El Mundial femenino de fútbol de Australia y Nueva Zelanda, que empezará dentro de pocas semanas, será el primero que se dispute íntegramente en estadios certificados como ecológicos. Las diez sedes de los dos países que acogerán los encuentros del torneo han obtenido la certificación como edificios sostenibles.
Estos estadios mundialistas “verdes” son los siguientes: Hindmarsh, Eden Park (sede del partido inaugural), Brisbane, Dunedin, Waikato, Estadio Rectangular de Melbourne, Estadio Rectangular de Perth, Sídney, Australia (que fue epicentro de los Juegos Olímpicos de Sídney 2000 y será sede de la final) y Estadio Regional de Wellington.
Entre otros aspectos, la certificación que han obtenido confirma que sus instalaciones están diseñadas para contribuir a reducir el consumo de energía y agua, además de lograr eficiencias en otros ámbitos, como el del reciclaje.
Andrew Eagles, director general del Consejo de Construcciones Ecológicas de Nueva Zelanda, ha manifestado nuestro país «es famoso por su amor hacia el deporte, tanto como por su hermosa naturaleza. Ante la gran oportunidad de organizar la Copa Mundial Femenina de la FIFA, los estadios neozelandeses han dado un paso adelante para aportar su grano de arena a la protección de la naturaleza, al tiempo que proporcionarán una experiencia maravillosa a miles de espectadores».
A través de un proceso de compras sostenibles, de bajas emisiones y materiales reciclables/reutilizables, el Comité Organizador han priorizado el objetivo de minimizar el impacto ambiental de los productos necesarios para la construcción de los estadios, evitando así que, que en la mayoría de casos, terminen en vertederos y con escaso control alguno.
Además, para cumplir con el objetivo de velar por la sostenibilidad de las contrataciones, se ha aplicado un código de abastecimiento sostenible en todas las solicitudes de propuestas de construcción que ha contado con la intervención de un equipo de sostenibilidad en desarrollo y evaluaciones para asegurar políticas de contratación y la disponibilidad de códigos de proveedores sostenibles.
La meta final es conseguir que esta Copa del Mundo deje un legado duradero que sea capaz de impulsar cambios en otras instalaciones deportivas.
A título de ejemplo, baste con señalar que, hasta este momento, solo dos estadios australianos contaban con la etiqueta LEED o el sello Green Star del Consejo de Construcciones Ecológicas de Australia. Ahora, todos los recintos mundialistas la tienen.