Roma, en su condición de ciudad milenaria, ha renacido unas cuantas veces a lo largo de su historia. Lo de volver a comenzar no es nuevo, haciendo del paso atrás el momento previo a dar un salto hacia delante. La Roma, como equipo homónimo de su ciudad, no podía ser diferente. Tras perder la final de Europa League contra el Sevilla, el proyecto de José Mourinho estaba a punto de terminarse.
Pese a ello, parece que ha renacido de sus cenizas. No es para menos, pues su mercado de fichajes es de los mejores que se han visto. O, al menos, lo es en relación con la calidad y el precio.
📈 De equipo limitado a equipo con mil alternativas
Los giallorossi eran un equipo tremendamente limitado. Cierto es que Mourinho es un experto a la hora de exprimir este tipo de equipos, pero necesitaban algo más para satisfacer las ambiciones del club. Dependían en exceso del talento de Paulo Dybala, siendo el único capaz de hacer algo diferente. No sería fácil rodearle bien, pues la Roma no estaba dispuesta a invertir tanto como quería el entrenador portugués. Mourinho no quería ver como su trabajo caía en saco roto, y por el mismo camino iría Dybala si no cambiaba la situación de la plantilla. Por tanto, el club tenía un marrón importante entre manos. Su equipo no daba la guerra suficiente como para satisfacer las ansias de victoria de sus pilares. Tocaba hacer un buen mercado, aunque fuese de mínimos.
Aquí es donde se hizo la magia. Para darle más alternativas a Mourinho y mejores socios a Dybala, llegaron varios futbolistas de nivel. Evan N’Dicka y Rasmus Kristensen reforzarían la defensa, y Renato Sanches, Leandro Paredes y Houssem Aouar harían lo propio en el medio. Todos estos fichajes costaron 3,5 millones de euros en total, yendo a contracorriente de lo que se ve en el mercado. Para más inri, la Roma lleva unos beneficios de casi 70 millones. Han mejorado enormemente el equipo habiendo ganado dinero, solventando mínimamente las dificultades financieras de la entidad. Es, a efectos prácticos, el mercado perfecto.
💫 La Roma, ahora sí, aspira a Champions
Mourinho, desde su llegada, ha tratado de aumentar las expectativas del club. Ha conseguido crear un hermanamiento especial con la afición, dándole a la Roma un título europeo con aquella Conference League. Para la campaña pasada se quedó a las puertas de ganar la Europa League, reflejando ese avance continuo del proyecto. De cara a esta temporada, el objetivo era llegar a clasificarse a la Champions League. Pese a ello, no era un objetivo realista con lo que había en plantilla, siendo un milagro ese subcampeonato europeo. Ahí es donde entran los fichajes, siendo tremendamente atractivos en la agencia libre. Houssem Aouar y Evan N'Dicka llegaron gratis, adelantándose a otros conjuntos con propuestas atractivas. Luego, el lateral Rasmus Kristensen lo hacía como cedido. Con ellos, el suelo del equipo ascendía notablemente. Lo mejor estaba por llegar, eso sí.
Se escaparon los fichajes de Frattessi y Scamacca, dos de los jugadores italianos con más proyección y de corazón giallorosso. Cuando parecía que esos dos rechazos iban a nublar toda la ventana, sucedió el milagro. Leandro Paredes y Renato Sanches aterrizaron en la ciudad milenaria por 3,5 millones de euros entre los dos. El argentino llega en propiedad, y el portugués con una opción de compra muy asequible de 14 millones. Es difícilmente mejorable esta reestructuración del centro del campo, quedando únicamente ese 'pero' por la falta de un nuevo delantero. Aunque, visto lo visto, igual sacan otra ganga de la nada. De todas formas, el nivel de la plantilla ha subido enormemente. Y sabiendo que un equipo de Mourinho siempre es competitivo, esta Roma es la gran tapada para acabar entre los cuatro primeros.
🤝 Dybala por fin tendrá socios
Además, hay que sumarle el factor Paulo Dybala. El esfuerzo del argentino fue heroico a lo largo de la campaña pasada, siendo el motor del equipo. Desde los tiempos de Totti no se veía nada parecido. Tammy Abraham, el único que jugaba por delante de él, era el encargado de bajar ese juego aéreo y ponerle de cara. Quizás no era su socio ideal, pero sí uno que hacía tremendamente productivo el argentino. El problema es que estaba demasiado solo durante demasiado tiempo. Si el cuerpo le pedía tirar una pared, pocos hablaban su idioma futbolístico. Por eso mismo el fichaje de Aouar es el que más ilusiona. Cuando han jugado juntos en pretemporada, Dybala ha visto que la Roma le ha correspondido con un socio. No tendría que esperar un milagro, sino mirar a su compañero.
Dybala y Aouar prometen ser el motor de las alegrías romanistas durante esta temporada.
A esto, claro, se le suman su compatriota Paredes y la potencia de Renato Sanches. Sin saber como va a regresar Abraham de su lesión, la Roma de Mourinho ya tiene armas para ir a la guerra. Siempre asentados sobre su esquema de tres centrales, el portugués ya tiene todo para el enésimo renacimiento de la ciudad de Roma. Y de todos ellos, quizás este sea el más especial por lo redondo que ha sido. Nunca se ganó tanto gastando tan poco, siendo una maravilla de la ingeniería, así como las monumentales obras de los romanos. Sin haber reconstruido la grandeza del Imperio Romano, José Mourinho sigue poniendo piedras en el camino giallorosso hacia la Champions League.
