Pese a que la final parecía encaminada a la prórroga en sus primeros compases, el Real Madrid decidió que no iba a ser así en su último cuarto. Gracias a un parcial de +13 en la segunda mitad, los de Chus Mateo vencieron con claridad al Barça (96-85) para conquistar la 29ª Copa del Rey blanca.
🔝 La segunda parte del Real Madrid decidió el título
Como si fuera una especie de tradición anual, el choque entre Barça y Real Madrid de Copa del Rey comenzó bronco una vez más. Ninguno de los dos bandos conseguía despegarse en el marcador. Tanto era así que la diferencia máxima hasta el último cuarto fue de +5 a favor de los blancos, y no tardaron los culés en remontarla. Cada ataque era respondido con una defensa intensa. Si anotaba el rival, tenía que ser por un gran mérito suyo. Así, jugada a jugada, ambos equipos se citaron después del descanso. La ventaja de dos puntos del Barça no era garantía de nada. No había nada decidido y así iba a seguir.
El tercer cuarto iba por el mismo camino que sus dos predecesores. La guerra de trincheras en el parqué amenazaba con regalar al público de Málaga otro final apoteósico. Dentro de esa lucha que se disputaba por ganar una mísera pulgada de ventaja, el primero en perder comba se iba a quedar fuera. Y, al final de este penúltimo cuarto, el damnificado sería el Barça. A dos segundos de ese último descanso, los culés concedieron dos tiros libres. El Real Madrid no los desperdició, consciente de que podía castigar. Su ventaja era de dos puntos, pero sí que era suficiente para dar un golpe sobre la mesa. Al comenzar el cuarto final, lo dieron: volvieron a conseguir ese +5 en el marcador. Les tocaba jugar con la desesperación de sus rivales en los últimos minutos.
Mediante una anotación muy coral (tuvieron 6 jugadores por encima de las 10 unidades) y el emparejamiento continuo entre los pequeños con los grandes lejos de la zona, el Real Madrid siguió marcando el ritmo que había perdido el Barça. Los culés, desesperados, no paraban de tapar agujeros mientras aumentaba la ventaja. Para más inri, se cargaron de faltas demasiado pronto. Remontar era un milagro inalcanzable y Vesely, el líder de su defensa, quedó fuera. Mientras que sus rivales no eran capaces ni de cerrar los rebotes en su canasta, la diferencia a favor del Real Madrid subió a +13. Los de Chus Mateo lo tenían en sus manos. Entre un espectacular triple de Campazzo y una barbaridad de Jabari Parker, el marcador se cerró en 96-85. La 29ª Copa del Rey del Real Madrid se había hecho realidad.