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Real Madrid

Brahim Díaz recoge el testigo de Asensio en el Real Madrid

Con el tiempo de la segunda prórroga a punto de cumplirse, el balón salió rechazado hacia el campo del Atlético de Madrid. No había nadie por allí. Oblak, que había subido para buscar el milagro, le tocó hacer el camino contrario para evitar un mal mayor. Cuando estaba a punto de llegar, una centella le adelantó por la izquierda. Era Brahim Díaz. Controló y chutó antes de que le diesen caza, marcando el gol que aseguraba el pase a la final. El que fuera un suplente olvidado en el Real Madrid ya era historia de los derbis. Y, entre la euforia, surgió una certeza: por él, ya nadie se acuerda de Asensio.

😶‍🌫️​ Asensio y el vacío del sexto hombre en el Real Madrid

Pese a que su talento siempre apuntó a algo más de lo que fue, es innegable el impacto de Marco Asensio como madridista. Él marcaba la diferencia en la segunda unidad de un equipo repleto de estrellas. Si el fútbol copiase los términos de la NBA, sería el mejor sexto hombre. Por ello, su baja se sentía extraña. En medio de un verano marcado por la falta de gol, la marcha de Asensio suponía la pérdida del que más números aportaba desde la segunda línea. Rellenar ese vacío en la rotación iba a ser complicado.

El Real Madrid, por su parte, iba a hacer lo de siempre. Con la marcha de su mejor suplente, repescaron a Brahim Díaz. A rey muerto, rey puesto. El extremo había cuajado unos años en el Milan bastante decentes, y podía encajar en el molde del sexto hombre. Lo único que se le podía achacar era la falta de continuidad en su juego, pero tampoco lo poseía Asensio. Su reincorporación a la disciplina blanca, por mucho que pasase de puntillas, tenía una importancia mayor a lo largo de la temporada. Y, tras un inicio difícil, el tiempo ha acabado dando la razón a todas las partes. Brahim es el sexto hombre que necesitaba Ancelotti.

BRAHIM DÍAZ REAL MADRID ASENSIO

Marco Asensio fue un activo interesante en la segunda unidad del Real Madrid.

💪 La resiliencia de Brahim, la clave

Ese comienzo complicado vino más marcado por la impaciencia que por la realidad. Brahim Díaz no comenzó jugando en el Real Madrid, y se habló mucho sobre si le gustaba o no a su entrenador. Posiblemente, todo haya estado planificado. La gestión de vestuario es un arte, y Ancelotti es de sus mayores exponentes. Sabía que tenía que dosificar a sus jugadores, que el momento de su sexto hombre llegaría. El jugador, por su parte, se hacía preguntas. Trabajaba bien en el día a día, pero su oportunidad no llegaba. Y, aun así, aguantó con la misma actitud. Las jornadas fueron pasando y la dureza del calendario provocó la llegada de esos minutos que quería Brahim.

Brahim Díaz, un talento incomprendido en el Real Madrid

La oportunidad la ha aprovechado. Desde el comienzo del mes de diciembre, ha tenido minutos en todos los partidos y ha participado en 6 goles. Si juntamos estos datos individuales con el global del Real Madrid, su nombre ha figurado en el 33% de los tantos de este último mes y medio. Lejos de sus buenos números, siempre ha aportado ese frescor tan necesario de la segunda unidad. Ha revolucionado el encuentro cada vez que ha entrado desde el banquillo. Su dinamismo, amenaza y capacidad para desbordar ayudaba a subir el ritmo del juego. Los números respecto a Asensio demuestran que ha cogido el testigo con ganas.

📈​ ¿Brahim ha mejorado a Asensio?

Los números muestran que el actual Brahim está siendo mejor que el Asensio de la pasada temporada. Pese a ello, tampoco hay una diferencia mayúscula como para decirlo en enero. El tema está en que lejos de la estadística también suena mejor. Asensio siempre fue el jugador que pudo ser y nunca fue en la Castellana; Brahim es el que se fue sin esperar nada y ha regresado para ganarse el sitio. Por concepción, el malagueño encaja mejor en la definición de sexto hombre que el balear. Quizás su talento está peor conceptuado, pero es mejor cuando toca mirar soluciones en el banquillo del Real Madrid.

Solo queda una duda respecto a su encaje en la Castellana, y es la de su irregularidad. En San Siro fue la gran lacra de su fútbol, pues mezclaba exhibiciones con simples destellos. Lleva un mes y medio de matrícula de honor, pero se puede torcer en cualquier momento. La gran prueba de Brahim en el Real Madrid es la de superarse a sí mismo. Asensio fue presa de su guadianesco rendimiento, y él no se lo puede permitir. La única forma de escalar semejante montaña ya la conoce, pues es la que le permitió hacerse un hueco en la rotación. El trabajo diario es su mayor aval para asentarse como el sexto hombre que hizo olvidar el talento de Asensio. Lo bueno es que, tras un inicio complicado, el sol ha vuelto a salir. A Brahim, mientras mira esperanzado el futuro, solo le queda disfrutar del presente que se ha ganado en el campo.

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