La guerra debería estar concebida como uno de los pecados capitales. Es más, muchos de los siete pecados (la soberbia, la avaricia, la lujuria, la ira, la gula, la envidia y la pereza) están concentrados en la concepción del caos que significa un enfrentamiento armado entre dos bandos. Durante seis años, entre el 1939 y el 1945, el mundo estuvo paralizado por la II Guerra Mundial. Un combate que salpicó a millones y millones de personas y que también llegó al fútbol.
España venía manchada de sangre tras dejar atrás la Guerra Civil entre 1936 y 1939. No por ello el país estuvo exento del conflicto. Mucha gente participó en la batalla o tuvo que expatriarse a causa de sus ideales políticos. Este es el caso de José Padrón Martín, el primer canario que jugó para la selección absoluta de España y que participó en algunas de las más recordadas batallas de la II Guerra Mundial.
Esta es su historia…
🧙♂️ Un malabarista con el balón en los pies
José Padrón nació en Las Palmas de Gran Canaria en 1907. Apodado ‘El ‘Sueco’ destacó muy joven entre sus compañeros con una pelota en los pies. Sus medidas antropométricas (tronco corto y piernas fuertes y arqueadas) le dotaban de una gran habilidad y le otorgaban una velocidad poco común para los jugadores de aquella época. También se ganó el nombre de ‘mago’ o ‘malabarista’ por sus recursos dentro de un terreno de juego.
Trabajó como estibador en la Compañía Escandinava. De allí nació su apodo del ‘Sueco’. Empezó jugando al fútbol en el Santa Catalina y también pasó por el club canario Real Victoria. En el verano de 1925 fichó por el Espanyol, con el que jugó cinco temporadas. Pegado en la banda izquierda, Padrón fue un jugador destacado dentro de la competición nacional. En 1929 ganó la Copa del Rey con el conjunto perico ante el Madrid. Uno de los grandes hitos de la historia del club catalán.
☝️ Primer canario jugando con España
Su destacado rendimiento con el Espanyol le valió para ser convocado con España. Se convirtió en el primer jugador canario en vestir la camiseta nacional. Fue en un partido diputado en Sevilla ante Portugal el 13 de marzo de 1929. España ganó 5-0 y Padrón marcó un doblete. En los meses posteriores, España ganó por 8-1 a Francia y también derrotó 4-3 a Inglaterra, que no había perdido hasta entonces lejos de las Islas Británicas.
La trayectoria internacional del canario fue breve. El 22 de junio de 1930 se despidió de la selección con un histórico triunfo en Bolonia ante Italia (2-3). La victoria fue recordada porque los italianos habían dejado a España fuera de los Juegos Olímpicos de París en 1924 y también de los de Ámsterdam en 1928. Esos torneos fueron el preámbulo del Mundial de fútbol, que tuvo su primera edición en Uruguay en 1930.
93 años de la primera final de un Mundial: ¿cómo fue el partido y quién ganó?
Padrón, inconformista y rebelde de vena, dejó el Espanyol, donde era un ídolo absoluto, y firmó por el Sevilla, de Segunda división. Tras pasar por la entidad hispalense tuvo una breve estancia en el Barcelona. En la temporada 1933/1934, Padrón vistió la camiseta azulgrana en un equipo que estuvo a punto de descender. Solo la ampliación de la categoría evitó el desastre azulgrana. Además, en abril de 1934, sin acabar la temporada, se desvinculó del Barça y pasó a jugar algunos partidos del Campeonato de Cataluña con el Espanyol. En esos días, Padrón ya se había acercado a una militancia directa en el Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM).
🪖 Viaje a Francia y participación en la guerra
El futbolista se sintió perseguido y en 1935 decidió mudarse a Francia por sus pensamientos políticos y también para alargar su carrera como jugador. Aunque más centrado en la política que en el fútbol, en el país galo pudo jugar hasta pasados los 40 años en equipos como el Olympique Alés, Cannes, Sochaux (con el que ganó la liga francesa en la temporada 1937/1938), Charleville, Red Star, Stade Reims, Racing de París o el Stade Français. Él siguió jugando, siempre oculto y cambiando de equipo a menudo.
En 1943, en plena ocupación nazi durante la II Guerra Mundial, aparcó el fútbol para incorporarse a La Nueve, la novena compañía de la Segunda División Blindada de la Francia Libre, compuesta por cerca de 150 republicanos españoles. A las órdenes del capitán Raymond Dronne, Padrón participó en las batallas del Norte de África o en el desembarco de Normandía. Superviviente también en la batalla contra las unidades de la Wehrmacht a mediados de agosto de 1944, estuvo presente en la liberación de París el 25 de agosto de 1944 al mando del general Leclerc.
Con el final del conflicto bélico, Padrón continuó jugando hasta 1948. Se retiró con 41 años, pero no regresó a España. Vivió en silencio y de forma modesta. Se negaba a volver mientras Francisco Franco estuviera al mando del país. Finalmente, murió en París en 1966. José Padrón siempre fue recordado como un gran jugador y una persona fiel a sus ideales. Esos mismos que le llevaron a las trincheras y abandonar su país. Pero siempre cumplió lo que deseó, que por aquel entonces, y dejando al margen los conflictos políticos y bélicos, era estar cerca de un balón de fútbol.