Los Minnesota Vikings (7-1) visitaban la orilla del lago Erie para disputar uno de los partidos con más cartel de la jornada 10 en la NFL. En el Highmark Stadium les esperaba Josh Allen y unos Buffalo Bills (6-3) con la vitola de ser los grandes favoritos para estar en la Super Bowl LVII. Y que se llevaron en la prórroga por 33 a 30. Un partido que ya de por sí apetecía y que terminó siendo uno de los mejores, si no el mejor partido de lo que va de temporada. Y firme candidato a ser el mejor encuentro aún acabada la campaña de football.
🪨 El rival a batir
Si esta temporada quieres optar a algo ambicioso tu vara de medir tienen que ser los Buffalo Bills. El equipo de Sean McDermott lleva temporadas construyéndose en torno a su pilar básico, su quarterback, el californiano Josh Allen. A sus 26 es ya uno de los mejores de la liga y la franquicia neoyorkina le ha ido rodeando cada año de los mejores, y este parece el definitivo.
Por lo tanto, si la piedra de la liga son los Bills, cada equipo en buena dinámica que se los encuentra tiene que demostrar que está preparado para todo, y todo es ser capaz de ganar en Buffalo. Eso consiguieron unos Minnesota Vikings que están en una temporada de ensueño cuando nadie les esperaba de la mano del joven entrenador Kevin O’Connell.
🔨 Los Bills un martillo pilón
El partido arrancaba como se esperaba, los Bills no se detienen y con Josh Allen a un nivel estratosférico dirigiendo es muy difícil pararles. Varias genialidades del quarterback y la carrera funcionando, dos touchdowns de Devin Singletary, daban la ventaja 14-7 inicial para los locales.
Comenzaba a nevar ligeramente y un par de errores de Kirk Cousins, QB de los vikingos, parecía que decantaba la victoria para los Bills. Además, Allen comenzaba a encontrar a sus wide recivers con cierta facilidad y colocaban el 24-10 en el luminoso.
🧟♂️ Este muerto está muy vivo
Llegaba la segunda interceptación para un Kirk Cousins deseperado, ahora si, no había fallo y los Bills con un drive largo podrían matar el partido. Pero esto es football, todo puede girar en un segundo. La defensa de los Vikings se puso manos a la obra y devuelven el balón a un Cousins que decide empezar a jugar seguro y buscar a TJ Hockenson. Para estas situaciones trajeron al Tight end.
Tras asegurar el balón, Dalvin Cook con una carrera de estrella de la liga consigue un touchdown de 71 yardas para su equipo. 27-17 en el marcador y queda el último cuarto. Recordemos que se juega ante los Bills y Josh Allen, que encuentra con un espectacular catch a una mano a Stefon Diggs.
Los Bills están en la red zone, vana a anotar y poner el último clavo en el ataúd de los Vikings, o no. Porque aparece un veterano Patrick Peterson para robar el balón. Gracias a ello llega el primer touchdown en cinco años del fullback CJ Ham. Minnesota falla el extra point y lo deja todo muy complicado, pierden de cuatro (27-23) y el balón es de unos Bills que solo tienen que mantenerlo. Aun así, queda un hilo de vida para los de O’Connell.
💫 El Show de Justin Jefferson
Tras una brutal defensa de Harrison Smith, los Vikings vuelven a tener el balón con 3:34 en el reloj. Y entonces llegó la jugada. El mejor catch del año y uno de los mejores a una mano de la historia. Kirk Cousins se mueve, está desesperado, estamos en 4ª y 18, y lanza rezando para que alguien baje ese balón. Entonces aparece el joven Justin Jefferson. Como si tuviera una escalera se alza sobre todos y a una mano agarra una bola desde el cielo que nadie en Buffalo creía posible. Se la saca de las manos al cornerback de los bills. Como dirían los americanos, unbelievable.
JUSTIN JEFFERSON ASDGJSKDNFGKSDF;K
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Esto no termina aquí. Jefferson se muestra dos veces más, parece que ha anotado y que los Vikings han remontado, nada más lejos de la realidad. Su rodilla toca el suelo centímetros antes de la línea de gol. Y los Vikings a 44 segundos del final se quedan en la orilla. 27-23, todo el Highmark Stadium estalla de júvilo. Pero claro, esto es la NFL. En cinco segundos, repito cinco segundos, los Bills pierden el balón en su zona de anotación, touchdown y ¡los Vikings lideran a falta de 39 segundos por tres puntos! 30-27.
Y no, esto no ha terminado. Tener 30 segundos para un QB como Josh Allen es un mundo y los Bills consiguen anotar tres puntos sobre la bocina para irse a la prórroga con el 30-30. Estamos en la prórroga y el balón es para los Vikings. Es sencillo si anotas un touchdown se acabó, si, por el contrario, sumas de tres, tu rival tiene una jugada para anotar y dejarlo en empate o llevarse la victoria.
Enésima genialidad de Justin Jefferson, aunque la defensa de los Bills evita el touchdown. Field Goal y los Vikings ganan 33-30. Los de McDermott pueden contestar. Y tras un muy buen drive de Josh Allen aparece de nuevo Patrick Peterson para quedarse el balón y ahora si cerrar el que ha sido y será el mejor partido del año en la NFL.