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✍️​ Opinión

CSD: se va un buen Presidente

El Boletín Oficial del Estado del día de ayer publicaba el cese de José Manuel Franco en su condición de presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD) como consecuencia de su inclusión como número uno en la lista del PSOE para el Senado por Madrid.

Todo el ecosistema deportivo español debe estar especialmente agradecido a la labor desempeñada por Franco desde que el 30 de marzo de 2021 fuera nombrado por el Consejo de Ministros al frente del CSD.

Responsabilidad, conocimiento e integridad

No era un reto sencillo. Aprobar una nueva Ley contra el dopaje para adaptarse al marco normativo internacional, sustituir una Ley del Deporte en vigor desde 1990, enfrentarse a los conflictos que continuamente propone el fútbol profesional contra el federado, unos Juegos Olímpico que se iban a celebrar en pocos meses… Era, sin lugar a dudas, un contexto de especial complejidad.

Sin embargo, en todos esos frentes Franco siempre demostró su serenidad, experiencia, honestidad, conocimiento y buen hacer político. Todo ello le sirvió para resolver, con eficacia y con su acreditada bonhomía, cualquier conflicto que se le planteaba; y, lo más importante, desde la autonomía e independencia del CSD, que se había visto en peligro con sus antecesoras en el cargo.

En efecto, a diferencia de lo acontecido con otras directivas y directivos del máximo nivel del CSD, Franco siempre mantuvo una posición política del máximo nivel a la hora de enfrentarse a los problemas que se le planteaban, especialmente desde el brazo armado profesional de todos conocido. Y, lo más relevante, siempre resolvió todos esos problemas de una forma cabal, neutra, íntegra e irreprochable. Con pleno respeto a la Ley y al Derecho.

Una nueva Ley del Deporte para nuevos tiempos

Solo desde ese buen hacer político (y jurídico) se podía alcanzar la aprobación, por ejemplo, de una nueva Ley contra el Dopaje o, sin lugar a dudas, conseguir su máximo éxito: una nueva Ley del Deporte para España, tras más de tres décadas de vigencia del anterior instrumento normativo. Esta nueva Ley ha sido aprobada gracias al liderazgo de Franco. Es una nueva Ley para un nuevo tiempo.

Una Ley que incluye la igualdad, la inclusión, la modernización y el buen gobierno; una nueva Ley que adapta el marco jurídico a la nueva realidad del sector y que da respuesta a la renovación normativa que llevaba años clamando el ecosistema deportivo para afrontar la nueva realidad social, tras más de treinta años de vigencia de la Ley anterior.

Una Ley que reconoce la actividad deportiva como un derecho; elimina desigualdades por razón de sexo, género y discapacidad; impulsa la presencia de la mujer en el ámbito del deporte, y regula derechos y deberes de las personas deportistas.

Además, incorpora medidas relacionadas con la protección del medio ambiente, la transición ecológica y la innovación digital, y dota de una mayor autonomía a las entidades federativas, dado que estas han alcanzado, al fin, la madurez y profesionalidad necesarias. Se les reconoce, así, su labor ejemplar en la organización del deporte español.

El deporte y las virtudes del alma

También es preciso destacar la labor de Franco a la hora de resolver de forma acertada los innumerables conflictos que continuamente le han interpuesto, como antes se ha anticipado, los actores del fútbol profesional. Así lo han acreditado las incontables resoluciones judiciales que vienen confirmando de forma unánime el buen hacer jurídico del CSD frente a los continuos recursos de las dos ligas profesionales de fútbol ante la justicia ordinaria.

Decía Jean Giraudoux que el deporte delega en el cuerpo alguna de las virtudes más fuertes del alma: la energía, la audacia, la paciencia. Todas estas virtudes se han mostrado a lo largo del mandato de Franco al frente del CSD.

Ahora solo queda felicitarle, esperar a que el Senado pueda disfrutar de todas esas virtudes y, por último, pero no por ello menos importante, que el próximo presidente del CSD mantenga el listón, al menos, a la misma gran altura que lo ha dejado Franco.

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