La UEFA ha puesto el ojo sobre los incidentes que detectó durante la final de la Europa League celebrada entre el Sevilla y la Roma. La final se disputó en Budapest (Hungría) y concluyó en favor del club español tras la tanda de penaltis que hubo que lanzar para dirimir un duro, disputado y muy largo partido (132 minutos, sumados el tiempo reglamentario, la prórroga y los descuentos) que acabó 1-1.
En la transmisión televisiva, fue muy notoria la invasión del campo por parte de decenas de seguidores sevillistas tras el penalti final que marcó Montiel y que dio el título al equipo andaluz. También lo fue la comprensible desesperación de los comentaristas de Movistar, ante el temor de que ello empañara el buen resultado que tuvo la final para los intereses del fútbol español.
'𝐂𝐞𝐥𝐞𝐛𝐫𝐚𝐫𝐨𝐧 𝐧𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐚 𝐦𝐮𝐞𝐫𝐭𝐞,
𝐭𝐞𝐦𝐞𝐫𝐚́𝐧 𝐧𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐚 𝐫𝐞𝐬𝐮𝐫𝐫𝐞𝐜𝐜𝐢𝐨́𝐧'Sevilla FC, campeón de la Europa League. #LaCasaDelFútbol pic.twitter.com/YCk7jOMMYk
— Fútbol en Movistar Plus+ (@MovistarFutbol) May 31, 2023
En todo caso, aunque los aficionados que invadieron el césped no fueron multitud y resultaron desalojados del terreno de juego con bastante celeridad, el hecho fue más que evidente y la UEFA ha tomado buena nota de él.
Por ello, ha incoado un procedimiento disciplinario contra el Sevilla, de acuerdo con el artículo 55 de su Reglamento Disciplinario, por invasión del terreno de juego.
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Sin embargo, no se ha quedado ahí en relación con el club español. También le ha abierto procedimiento disciplinario por lanzamiento de objetos, encendido de fuegos artificiales y —esto es quizá más sorprendente, por resultar mucho menos notorio— conducta impropia del equipo.
En todo caso, la Roma tampoco se ha ido de rositas. La UEFA le ha abierto asimismo un procedimiento disciplinario por una colección de incidentes bastante más variada: lanzamiento de objetos, encendido de fuegos artificiales, alteración del orden público, conducta impropia del equipo y, lo más llamativo, uso de lenguaje insultante o abusivo contra el árbitro del partido por parte de su entrenador, José Mourinho.
En efecto, el “show” —por otro lado, nada inhabitual— que montó el entrenador portugués al término del partido ha sido ampliamente comentado por medios de comunicación de todo el mundo, lo que muy probablemente es lo que él mismo pretendía: abrazos al entrenador del Sevilla, José Luis Mendilibar, antes incluso del último penalti, lanzamiento de la medalla de plata al público, críticas francamente desproporcionadas al arbitraje en la rueda de prensa post-partido y, como traca final, entrada en el parking del estadio para insultar a los árbitros.
La UEFA ha declarado que su Comité de Control, Ética y Disciplina decidirá sobre el asunto a su debido tiempo. En todo caso, puede suponerse que su decisión será seguramente más efectiva para que los clubes controlen a sus seguidores a fin de que no invadan los terrenos de juego —por improbable que esto parezca—, que conseguir que Mourinho no dé un calculado espectáculo cuando pierde un partido importante.