Practicar deporte es esencial para alcanzar un equilibrio entre todos los sistemas del cuerpo necesarios para sobrevivir y funcionar de forma adecuada. Es decir, nos protege de influencias externas. Desde esta perspectiva, la actividad física no solo contribuye a la prevención de diversas patologías, sino que también contrarresta los factores de riesgo asociados al desarrollo de diversos trastornos, empezando por el sobrepeso. Incluso si ya se padece alguna enfermedad, la práctica deportiva puede mejorar la situación, siempre y cuando se combine con los cuidados apropiados y una buena alimentación.
💖 Protección ante las enfermedades del corazón
La actividad física se presenta como un respaldo efectivo para combatir afecciones que amenazan la salud cardiovascular, como la hipertensión, la diabetes y la dislipidemia. El deporte tiene efectos positivos cuando se asocia, según sea necesario, con terapias farmacológicas adecuadas y una nutrición correcta. Un ejemplo claro es la hipertensión arterial. Hacer ejercicio puede ser contraproducente en algunos casos detectados médicamente, pero, para la dislipidemia, el deporte favorece una mejor homeostasis lipídica cuando se complementa con la terapia y dieta adecuadas.
Correr ayuda a controlar y prevenir algunas enfermedades cardiovasculares.
El deporte no solo mejora el equilibrio de la glucosa, sino que también incrementa la tolerabilidad de las terapias en el caso de la diabetes bien tratada. No es necesario realizar entrenamientos intensos, ya que actividades como correr, nadar lentamente, practicar esquí de fondo o realizar largas caminatas pueden ofrecer beneficios significativos.
🤯 ¿Es bueno el deporte para el dolor de cabeza?
En casos de dolores de cabeza, el deporte puede tener efectos contradictorios en algunos casos. La actividad física puede mejorar la situación si el dolor de cabeza es ‘simple’ y está relacionado con la liberación de endorfinas. Sin embargo, si las jaquecas son indicadores de enfermedades subyacentes, como la hipertensión, es esencial abordar primero la causa antes de incorporar la actividad física. El hecho de hacer ejercicio para paliar un severo dolor de cabeza solo hará que pueda aumentar el problema.
No obstante, cuando el dolor de cabeza es mínimo, salir a dar un paseo o incluso introducir ejercicios de fuerza puede ayudar a solucionar el problema. Además, para dolores de cabeza por tensión muscular, el tratamiento osteopático o quiropráctico puede ser efectivo, junto con una actividad deportiva aeróbica constante y ejercicios específicos de movilización del cuello. Asimismo, con un entrenamiento guiado se pueden aliviar problemas musculares relacionados a zonas lumbares o de la espalda con un correcto fortalecimiento.
🤧 Un buen alivio para la congestión nasal
En los casos de rinitis, como se conoce la inflamación de la mucosa nasal, la actividad física puede tener efectos positivos al liberar adrenalina, que actúa de manera similar a los aerosoles nasales. Sin embargo, se debe evitar la actividad física en casos más graves, como faringitis, traqueítis, bronquitis y neumonía. Después de recuperarse de estas patologías, es crucial retomar el entrenamiento gradualmente, aumentando la intensidad según las respuestas del cuerpo. La realización de deporte ayuda a que esa mucosidad se diluya de forma natural y se liberen las fosas nasales para una correcta respiración. Ante todo, en casos más complicados la primera recomendación es ir a visitar al médico de cabecera para seguir un tratamiento dirigido por un especialista.
