⚽ Real Madrid

El legado de los Bellingham: de ser un mito del fútbol amateur al Bernabéu

Jude Bellingham es nuevo jugador del Real Madrid. Su felicidad y la de su familia era evidente durante la presentación, siendo imposible para todos ellos esconder la sonrisa en su rostro. Denise, la madre del protagonista, grababa como toda madre que se precie la intervención de su hijo. Vídeo que, por supuesto, iba de cabeza al grupo de la familia, como si no estuviesen viendo la presentación en directo. Mark, el padre, solo podía atender orgulloso a las palabras de su hijo. Mientras, seguramente, por su cabeza desfilaban todos los recuerdos que ha reunido a lo largo de su carrera como futbolista amateur. Y es que, aunque ninguno de los presentes lo supiera, el progenitor de Bellingham es la leyenda más grande que ha pisado un campo no profesional en Inglaterra. Con él y sus goles en campos de barro empezó todo.

👮🏻  Mark Bellingham, los goles como hobby y el orden como profesión

Pocos futbolistas pueden afirmar haber metido 700 goles a lo largo de su trayectoria futbolística. Esas cifras quedan relegadas a los mitos irrepetibles y a los modos carrera del FIFA. Menos jugadores pueden sacar pecho por haber marcado 61 tantos en una sola temporada, hecho casi irrepetible si hablamos de que todos llegaron en liga. Solo sale un nombre si se reduce tanto el cupo, y ese es el de Mark Bellingham. Tenía nivel para mucho más que las divisiones amateur de Inglaterra, pero a él no le interesó llegar más lejos. A él le gustaba ese olor a barro, el poder jugar la Non-League un domingo por la tarde y poder acostar a sus hijos por la noche sin más pretensiones. Tanto era así que, con 40 años, decidió jugar un año más al fútbol para llegar a los 700 goles. No podía quedarse en 698, pues era un número demasiado feo para alguien que marcaba casi sin querer.

A lo largo de dos décadas, defendió 15 equipos del fútbol inglés en sus divisiones más modestas. Todos ellos, claro, por las West Midlands. Él era sargento de policía, y no podía alejarse demasiado para no perder el puesto. Y, claro, de ahí salía el sustento económico para su familia. Cerca de Birmingham, en Stourbridge, Denise y él crearon un hogar junto a sus hijos. En 2003 nació Jude, y en 2005 nació Jobe. Como si fuese una profecía, el año de la llegada de su segundo hijo metió 61 goles en la misma temporada. Mark Bellingham superó por 21 el récord anterior. Era el presagio de que, si el padre era bueno, los hijos serían aún mejores. No es para menos, pues crecieron viendo a su progenitor pelear por balones en el barro y marcar goles de todos los colores.

 💫  Del barro a los escenarios más grandes del mundo

El mundo del fútbol amateur inglés sigue en el juego de Jude Bellingham. «Solía ir a ver jugar a mi padre todo el tiempo. Ahí es donde comencé a tener ese amor por el fútbol. Ese estilo del fútbol no profesional de dureza y ser rudo se refleja en mi juego y pienso que viene de haberle visto jugar… ¡Y eso que nunca hacía entradas!», bromeó Bellingham en una entrevista que concedió a The Guardian. Entre el barro, así cómo su padre, forjó su carácter. Era un niño que, pese a jugar más atrasado que su progenitor, ya se le intuía ese talento innato que tenía. No tardó en entrar a la cantera del Birmingham City, equipo del que es una leyenda viva. Fue el debutante más joven de su historia, y su traspaso al Borussia Dortmund saneó unas cuentas maltrechas por la pandemia. Tal fue el agradecimiento de su club que, al marcharse, retiraron su ya icónico dorsal ’22’.

Jude Bellingham es un mito en Bimingham.

Jude Bellingham es un mito en Bimingham.

La historia de ese dorsal, así como la de su padre, tiene detrás mucho fútbol alejado del foco. Bellingham quería ser el número ’10’ del equipo, el que manejase todo el juego ofensivo. Sin ser como Mark, quería nutrir de balones a los compañeros que fuesen como su padre. Mike Dodds, su entrenador por aquel entonces, le dijo que mejor «fuese un ’22′». El joven Jude se quedó extrañado por lo que le acababa de decir su entrenador formativo, y es que este le respondió la frase que daba sentido a todo: «Puedes ser un ‘4’, un ‘8’ y un ’10’, alguien que lo puede hacer todo». La suma de todo ello es 22, el número que no se ha separado nunca de Bellingham por mucho que ahora vaya a ser el ‘5’ del Real Madrid. Su talento puede alcanzar la magnitud de una leyenda. «Tiene un potencial tan grande como el de Iniesta o Piqué», confesó Andrés Manzano, uno de sus descubridores, en ‘El Larguero’ hace unos meses. Ahí queda la comparación.

🤝  Llega el momento de mantener el legado

El dorsal que llevará en el Santiago Bernabéu demuestra su personalidad. Admirando a Zidane por las historias que le contaba su padre de él, le ha faltado tiempo para pedirse el ‘5’. Como si fuese la transformación definitiva de un niño que ansía crecer, Bellingham ha evolucionado con el ’22’ y ahora le toca brillar con el número que lució uno de sus referentes cuando vistió de blanco. Eso sí, lo hará sin olvidarse de sus raíces. Su padre, que dejó la policía para ser su representante, le sigue de cerca. No está mal tener cerca a un tipo que marcó 700 goles y aun así tenía la humildad de decir que él le debe más a sus compañeros que al revés. Quizás ahí está el equilibrio, mirándose al espejo de una leyenda como Zidane, pero con las botas llenas de barro.

Mark sostiene a un joven Jude Bellingham tras un partido de la Non-League.

Mark sostiene a un joven Jude Bellingham tras un partido de la Non-League.

Tampoco estará el bueno de Mark lejos de su hijo Jobe, que se ha marchado este verano al Sunderland para buscar el ascenso a Premier League. Y Denise, claro, seguirá los pasos de todos y cada uno de ellos con el móvil preparado, ya sea en el Santiago Bernabéu o en un campo encharcado de Stourbridge. El legado de los Bellingham, edificando sus cimientos en el fútbol de la liga del domingo y construyéndose en los grandes escenarios, solo acaba de empezar. Sea como fuere, ni Jude ni Jobe podrán decirle a su padre que marcaron más goles que él.

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