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Paulo Dybala, la mirada de quien quiere presidir el Coliseo romano

La capital de Italia tiene un nuevo ídolo. Había indicios de ello, cuando acudieron 10.000 aficionados a su presentación a todo color, pero la realidad está cumpliendo con las expectativas. En su primer curso en Roma, Paulo Dybala ya ha alcanzado la decena de goles y las cuatro asistencias en sus 17 partidos oficiales con la elástica giallorossa. Números que recuerdan a su primera y tercera temporada en Turín, años en los que alcanzó 19 y 22 goles, más 9 y 5 asistencias, respectivamente. En cualquier caso, al mediapunta argentino siempre se le han dado bien los números, aunque el discurso, ahora que ha abandonado la Juventus con una mezcla entre muestras de cariño y decepción, también está de su parte.

🪑 Juego de tronos

Roma es tierra de fútbol pasional. El derby della Capitale así delata a laziales y romanistas, dos de las aficiones más calurosas del Calcio, de las que brindan su apoyo incondicional al futbolista cuando este defiende sus escudos. Allí, Paulo ya es reconocido como uno di noi, siguiendo poco a poco los pasos de otros estandartes del club como el mismo Lorenzo Pellegrini o, anteriormente, como Daniele de Rossi o un Francesco Totti que se deshace en elogios hacia su figura.


Francesco Totti: «Dybala es un fenómeno. Está por encima de todos. Siempre ha demostrado su valía y estoy muy contento de que haya llegado al Roma. Se merece todo».


El discípulo ha llegado en un momento en el que la afición de la Roma necesitaba alegrías, inmersos en una etapa de transición que se alarga más de lo previsto. Porque, con la lucha por el Scudetto accesible tras una década tiranizada por los juventinos, y las plazas Champions más abiertas que nunca a raíz de la sanción al propio club hegemónico de Turín, la afición del Olímpico pide un paso adelante de sus pupilos. Y ese es Dybala, un líder por naturaleza; carismático y elegante como nadie en la plantilla. 

A Paulo nunca se le ha echado en cara el talento, sino, más bien, su constancia dentro de los partidos o a lo largo de las temporadas. Fuese por las frecuentes lesiones o por una irregularidad que, poco a poco, cada vez es más cosa del pasado. Ahora vive un presente donde parece aferrado al último tren que pasó a buscarle con mayor determinación, cuando en Turín expiró su contrato. Un presente en el que José Mourinho, tradicionalmente a caballo entro el papel de ángel o demonio respecto a este tipo de futbolistas, ha escogido hacer de poli bueno.


José Mourinho: “Me pidió volver el 1 de enero, pero le pedí si podía volver el 29 porque sin él no íbamos a poder ganarle al Bologna. Me devolvió la llamada diciéndome que se iría el 27 para estar entrenando con nosotros el 28. Así es Paulo, un tipo especial”.


Justamente, en un momento en el que las reprimendas romanistas se las lleva Nicolò Zaniolo, el que fue hijo pródigo, que parecía el firme heredero de Francesco y que ahora va camino de convertirse en un juguete roto. Su salida por la puerta de atrás no se atisba muy lejana, lastrado también por dos graves lesiones de cruzado y por un compromiso que ahora ponen en duda desde el club. El trono se intuye que será cosa de Paulo y Lorenzo, a partir de ahora.

🍭 Un dulce para aderezar

En lo técnico-táctico, la Roma es un equipo más que reconocible, con pros y contras muy marcados. Intimidante en el juego directo y soberano en el balón parado ofensivo, pero titubeante cuando repliega y plano si de asumir la iniciativa se trata. Es un equipo muy lineal desde la pizarra, por nombres, disposición e intenciones. Pero si encuentra a Dybala como guinda de su pastel, mejora ostensiblemente tanto su juego más vertical, como aquel que fue pensado para los fantasistas más juguetones.


José Mourinho: “Con Dybala la pelota siempre es redonda. Con otros, es cuadrada”.


A ese selecto grupo pertenece Dybala, por técnica y por visión de juego. Halla horizontes que los demás no insinúan. Paulo hace posible que sus compañeros reluzcan a su lado, aunque el más brillante sea él. Tal vez, por eso se le conoce como ‘La Joya’. La misma que se desenmascaró hace un año, de forma silenciosa, dentro de un contexto futbolístico similar que desatascó una decena de veces con su incidencia en el último tercio para abrir la lata, y que ahora replica de manera más ruidosa 700 kilómetros al sur. El contexto y él no han cambiado tanto. Realmente, la mutación está más ligada a las expectativas y a la opinión pública, caprichosa y cortoplacista como de costumbre.

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