.
⭐ Un Milan galáctico de la mano de Ancelotti
El equipo italiano era uno de los favoritos para llevarse el torneo. Un equipo lleno de jugadores determinantes que se encontraban en el mejor momento de su carrera y que ya habían ganado la final del 2003. Aquí está la alineación de gala de Carlo Ancelotti para la final.
El equipo rossoneri quedó primero de su grupo, por delante del Barcelona, del Shakhtar Donetsk y del Celtic de Glasgow. Solo perdieron en el Camp Nou por 2-1 con un golazo de Ronaldinho. En los octavos, los italianos se deshicieron del Manchester United con dos tantos de Crespo entre la ida y la vuelta. En los cuartos, se enfrentaría a su rival de ciudad, el Inter. Como locales ganaron 2-0 con goles de Stam y Shevchenko y como visitantes vencieron por la mínima con otra diana del ucraniano. Lo peor del partido fue el lanzamiento de bengalas y objetos que obligó a detener el encuentro durante 20 minutos. Finalmente, se suspendió y se dio como ganador al Milan.
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Los rossoneros se cruzaron con el PSV en semifinales. Los goles de Shevchenko y Tomasson en San Siro encarrilaron la eliminatoria, pero en Países Bajos, el PSV empataría con los tantos de Park-Ji-Sung y Phillip Cocu. Un cabezazo de Ambrosini cuando ya se llegaba a la prórroga decantó el encuentro. El posterior gol de Cocu no sirvió para nada. El Milan estaba en la final.
🥵 Una final de la Champions de dos partes
El 25 de mayo de 2005 Estambul acogía a Liverpool y Milan. Los italianos eran los favoritos y no tardaron mucho en demostrarlo. En el primer minuto, un centro de Pirlo fue rematado por Maldini para marcar el primer gol rossonero. Un milimétrico gol anulado a Shevchenko fue la antesala del segundo tanto italiano, que se originó tras una posible mano de Nesta. Acabó con una asistencia de Shevchenko a Crespo. Al filo del descanso, Kaká dio una asistencia perfecta al delantero argentino, que anotaba un 3-0 que encarrilaba la séptima Copa de Europa para el Milan. Pero todavía quedaba la segunda parte…
Con la necesidad de remontar tres goles en contra, Rafa Benítez cambió la estructura en el descanso, pasando del 1-4-2-3-1 inicial a un 1-3-4-2-1. Una decisión que a la postre se antojó como clave, permitiendo al equipo inglés —con la entrada de Didi Hamann— tener un jugador extra en medio campo. Con Gerrard liderando el juego, el Liverpool se lanzó al ataque. Apenas 10 minutos después de la segunda mitad, el capitán red recortó distancias y, en seis minutos, igualó la final con las dianas de Šmicer y Xabi Alonso.
Con empate en el marcador, empezó un nuevo partido… y apareció Dudek. El guardameta polaco paró un remate de cabeza de Shevchenko y fue vital en la tanda de penaltis. El portero red pareció invocar a Bruce Grobbelaar (final de Roma para el Liverpool en 1984) con sus movimientos sobre la línea para detener los lanzamientos de Pirlo y Shevchenko.
Esta final de Estambul ha quedado como la del «milagro» por la remontada exprés del Liverpool y la heroica tanda de penaltis. Los ingleses levantaron su quinto entorchado europeo. Dos años después, en 2007, el Milan se vengó en la reedición de la final contra el conjunto inglés. Pero esa es otra historia…