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⚽ Copa del Rey

El Barça más defensivo de Xavi gana un clásico atípico en Madrid

La ida de las semifinales de la Copa del Rey fue extraña. Muy extraña. No solo por la victoria del Barça (0-1), contra todo pronóstico por la baja de Pedri, Lewandowski, Dembélé y Christensen, sino por el desarrollo del partido.

Comenzó con una fricción extrema antes del descanso, con muchos balones divididos y duelos individuales, pero sin apenas ocasiones. De hecho, el único gol se lo marcaron en propia meta entre Militão y Nacho a la media hora, en una jugada de pinball que nació tras una pérdida comprometida de Camavinga y la conducción con determinación de Kessié. A partir de ahí, el Barça se agazapó y resistió las embestidas de un miura con más ímpetu que claridad ofensiva.

🤨 El Barça no pareció de Xavi

En el predominante contexto de repliegue y contragolpe azulgrana, acrecentado tras el 0-1, la defensa de Xavi se impuso al ataque de Ancelotti. Aunque a veces obviemos que el fútbol, muchos días, es más de los futbolistas que de las pizarras, hoy dio esa sensación, porque el técnico del Barcelona jamás defendió los ideales que forjaron su identidad en un partido aciago en cuanto a generación ofensiva y capacidad para sortear la novedosa presión eficaz de los locales. En esto último, Frenkie de Jong fue un oasis en mitad del desierto.


Xavi Hernández:
«No hemos traicionado al modelo. El rival nos ha obligado a jugar así.
No hemos estado bien con balón».


Pudo, incluso, haberse marchado 0-2 si Ansu Fati, cuando entró desde el banquillo, no hubiese interceptado un remate de Kessié que llevaba olor a red, en uno de los poquísimos ataques en los que amenazó a campo abierto. Volvió a quedar claro que, sin Dembo, faltan piernas para ir en vertical y cambio de ritmo al espacio. Más aún con Alejando Balde tan atrás. Pero no todo fue malo en el Barça… ni bueno en el Real Madrid.

👨‍👦 Araújo 5-0 Vinícius

En un choque de mucha guerra de guerrillas, con emparejamientos del Real Madrid en la presión y vigilancias defensivas del Barcelona, hubo futbolistas que sacaron matrícula de honor. Koundé, como central, gobernó el área y tuvo tiempo de salir a alguna cobertura o anticipo. El más notorio fue Ronald Araújo, que volvió a ganarle la partida a Vinícius Júnior como lateral. Incluso, condicionó sus intenciones.


Vinícius Júnior vio la tercera amarilla en Copa del Rey, pero no se perderá la vuelta, ya que las tarjetas se limpiaron antes de las semifinales.


Lo primero, raro que le pase al brasileño contra cualquier marcador. Si acaso ante Foyth. Lo segundo, nunca visto ni imaginado por el mayor detractor del extremo izquierdo. Se atrevió a encarar poco, a pesar de que sus compañeros le encontraron en situaciones de uno contra uno y llegó a buscar rutas alternativas, por dentro, ante la imposibilidad de driblar donde más le gusta. Cinco enfrentamientos contra Ronald y cinco partidos minimizado por su particular criptonita.

💜 Todo nervio y corazón

Desactivado en izquierda por el tirano charrúa y por las solidarias ayudas de Raphinha y enjaulado dentro ante la superpoblación culé en la frontal, con distancias cortas entre defensores de cara y buena activación, el partido demandaba más presencia por la derecha del Real Madrid. Su eterno problema. Salvo en las contadas acciones en las que Modrić, Valverde y Carvajal se juntaron, el Barça pudo centrarse en defender los otros dos carriles. Sabía que si Fede iba por dentro, Carvajal no le iba a herir lo suficiente, por mucho que la basculación llegase tarde.

Ante este escenario, el Real Madrid dejó un muy buen sabor de boca por ambición, intensidad y aquello eso que enciende al Bernabéu. Tuvo todo a favor en un inicio de segundo tiempo arrollador, que recordó a los arrebatos ofensivos de Champions contra PSG o Manchester City. Pero el Barcelona supo sufrir como casi nunca y los locales, en un partido casi unidireccional, con porcentajes de posesión históricos en un clásico, abusaron del centro lateral. Sin éxito, porque Ter Stegen apenas tuvo que intervenir para salir a balones divididos y repeler un centro chut de Vinícius. Eso fue lo más parecido a un tiro a puerta de los merengues.

Real Madrid vs. Barcelona: los clásicos más calientes del siglo XXI

Ancelotti movió el tablero con la entrada de Rodrygo, también por dentro, con el cambio de Camavinga del doble pivote al lateral izquierdo, y con el ingreso de Álvaro Rodríguez para ver si cazaba otra en el área como en el derbi, pero los problemas fueron similares. Se diluyó en los minutos finales, incluso, por un tema de gasolina gastada sin premio. La sensación que les quedará a ambos, por su idiosincrasia, es desconcertante: de orgullo y oportunidad perdida para los blancos; de falta de identificación con la puesta en escena, pese al resultado, para los azulgrana.

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