Como sabéis que no me entusiasma hablar de arbitraje, tenía que haber una muy buena excusa para no hacerlo en esta semana. El culpable de mi salvación, una vez más, es el Barça. Su propuesta de romper con Nike y hacer su propia marca de ropa es tan preocupante como original. Es, a efectos prácticos, un buen punto de partida para hacer un guion de un capítulo de Aquí no hay quien viva. Imaginarme a Andrés Guerra con Laporta para presentar la nueva camiseta culé es mi nueva realidad alternativa predilecta.
La nueva deriva de la directiva del Barça se merecía un ‘Dieguenazo’.
👕 ¿La marca de ropa del Barça es una buena idea?
Desde que tengo uso de razón, el Barça es Nike y el Real Madrid es Adidas. Recuerdo que en el patio del colegio tenías que elegir tu bando en esta pequeña gran guerra civil. O eras de las Total 90 o eras de las Predator. Dios mío, qué tiempos aquellos. Esa disputa tenía que haber sido para siempre solo por este factor nostálgico, pero no va a sobrevivir al paso del tiempo. Como todos los resquicios de la infancia, tenía fecha de caducidad. La guerra de marcas en el puente aéreo está a punto de terminar. Y, una vez más, es por la crisis azulgrana. Mientras que Adidas ha encontrado un filón en Madrid con Bellingham, Nike quiere irse de Barcelona.
La idea del Barça es, en vez de limar asperezas, buscar el máximo beneficio económico. No quieren arreglar sus diferencias con la marca estadounidense, porque siguen buscando dinero hasta debajo en los sofás de Can Barça. Nike no se lo va a dar, lo que debería abrir una puja por patrocinar a los culés. Entonces, ha aparecido la última genialidad a contracorriente de la directiva: hacer su propia ropa. No es algo novedoso en España (Athletic o Betis lo hicieron en este siglo), pero sí extraño para un club tan grande. ¿De verdad van a dejar a millones de chavales sin el solteros contra casados de las pachangas en el recreo a cambio de un poco más de dinero? ¿Es que nadie piensa en los niños?
Abrir una marca de ropa es un marrón tremendo. Por mucho que vayan a generar dinero porque van a vender camisetas del Barça, hay un mundo muy complejo por detrás. De primeras, tendrían que mejorar la calidad de las prendas que ya venden, lo que supone una inversión seria en I+D. Luego está el tema de la producción y su distribución, así como la pérdida de puntos de venta y ciertos atajos que tenían con Nike. Se abre un abanico de potenciales dolores de cabeza para una directiva que ya tiene suficientes problemas que afrontar. Volviendo a Aquí no hay quien viva, les saldría mejor firmar con Deportes Guerra y cambiar el ‘Més que un club‘ por el ‘Campo, playa y sierra‘ por no meterse en semejante jaleo.
El Barça, más que dinero, necesita tranquilidad. Por mucho que sea tentador el crear su propia marca, es mejor que llegar a un acuerdo con PUMA, New Balance o quien se tercie. Y es que, si siguen adelante con la idea de apostar por su empresa textil, pueden pasarse al lado oscuro. Lo siguiente será un podcast que tenga al Dandy de Barcelona como invitado, y de ahí ya no se sale. Habrán entrado en lo que me gusta llamar la espiral del cryptobro, el paso previo a la ruina definitiva. Desde la otra punta del puente aéreo solo puedo rogarle al Barça porque no continúe por ahí. Ya no es ni por mantener el duelo entre Nike y Adidas, sino por evitar la creación de otro podcast exactamente igual que el resto. Laporta, de ti depende salvar al Barça y al resto de la humanidad.
