Terminada la campaña de 2023 es momento de analizar lo sucedido y proyectar lo que acontecerá el próximo curso en la F1, justo en el momento en el que el reglamento técnico actual de la competición cumple dos años —se inauguró en 2022—.
El objetivo de dichas reglas era reducir costes de desarrollo para los equipos, estandarizando partes y simplificando la aerodinámica. También, no menos importante, reducir las diferencias en tiempo por vuelta entre los diferentes monoplazas. Siendo imparciales se puede afirmar rotundamente que por primera vez en varios años la F1 ha acertado con lo que prometía y, sin embargo, les ha salido el tiro por la culata. A diferencia del dominio Mercedes, existente en el ‘Gran Circo’ de 2014 a 2020, la brecha entre los coches es mínima: ha habido clasificaciones donde la distancia en Q1 entre el primero y el último ha sido de tan solo un segundo, cuando en la ‘era alemana’ esa diferencia es la que existía entre el primero y el quinto.
En cuanto al tema económico, la F1 ha demostrado que es capaz de mejorar su eficiencia con la entrada y el creciente interés de nuevos equipos, confirmado Audi para 2026 y con la llegada de Andretti, un equipo americano de IndyCar, a la vuelta de la esquina. A todo esto, ha fallado la lucha por el título, no por culpa de las reglas, sino por el binomio imbatible que forman Verstappen y Pérez. Llevan 3 mundiales consecutivos, nadie sabe quién les va a parar los pies. Lo que hay que reconocer es que estamos viendo a uno de los mejores pilotos de la historia con uno de los mejores equipos de siempre. Rozan la perfección hasta en los entrenamientos libres.
Casi todos los equipos de F1 copiarán a Red Bull
Por otro lado, es necesario hacer un escrutinio del desarrollo de los coches aplicado por las escuderías este año, ya que a diferencia de 2022 se han podido observar diferentes maneras de gestionar el límite presupuestario —introducido en 2021—, la implementación de novedades al coche y los tiempos de desarrollo. El año pasado más o menos todos siguieron el mismo concepto de plan de mejoras, que no es lo mismo que concepto de monoplaza. En resumidas palabras se puede simplificar como que cada uno fue a su libre albedrío desarrollando su idea de coche ideal, mientras miraba con atención, miedo y recelo a los rivales, ya que en Fórmula 1 si te equivocas desde el principio y tienes que abandonar tu estilo de coche, regalas meses de desarrollo a tus oponentes. De 2022, vimos tres tipos de coche: el Red Bull, el Ferrari y el Mercedes. Para este 2023, Mercedes decidió abandonar su concepto de Fórmula 1 en el Gran Premio de Mónaco. Muy probablemente, para 2024, podremos observar como casi todos los equipos copian la idea Red Bull que ha demostrado ser la idónea.
Durante la temporada actual se ha vivido algo inédito: el caso McLaren. Comenzaron la temporada horrible, siendo el peor coche junto a Alpha Tauri. Su monoplaza era prácticamente idéntico a su predecesor. Sin embargo, el equipo de Woking mantuvo cierta calma —con la excepción del despido de su director técnico— y se dedicaron a observar pacientemente que hacían el resto de escuderías. En el Gran Premio de Mónaco, Checo Pérez tuvo un accidente fortísimo en la clasificación y la grúa tuvo que levantar el coche. Ahí todos pudimos ver la obra de arte que es el fondo del equipo austriaco. Entre ellos, los ingenieros de McLaren, que para el Gran Premio de Austria llevaron un coche completamente nuevo que pasó de ser casi el peor al segundo más rápido muy cerca del Red Bull. De hecho, en el Gran Premio de Catar y en varias carreras de final de temporada, se podría discutir si llegó a ser el mejor monoplaza.
El hecho es que con este reglamento técnico y con la limitación presupuestario da la sensación de que merece la pena copiar a tus rivales antes que invertir innumerable cantidad de tiempo y dinero en seguir tu propio desarrollo. Algo similar ha ocurrido con Alpha Tauri, otro coche nefasto al inicio que a partir de Singapur, cuando tomaron prestada literalmente la suspensión trasera de Red Bull, su equipo paterno, pasaron a tener incluso mejor rendimiento que Aston Martin.
Se rumoreó, de hecho, que el equipo de Faenza, más allá de cambiar su nombre de Alpha Tauri a Racing Bulls, también va a modificar la forma de hacer las cosas. A los inversores de Red Bull les sale más a cuenta compartir tecnología con su equipo menor antes que gastar más para que desarrollen su propio monoplaza.
Por todo ello, considero que el próximo año vamos a ver coches aún más similares que estos dos últimos cursos, hecho positivo para una posible temporada con aún más igualada. Cuanto más estáticas se mantengan las reglas más probable que todo converja al mismo tipo de coche y que más escuderías, aunque sea por copiarse, acaben teniendo coches para pelear por cosas grandes como ha sucedido este año con McLaren.
