Hace un tiempo escribí que, cuando una circula en dirección contraria, al menos debe interrogarse si va por el buen camino. Hoy hemos conocido que un Juzgado de lo Contencioso Administrativo ha concedido una medida cautelarísima que suspende la ejecución de la sanción disciplinaria deportiva a Sergio Canales. Primero fue Lewandowski (Barcelona), hace unas semanas, y ahora el jugador del Betis.
Dos auténticos disparates jurídicos y una aberración para el deporte.
Estaría bien que los defensores a ultranza de ese modelo que denominan “constitucional” (frente a la supuesta anarquía jurídica) y “garantista” (frente a los supuestos dislates de las federaciones deportivas) pudieran explicarnos en cuantos países del mundo, en cuantas competiciones y con cuantas sanciones disciplinarias derivadas de las reglas de juego ha sucedido algo así.
Fuera de España, el mundo del deporte federado no da crédito a lo que está pasando en nuestro país. De hecho, están sorprendidos de que las federaciones internacionales no hayan abierto ya un expediente disciplinario contra esos clubes que rompen con los más elementales criterios jurídicos básicos en el deporte. En cualquier otro país, el Barcelona y el Betis estarían expulsados de la competición por lo que han hecho.
Pero España es diferente. No sólo no pasa nada con estos equipos, sino que los medios de comunicación y los/as juristas especializado/as aplauden tal aberración.
De lo que no se dan cuenta es de que quienes hoy aplauden, mañana se van a rasgar las vestiduras.
Es imposible desarrollar una competición deportiva justa si las sanciones se cumplen cuando a cada una le da la gana. Esto es simplemente una barbaridad para el deporte. ¿Ahora estoy lesionada?, pues cumplo la sanción; ¿ahora debo jugar contra el máximo rival?, pues pido una medida cautelarísima y no la cumplo; ¿la próxima semana juego contra un equipo inferior y mi compañera lesionada ya se ha recuperado?, pues retiro la demanda y la cumplo.
Esto tiene un nombre: “DEPORTE DE CACHONDEO”
A esos ilustrísimos jueces, alguien les debería haber explicado dos cosas:
– Que esto nunca lo había hecho antes nadie en el mundo y que hasta hace unas semanas ningún juez lo había hecho jamás en España (será por algo).
– Que si la justicia ya tenía un problema importante de colapso, acaban de abrir ahora la puerta a que se presenten decenas de miles de demandas todas las semanas para que “a mi niña la dejen jugar el sábado, que tiene una sanción de dos partidos y viene a verla su abuela del pueblo”. Cautelarísima y solucionado.
De verdad, ¿alguien cree que, en los tres o cuatro últimos partidos de Liga, algún futbolista va a cumplir sus sanciones?
Siento manifestar que lo realizado por estos dos ilustres jueces es la barbaridad jurídica más importante que se ha perpetrado en el deporte español en los últimos 100 años. Se están cargando el deporte.