BEN ARFA
Fútbol internacional

¿Qué fue de… Hatem Ben Arfa, el genio que malgastó sus deseos?

Hatem Ben Arfa es uno de esos jugadores que vuelve a nuestras vidas de manera cíclica. Se va porque su mentalidad así lo quiso, pero regresa porque su talento no merece caer en el olvido. Su carrera baila entre lo que pudo conseguir y no consiguió, aderezado por la genialidad de unos highlights a la altura de muy pocos. El problema es que, por primera vez en su vida, lleva demasiado sin aparecer. ¿Qué fue de Hatem Ben Arfa y su genialidad?

💫​ Teóricamente, era mejor que Benzema

Del talento del parisino se ha escrito mucho. Hijo de futbolista, no tardó en destacar en las categorías inferiores de un Olympique de Lyon en el que estaba con Karim Benzema. No es que se desprestigiase el talento del delantero, pero las malas lenguas apuntan a que el más diferente era Ben Arfa. Fue, junto a Benzema y Nasri, el futbolista más destacado de aquella Francia sub-17 que ganó la Eurocopa en 2004 ante España. Con los grandes clubes del viejo continente detrás de él, la reputación de Hatem Ben Arfa alcanzó máximos históricos. El mundo era suyo, y eso que aún no lo había conquistado.

Karim Benzema refinó el gusto del Bernabéu

Entonces, llegó la primera decisión cuestionable de su carrera. Tras ser un asiduo del primer equipo del Olympique de Lyon, decidió traicionar la confianza de los suyos al marcharse al Olympique de Marsella en el 2008. Se iba al eterno rival. Allí, su rendimiento comenzó a parecerse a los dientes de sierra. Aun así, el talento que demostraba pesaba más que su supuesto carácter díscolo. Lo próximo en su carrera sería un gran traspaso. Entonces, llegó la segunda decisión cuestionable.

🇬🇧​ El Newcastle United, el único remanso de paz

No es que su fichaje por el Newcastle en 2010 fuese mal, pero sí que fue anticlimático por aquel entonces. Era lógico esperar mucho más que un traspaso a un recién ascendido en el frío norte de Inglaterra. Pese a ello, su estancia en St. James’ Park fue un oasis en su carrera. Formó parte de unos magpies que actualmente siguen siendo recordados, pues eran un equipo de culto. Ben Arfa llegó a un Newcastle que tenía ganas de despertar, ya que eran un gigante dormido. Él le puso magia a un equipo que acabó en la media tabla aquel año y se clasificó para Europa League en la siguiente campaña.

El Newcastle cambia el paradigma de los fichajes multimillonarios

Comenzaron a apodarle ‘The Geordie Messi‘, en referencia a su habilidad para marcar diferencias. Pese a ello, con Ben Arfa siempre estaba el final a la vuelta de la esquina. No se olvidaron nunca de lo especial que era el fútbol de su estrella, pero sí se acabaron cansando de él y su indisciplina. Mientras el Newcastle se sumía en una crisis institucional que acabó con la compra del fondo de inversión saudí, Ben Arfa se marchó cedido al débil Hull City antes de quedar libre. No quisieron renovarle. El hombre más codiciado en 2004 no tenía equipo en 2015, cuando teóricamente debía estar en el pico de su carrera.

📉​ Niza, París, y más indisciplina

El OGC Nice apareció en su carrera como un bote salvavidas. Ellos le necesitaban, y Ben Arfa los necesitaba a ellos. En el sur de Francia, a orillas de la Costa Azul, se reencontró con su fútbol. Ya no era tan brillante como se creía que iba a ser, aunque le sobraba para ser uno de los mejores jugadores de la Ligue 1. La 2015/2016 fue la mejor temporada de su carrera. Marcó 17 goles, dio tres asistencias y dejó varias jugadas para la galería. Merecía la pena volver a confiar en su talento. Un nuevo Ben Arfa era posible. El PSG, con Unai Emery al frente, decidió unirse a ese renovado tren del hype.

Ben Arfa Niza PSG

Hatem Ben Arfa firmó su mejor temporada en Niza, pero su fútbol se quedaría ahí.

Los más románticos consideran que ahí se acabó Ben Arfa, pues no volvió a ser el mismo. Su vuelta a la ciudad que le vio nacer fue el final de su carrera a sus 29 años. Nunca casó su estilo con el de Emery, llegando incluso a estar apartado del equipo por reírse del acento del vasco. Estaba totalmente fuera. Tuvo una nueva tabla a la que agarrarse dentro de su mar de indisciplina, pues el Rennes apareció en escena para salvarle. Por desgracia, ya estaba hundido. Comenzó a encadenar pasos efímeros por distintos equipos. Entre ellos, claro, estuvo su intrascendente cameo en el Real Valladolid para la temporada 2019/2020. Ahora mismo, tras volver a Francia y acabar su contrato con el Rennes, lleva más de un año sin equipo. Está desaparecido y nadie quiere buscarle.

La otra cara de la moneda fue su gran amigo Karim Benzema. El talento de Ben Arfa no dejó apreciar correctamente la profundidad del segundo máximo goleador histórico del Real Madrid. Mientras se hundía en el ostracismo su contraparte, el atacante ganó cinco Champions League y un Balón de Oro. Con sus episodios de indisciplina, sí, pero siempre con la mentalidad suficiente para reconducir su talento. Y ahí es donde estuvo la gran diferencia entre ambos talentos superlativos. Benzema entró en los libros de historia, y Ben Arfa se quedó en nuestra cabeza junto a la incómoda duda por lo que pudo ser y nunca fue. El talento es importante, pero más lo es la mentalidad.

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