Carlos Alcaraz, tras las semifinales, ya habló sobre lo inferiores que son el resto de tenistas respecto a Novak Djokovic en pista dura. Ante Jannik Sinner en la final, por mucho que jugase en su casa, no iba a ser distinto. El serbio ha ganado por séptima ocasión las Nitto ATP Finals tras tumbar en dos sets al joven tenista italiano (6-3; 6-3) y ha puesto el broche a una temporada tremenda en la que ha ganado tres Grand Slams de cuatro posibles. Y, mientras tanto, el maestro de maestros solo tiene ojos para lo que viene.
🔝 El inapelable dominio de Djokovic
Dejando de lado ese incómodo paréntesis que supuso su postura ante el covid-19 y la vacunación, no hay mejor carrera en el mundo del tenis que la de Novak Djokovic. El serbio ha ganado 24 grandes y sigue con la ambición intacta. Cuando llegue el momento de dejar la raqueta de lado, quiere que todos los récords lleven su nombre. Entre los pocos que le quedan, estaba el de tenista con más victorias en unas ATP Finals. Con 6 victorias, estaba empatado con Roger Federer. Sabía que este 2023, el año en el que solo Carlos Alcaraz evitó el que ganase todos los Grand Slams posibles, tenía que ser el del desempate. Jannik Sinner, el otro finalista, se presentaba con más ilusión que expectativas reales de ganar.
Djokovic firmó otra muestra de dominio ante Jannik Sinner.
La gran final en Turín fue según el guion esperado. Djokovic, como siempre, era un muro. Su joven rival, espoleado por sus compatriotas, no podía seguir el exigente ritmo de ‘Nole’. El primer set dio una tremenda sensación de superioridad. Los puntos que se llevó Sinner eran fruto de una genialidad difícilmente repetible. Era uno de esos partidos en los que, entre su forma de expresarse y su juego, había dudas sobre si era humano o un robot. Por desgracia para el italiano, no iba a haber errores en la Matrix. El segundo set subrayó esa sensación, rompiéndole el saque para ponerse 2-0 y encarrilar el partido.
Todos los presentes sabían que lo que quedaba era un mero trámite. Sinner peleó e hizo que se retrasase mínimamente la victoria de Djokovic, pues era imposible darle la vuelta al encuentro. Fruto del cansancio y la desesperación llegó el punto que decidió cerró el choque, ya que una doble falta en el saque del italiano le dio el título a Djokovic. Ahí estaba el deseado desempate con Federer, su confirmación de maestro entre los maestros. Para cualquier otro, este sería el final perfecto a sus 35 años. Para ‘Nole’, es solo el primer paso hacia la próxima temporada y su objetivo de ganar todos los grandes en un año. La ambición desmedida, esa que ha visto como caían imperios, solo puede hacer crecer más la leyenda de Novak Djokovic.
