Fútbol internacional

El fenómeno ultra explota en Países Bajos

No es un hecho aislado. La radicalización del fútbol en los Países Bajos continúa en aumento y por mucho que la Federación Neerlandesa de Fútbol (KNVB) haya tomado medidas, los ultras campan a sus anchas por los estadios. Cada vez hay más violencia e inseguridad para los aficionados de a pie. Pero, ¿a qué se debe esta tendencia? ¿Está la sociedad especialmente desquiciada o es cosa del fútbol? ¿Se le da importancia desde dentro a lo que está ocurriendo? ¿Sucede también en divisiones inferiores? ¿Cuál es la solución?

🤦 Der Klassiker se fue de las manos

Lo que debería ser y ha sido en muchas ocasiones una fiesta futbolística que paraliza Ámsterdam y Rotterdam, de un tiempo a esta parte ha desembocado en caos y miedo de acudir a ver el clásico neerlandés en lugares muy frecuentados, incluidos los propios estadios. La temporada pasada ya se tuvo que detener durante casi una hora el Feyenoord – Ajax de KNVB Beker, la copa neerlandesa, cuando un proyectil impactó en la cabeza de Davy Klaassen, lo que provocó una brecha bastante aparatosa en la cabeza del veterano centrocampista neerlandés.

El precedente más reciente y más mediático este curso se volvió a presenciar en Der Klassiker. Esta vez, con los ultras del Ajax en el ojo del huracán. El 0-3 al descanso favorable al Feyenoord fue la gota que colmó el vaso ante la grave crisis que atraviesan los de Ámsterdam, cuyos radicales frenaron la goleada de una forma aún más bochornosa, al arrojar bengalas al terreno de juego. Idea inspirada en el Groningen, que paró la 2022/2023 un partido ante el propio Ajax por esta misma situación. Esta vez, el duelo se suspendió y se tuvo que reanudar al día siguiente, en el mismo Johan Cruyff Arena, aunque a puerta cerrada por motivos de seguridad.

😤 Hay muchos más casos

Otro de los precedentes más recordados fue el duelo que midió a PSV Eindhoven y al Ajax, al final de la pasada campaña. El encuentro se detuvo unos minutos y los jugadores llegaron a enfilar el tunel de vestuarios después de que uno de los vasos arrojados al rectángulo de juego le cayese a Steven Berghuis, futbolista del Ajax. En esa ocasión se reanudó el mismo día. Diferente a lo sucedido por la misma situación en el NAC Breda – Willem II, derbi de Breda en segunda división, o en el Groningen – NEC Nimega. Ambos, pospuestos para el día siguiente, ya sin público en las gradas.

🇪🇺 Los ultras lo han trasladado a Europa

Los incidentes, como cabría esperar, no se han quedado dentro de las fronteras nacionales. En la pasada semifinal de la Confecence League fueron los radicales del AZ quienes dejaron una imagen desoladora, que ensucia un curso brillante para los de Alkmaar. La gran revelación de la Conference, además de arrasar en la Youth League hasta proclamarse campeones de la Champions juvenil. Sucedió al término del partido contra el West Ham, en el que algunos jugadores del conjunto londinense tuvieron que aplazar la celebración de su pase a la final para enfrentarse con los más violentos del AZ, quienes trataron de agredir a la afición desplazada, entre los que se encontraban familiares de los futbolistas.

El AZ Alkmaar se revela ante Europa

Los ultras del Feyenoord tampoco se quedaron cortos cuando, en su visita al Wanda Metropolitano, invadieron una sala VIP del Atlético de Madrid. El asunto no pasó a mayores por la actuación de los cuerpos de seguridad presentes en el duelo de la fase de grupos de Champions. Y, para no ser menos, uno del PSV dejó huella también cuando en la fase eliminatoria de la pasada Europa League saltó al terreno de juego para agredir a Marko Dmitrović, guardameta del Sevilla. Algo que nos retrotrae al Vitesse – Sparta de Rotterdam de Eredivisie, en el que sucedió lo mismo, pese a que en la previa del partido los jugadores de ambos equipos ya habían lanzado un mensaje de «paz». «Vrede«, en neerlandés. De ahí el símbolo de la ‘V’.

🌍 También sucede fuera del fútbol neerlandés

«Mal de muchos, consuelo de tontos». La realidad es que Países Bajos no es la única nación en la que hemos presenciado casos graves recientes en los que los ultras empañan el fútbol a base de violencia. Física o psicológica. En la élite, esta misma temporada, ya se tuvo que aplazar en Francia el Montpellier – Clermont, después de que un petardo explotase cerca de Mory Diaw, guardameta visitante que quedó aturdido tras el lamentable suceso.

En territorio galo tampoco es un hecho aislado. El mismo caso del Olympique Marsella alerta del peso que tienen los radicales en los terrenos de juego, después de que los ultras provocaron la marcha de Marcelino García Toral, su entrenador, y de Javier Ribalta y David Friio, directores deportivos. Hasta Pablo Longoria, su presidente, dejó caer la posibilidad de abandonar la entidad, algo que no ha sucedido por ahora.

La crisis del Olympique Marsella: del ‘hype’ al caos en un mes

Todo ello, después de la trágica batalla campal entre los radicales de Dinamo Zagreb y AEK correspondiente a las previas de Champions, en el que también estuvieron involucrados los simpatizantes más violentos del Panathinaikos y el propio Olympique Marsella. El duelo se tuvo que posponer, a raíz de la muerte por apuñalamiento de un hincha ateniense, el arresto de más de un centenar de ultras y la hospitalización de más de una decena de aficionados.

¿Qué se esconde tras la batalla campal entre ultras del AEK y Dinamo Zagreb?

🧑‍⚖️ ¿Cuál es la reglamentación de la KNVB al respecto?

Como se puede comprobar, los altercados más recurrentes se corresponden con agresiones o intimidación a los jugadores. Principalmente, mediante el lanzamiento de objetos al campo. El protocolo de actuación de la Federación Neerlandesa de Fútbol indica que si los proyectiles no golpean en nadie, el partido se interrumpirá de manera temporal y los jugadores se retirarán del rectángulo de juego, a modo de aviso. En el caso de una segunda infracción, el encuentro se detendría de forma definitiva. Mientras que, si el objeto alcanzara a algún jugador o a uno de los árbitros, el juego no se reanudaría. Esto es algo que se ha instaurado a raíz del incidente con Davy Klaassen.

🤔 ¿Cuál es la solución?

La Federación y los clubes saben que tienen un problema y que es un fenómeno más grave en el fútbol neerlandés que en el resto de Europa, nos confiesa Daniel Reyes, periodista y corresponsal en La Haya de TNT Sports. «En el día a día en la calle no notas lo que pasa en los estadios o en sus aledaños. La violencia exacerbada es un tema del fútbol más que de la sociedad. Creo que pasa algo como en Francia, cuyos ciudadanos son los más civilizados del mundo, salvo cuando van al fútbol».

Parte del problema reside también en la radicalización de los equipos más mediáticos, tal y como corrobora Daniel Reyes: «Es algo que apenas sucede en las divisiones más bajas. Ha habido peleas, sí, pero nada comparable con o que sucede en las dos primeras divisiones. En segunda se ha parado algún partido, aunque la violencia no se acentúa tanto como en la Eredivisie».

El Ajax no toca fondo: caos deportivo, institucional y social

«Para mí, la solución pasa por localizar a los agresores y promover sanciones largas, de mucho tiempo sin poder acudir a los estadios. Pero, sobre todo, creo que la única manera de que los aficionados entiendan que esto no puede seguir así, es a través de la retirada de puntos a su equipo. Tampoco pienso que sea la mejor solución, pero sí la menos mala. Y habría un hándicap, en el caso de que los aficionados visitantes se infiltren entre los locales para beneficiar a su equipo. No hay solución sencilla, realmente», concluye Daniel.

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