La Euroliga avanza en este curso 2023/2024 y afronta ya la parte más decisiva del campeonato. La segunda vuelta de la competición ha superado su primer cuarto y, por lo tanto, el muestreo de datos a estas alturas se puede considerar más que fiable. Si fijamos la vista en la tabla de máximos anotadores de la máxima competición continental, descubrimos un patrón que han seguido la enorme mayoría de jugadores, y es que la primera experiencia Euroliga de casi todos fue en Baskonia.
Siete de los diez máximos anotadores de la Euroliga han jugado al menos una temporada en el conjunto vitoriano. Markus Howard, segundo en la lista, es el único que continua como azulgrana y que a las órdenes de Dusko Ivanovic ha recuperado esa chispa que demostró en su aterrizaje en España dirigido por Joan Peñarroya. En el resto de superanotadores encontramos otra pauta, y es que además de iniciarse en Baskonia, también son bases norteamericanos de corte muy eléctrico con un pasado infructuoso en la NBA.
Baskonia tiene un modelo muy específico a la hora de trabajar en su dirección deportiva bajo el foco de Alfredo Salazar. El reputado ojeador lleva muchos años encargado de firmar a las futuras estrellas de un equipo gigantesco, pero que al mismo tiempo no puede competir con el resto de potencias europeas con licencia A de la Euroliga. Esta circunstancia provoca que en los despachos del Buesa Arena no puedan detenerse ni un instante y deban estar alerta para renovar el equipo constantemente.
🏠 Baskonia, primera casa de los superanotadores de la Euroliga
Baskonia es uno de los clubes con licencia A de la Euroliga, uno de sus fundadores, finalista en dos ediciones y clásico de la competición. El baloncesto se respira en Vitoria como una de las actividades más importantes de la ciudad y la tradición con este deporte les precede. Sin embargo, no se sobrevive en la élite con cosas intangibles y sin un músculo económico potente detrás. Evidentemente, la tradición ayuda, pero no es algo definitivo para mantenerse entre los gigantes.
Por lo tanto, desde el Buesa Arena, con Alfredo Salazar al frente, buscan desde hace muchos años un modelo de fichajes, formación y venta que les permite competir y al mismo tiempo renovarse y mantener la viabilidad económica del club. Muchos podrían pensar que la estrategia tendría como argumento principal el formar jugadores en la cantera y nada más lejos de la realidad. Baskonia está plagado de extranjeros, de hecho su planificación en las inferiores también pasa por firmar jóvenes de fuera para que terminen su formación en Vitoria.
Mike James (2014-2016), Shane Larkin (2016-2017), Shavon Shields (2018-2020), Wade Baldwin IV (2021-2022), Alec Peters (2020-2022) y Tornike Shengelia (2014-2020) son algunos de los nombres propios de la Euroliga en esta 2023/2024 en lo que a anotación se refiere. Ellos, junto a Markus Howard, que milita actualmente en el cuadro baskonista, dieron sus primeros pasos en la élite europea en el Buesa Arena.
Una nómina de jugadores con características similares, captados por Alfredo Salazar, cuyo principal requisito para firmarles es la calidad. «Lo primero que veo y de lo que me guío para firmar un jugador es el talento. Con la evolución que ha tenido Europa, la Euroliga y la ACB, es cierto que solo con calidad no basta para jugar, el físico cada vez más importante», explicaba Alfredo hace unos años en declaraciones para los medios de comunicación del propio club.
En puesto de base es la posición en la que más se ven los resultados del trabajo de Alfredo Salazar. Primero firmó a Mike James, que tras su rechazo en el draft, llegó a Europa hasta que Salazar le contrató y Baskonia elevó su juego en dos temporadas hasta ser una leyenda de la Euroliga. Para suplir al máximo anotador de la competición, Salazar se fijó en otro base norteamericano muy explosivo y sin suerte en la NBA, como Shane Larkin. Larkin explotó en Vitoria y regresó a la NBA para finalmente asentarse en Efes y convertirse en el jugador mejor pagado de Europa.
Con Markus Howard han seguido una fórmula idéntica y el ex de la Universidad de Marquette va camino de replicar el éxito de los anteriores. No es el mismo caso, aunque sí el corte de jugador, el de Wade Baldwin IV. Otro base estadounidense con una facilidad pasmosa para notar. Baldwin pasó primero por Olympiacos y Bayern de Múnich, hasta que en Baskonia cogió el verdadero impulso para ser dominante en el Viejo Continente con Maccabi. Otros bases como Darius Thompson (Efes) o Codi Miller-McIntyre han seguido el mismo camino en Baskonia gracias al acierto de Salazar.
En el juego interior Salazar se fija más en players con potencial, pero que no han conseguido romper el techo en otros conjuntos más importantes. Así ocurrió con Alec Peters, Tornike Shengelia o actualmente con Chima Moneke. Jugadores físicamente fuertes y con tiro, algo en lo que Alfredo cada vez se fija más: «Hoy en día sin tiro y sin físico es muy complicado jugar al máximo nivel, también en las posiciones de alero y ala-pívot».
Alfredo Salazar ha conseguido montar una red de scouting cuyos tentáculos abarcan todo el planeta basket. Baskonia ha encontrado la manera de mantenerse competitivo y al mismo tiempo de renovarse y crecer económicamente año tras año a través de la firma de jugadores. Un equipo con una forma totalmente distinta de actuar, a contracorriente del resto de licencias A de la Euroliga: descubrir jugadores, arriesgarse, terminar de pulirlos y darles salida como nuevas estrellas de la máxima competición europea.