Cuánto hemos escrito sobre João Félix y qué poco sabemos de él. Nadie duda de su talento, pero tampoco se cuestiona su nula trascendencia. Por ello, se hace imposible pronosticar cuál será el próximo paso en su carrera. Tras empezar bien y acabar mal en el Barça, regresar a Atlético de Madrid y quedarse apartado (otra vez), el Chelsea aparece como su salvavidas. Lo será por segunda vez, ya que vuelve a Stamford Bridge un año después de su infructuosa cesión a principios de 2023. Esta vez, eso sí, llega en propiedad. ¿Podrá João Félix frenar la decadencia de su carrera?
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✨ Su creatividad, ¿vital para el Chelsea de Maresca?
Para el debut del Chelsea en la Premier League, al equipo de Maresca se le notó una preocupante falta de creatividad. Con Enzo Fernández como enganche, los blues no fluyeron en ningún momento. No por culpa del argentino, que estaba fuera de su mejor posición, todo sea dicho. El problema reside en que no tienen esa figura en Stamford Bridge. Sí, tienen a más de 40 futbolistas en nómina, pero ninguno que pueda ocupar ese hueco. Porque no, Cole Palmer no debería ser el ’10’ del equipo, sino el extremo. Hace falta ese nexo de unión entre el medio y el ataque que sea capaz de romper los partidos con su magia.
Ahí es donde entra João Félix. Por su versatilidad, sería capaz de ocupar este rol desde la banda izquierda o la mediapunta. Y es que, sobre el papel, el cielo es el límite. Podría activar todo el talento que tiene el Chelsea arriba y, de paso, renacer futbolísticamente. Aquel (lejano) João, el que brilló en el Benfica, puede volver en un ecosistema así. Con el portugués, Enzo Fernández por detrás, un delantero con la sensibilidad de Nico Jackson y alguien como Palmer cerca, todos los problemas que asolan Stamford Bridge se ven con otra perspectiva.
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📉 Con João Félix es lo mismo de siempre
Sobre el papel, el fichaje de João Félix es perfecto. El problema es ese: que es algo que se hace sobre un boceto. Son castillos en el aire, porque con el luso siempre pasa lo mismo. El atacante es uno de los más talentosos que han alcanzado la élite en los últimos años, pero nunca acaba de tener el impacto que se le exige. Ya está más que demostrado que semejante intrascendencia no es fruto del entrenador ni del estilo, sino de su irregularidad. Es culpa suya, de nadie más, y por ello se entiende la crítica que hay en torno a su nivel. ¿Un jugador es bueno únicamente por su talento? ¿O puede serlo ‘solamente’ con su don?
De ahí que João Félix sea un desconocido para el aficionado. Su impredecibilidad no es en campo, sino en todo. Es capaz de levantar al público del asiento con una jugada impresionante, y que su maniobra funcione como preludio de su desaparición del campo. Pasa de un extremo a otro en cuestión de segundos, lo que debería preocupar al Chelsea enormemente. Semejante red flag es suficientemente grande como para replantearse el fichaje, pero están obligados a jugársela con él. No tenían demasiadas opciones (y tampoco demasiado tiempo) como para intentar solventar su pésima confección de la plantilla.
Al final, todo depende de João Félix. Como cada verano, vuelve a la casilla de salida. El fútbol de élite le ha dado una nueva oportunidad para lucirse, y corre el riesgo de que esta sea la última. Después el Chelsea, está el vacío. No habrá nada más. Solo en sus botas (y en su actitud) tiene la llave para que la indolencia de su fútbol sea cosa del pasado; de que el João del Benfica deje de ser que se conjuga en pretérito para abrazar el presente. Él es el único que puede resucitar su carrera en su segunda visita a Londres.