El Mundial de Australia y Nueva Zelanda ha servido como termómetro para confirmar el creciente interés del fútbol femenino en España. Todavía lejos del furor que pueden generar los pupilos de Luis de la Fuente o deportistas como Garbiñe Muguruza —en un evento relevante—, las de Jorge Vilda han obligado a rectificar a la Radio Televisión Española y a confirmar que el deporte, independientemente del sexo, es un reclamo para la sociedad.
España, con más de un 50% de share
Desde un primer momento la cadena pública advirtió que no entraba en sus planes priorizar el Mundial femenino. La web, Teledeporte y La2 fueron los soportes escogidos para retransmitir la crucial cita. El debut se emitió en en La2 —la opción preferida para los partidos de la Selección—, con una audiencia inesperada del 13,3% de share. En espectadores, por horario (9:30 en pleno verano), se tradujo en una media de 322.000, muy por encima de La Hora de La1, que reunió a 199.000 fieles con una cuota de pantalla del 9,1%.
Quizás este fue el motivo por el que, a solo 48 horas del segundo encuentro de la fase de grupos, RTVE decidió retransmitir el España vs. Zambia por La1. La respuesta del público fue unánime: la cadena pública registró un porcentaje de seguimiento del 20,6%, con algo más de medio millón de espectadores de media. El fútbol femenino ganó en su franja (9:30 a 11:30) al resto de cadenas. En porcentaje de audiencia el envite solo fue superado —y ligeramente— por La Ruleta de la suerte (20,7%).
Hasta en los momentos más duros, como en la derrota 0-4 frente a Japón, la sociedad española ha respaldado a España en el Mundial femenino. El tercer duelo de la fase de grupos fue seguido por 449.000 personas (18,6%). La previa superó el 15% de share y el post rozó el 10%.
Con las rondas eliminatorias se desató la locura. La semifinal entre España y Suecia, a las 10:00, fue seguida por el 45,4% de las personas que tenían encendido el televisor. Una cuota, por ejemplo, superior a la final de Copa del Rey que disputaron Real Madrid y Osasuna. En total, casi dos millones de espectadores.
En la final se pulverizaron todos los registros. El share, del 65,7%, supuso el mayor seguimiento a un deporte femenino en la historia de nuestro país. También en número de personas (5.599.000) se alcanzó un hito, superando el registro de la prórroga que disputaron España e Inglaterra en la Eurocopa 2022.
Un Mundial femenino de récords
Otro ejemplo del progreso del fútbol femenino está en el dinero generado a través de los sponsors. Según GlobalData, una empresa de análisis y gestión de datos, la cita mundialista ha generado en torno a 280 millones de euros en este aspecto. La cantidad es solo una cuarta parte de la que se alcanzó en Catar 2022, pero el gap entre el masculino y el femenino se ha reducido considerablemente en la última década.
La cartera de patrocinadores la integran VISA (EE. UU.) y Xero (Nueva Zelanda) como partners; Budweiser (EE. UU.), Globant (Argentina), Unilever (Reino Unido), McDonalds (EE. UU.) y China Mengniu Dairy como sponsors; y Commonwealth Bank of Australia, Jacob’s Creek (Australia), Inter Rapidísimo (Colombia), Cisco (EE. UU.), Team Global Express (Australia), Frito-Lay (EE. UU.), TAB (Australia), Optus (Australia) y Yadea (China) como supporters, amén de la colaboración de TikTok (China).
En cuanto a asistencia, el Mundial femenino también rompe registros. Bastaron solo seis jornadas para superar el mejor registro de asistencia con 1,5 millones de entradas vendidas, tal y como informó la FIFA en un comunicado. Los 42.137 espectadores que asistieron a la derrota de Nueva Zelanda frente a Noruega en el partido inaugural supusieron un récord a nivel de asistencia en el país anfitrión, incluso teniendo en cuenta el fútbol masculino. El Australia vs. República de Irlanda, con 75.784 personas en las gradas, se convirtió en el envite con mayor asistencia de un Mundial femenino en 24 años de historia que tiene esta competición.