Ya llevamos tiempo sabiendo que con Alcaraz había nacido una estrella, que el relevo del tenis español estaba más que asegurado. Aun así, parece que su idilio en Madrid va a ir un poco más allá. Como ya sucedió con Rafa Nadal, el público de la Caja Mágica ya se ha rendido al joven tenista murciano. Por segundo año consecutivo y en medio de una semana de coronaciones, Alcaraz es el rey de la tierra batida en Madrid, llevándose el Mutua Madrid Open ante Jan-Lennard Struff en tres sets (6-4, 3-6 y 6-3).
🏆 TWO-TIME CHAMPION 🏆
🇪🇸 @carlosalcaraz retains the #MMOPEN throne, defeating Jan-Lennard Struff 6-4, 3-6, 6-3 in a magnificent final.
Excellent climax at the Caja Mágica. pic.twitter.com/J4kn6GoChX
— #MMOPEN (@MutuaMadridOpen) May 7, 2023
🎾 Struff hizo sufrir a Alcaraz
El alemán llegaba a al final como el mejor lucky loser que se había visto en un Masters 1000, siendo uno de esos lobos con piel de cordero que tan peligrosos son en el tenis. A priori parecía un partido sencillo para Carlos Alcaraz en su defensa del título, pero el intercambio de juegos en el primer set borraron rápidamente esa percepción del encuentro. Iba a ser una final larga, no como la del año pasado ante Zverev. Con su espectacular planta, Struff consiguió que Alcaraz no mostrase la excelencia con la que venía jugando.
Tras llevarse ese disputado primer set, el germano sacó totalmente del partido a su rival. Juan Carlos Ferrero estaba preocupado desde la grada, pidiéndole a su pupilo que mantuviese la concentración. Hubo un pequeño amago de remontada, insuficiente para que se llevase este segundo set, pero sí lo justo como para empezar a levantar el ánimo de Alcaraz. Cada punto enchufaba un poco más al de El Palmar, y hacía que el público de la Caja Mágica aumentase el apoyo hacia su nuevo monarca.
Carlos Alcaraz, durante la final ante Struff.
En el último y tercer set, Alcaraz volvió a ser el tenista que había enamorado al exigente público de Madrid. Había sobrevivido a base de garra y carácter, pero no podía acabar el partido sin ver el amplio y espectacular repertorio de golpes del murciano. Eso sí, cada vez que conectaba bien con la pelota, salía un sonoro «¡Vamos!» de su boca, siendo la prueba del mal rato que le estaba haciendo pasar el combativo Struff. Y es que, para los más olvidadizos, el alemán ya había ganado a Alcaraz en el pasado, por lo que esto ya era personal.
Poco a poco, con paciencia y algún destello de genialidad para el delirio del público, los juegos fueron pasando hasta decretarse su victoria. Otro año más, Alcaraz sigue reinando al sur de la capital. Nadal aún queda lejos con sus 5 victorias en Madrid, pero para este tenista pocos objetivos son imposibles. Larga vida al rey.
