Era un tema que estaba escondido bajo todo lo que pasa en el día al día del Real Madrid, pero merece sacarlo a la primera plana. Jude Bellingham, pase lo que pase con Mbappé, oposita seriamente a ser el fichaje de la temporada para los del Santiago Bernabéu. Es de esos jugadores que arrolla por su aura, y no ha tardado en demostrarlo. Para arrancar la temporada de liga y sin Kroos y Modric de partida, Bellingham fue el mejor de la victoria del Real Madrid ante el Athletic (0-2). Su gol, más o menos ortodoxo, es el primer capítulo de una era de blanco, llegando justo cuando se cierra otra. Eso sí, este inicio prometedor no se libró de su lunar particular, pues Militao se marchó lesionado y se teme que corra la misma suerte de Thibaut Courtois.
🌟 Otra forma de entender el control
Kroos y Modric fueron la personificación del control en el campo. El Real Madrid montó una dinastía a su alrededor, creciendo cada vez que el esférico contactaba con las botas de ambos. Si bien desafiaron al fútbol imperante en esa última Champions League, el ritmo de este deporte ha cambiado. Ni el tiempo perdonó a los que mejor lo gestionaron con el balón en los pies. En el Santiago Bernabéu lo sabían, y se lanzaron al mercado para encontrar a un nuevo mediocentro mandón. Jude Bellingham, en todo un San Mamés, no tardó en demostrar que el control del partido puede llegar de formas distintas. El Real Madrid ya tiene nuevo jerarca en el medio.
El legado de los Bellingham: de ser un mito del fútbol amateur al Bernabéu
Para su debut en la liga española, Bellingham tenía listo todo su libreto. Actuó de lo que quiso pese a que de partida iba a ser el mediapunta. Robando balones, bajando a recibir para asociarse o conduciendo con una potencia tremenda, volvió loco a sus rivales. Y eso que faltaba lo mejor. Cuando el Real Madrid comenzó a seguir el ritmo del inglés, los notables esfuerzos de contención del Athletic comenzaron a menguar. Si bien les sigue faltando amenaza arriba con lo que tienen ahora en plantilla, es muy difícil seguirles el ritmo cuando aprietan con su físico. Primero fue Rodrygo, que sigue a lo suyo, y luego fue el propio Bellingham con un remate peculiar. El 0-2 estaba ahí mientras unos debatían si el gol del inglés era una obra de arte o suerte. Lo que estaba claro es que el inglés había conseguido controlar el partido de una forma distinta, lográndolo el día en el que no estaban Modric y Kroos de titulares para el debut liguero.
🤕 La lesión de Militao, el único lunar para el Real Madrid
El debut soñado de Bellingham (y por ende, del Real Madrid) tuvo un incómodo lunar. Tras el amargo sabor de la grave lesión de Courtois, Militao dio un nuevo susto al madridismo. Él solo, saliendo de zona a recuperar un balón, su rodilla le hizo un extraño. Preocupado, el brasileño abandonó el campo. Si bien hay cierto optimismo, no se puede descartar que corra la misma suerte que el belga. El Real Madrid pegó un nuevo bajón en el partido, decayendo una vez más por el estado de shock en el que se encontraban. Por su parte, el Athletic adelantó líneas sin fortuna. No lograron inquietar en ningún momento a Lunin, que estaba ante su prueba de fuego. Tampoco parecía importarle demasiado, pues tenía la cabeza en el vestuario, así como sus compañeros. Otra lesión tan grave en un jugador indiscutible pone en jaque toda la temporada.
Con la misión de dormir el partido, Jude Bellingham siguió a lo suyo. Regaló un par más de conducciones que van directas a un vídeo de highlights, iluminando el campo cada vez que tocaba el balón. Pudieron marcar el tercer tanto, el que cerraba definitivamente todo, pero ni Rodrygo ni Vinícius estuvieron acertados. Poco a poco, con un cronómetro que se hacía demasiado pesado para ambos conjuntos, llegó el final del partido. Eran los tres primeros puntos de la temporada para el Real Madrid, así como la primera exhibición de Bellingham. Aun sin saber que tiene Militao y que pasará con Mbappé, no está de más encontrar nuevos referentes. Y es que, al menos, hay algo claro: tras Kroos y Modric, el futuro del centro del campo madridista está en buenas manos.