Coutinho
⚽ Fútbol internacional

¿Dónde quedó el Coutinho que enamoró al mundo del fútbol?

Quizás no sea tan objetivo como intento serlo siempre que me pongo delante del teclado, pero Philippe Coutinho lo merece. Cuando saltó la noticia sobre su final en el fútbol europeo, solo una pregunta podía rondar mi cabeza. ¿Dónde ha quedado aquel futbolista que maravilló Europa en Anfield? Solo han pasado seis años, y parece que ha transcurrido una vida entera desde que su fútbol comenzó a apagarse. Primero fue Barcelona, luego Múnich y terminó en Birmingham. Los tres destinos fueron sus últimas aventuras por Europa antes de fichar por el Al-Duhail catarí. En uno de ellos (o en todos) es donde debe de quedar el antiguo Coutinho.

🤝​ Coutinho era el sustituto ideal de Neymar

Que la distancia y lo que ha sucedido no nos haga juzgar los hechos con una perspectiva diferente. Cuando el Barcelona fichó a Coutinho, ese era el movimiento que tenían que hacer todos. Tras sus prolíficos años en Anfield, el paso era obvio. No le dejaron salir en un principio, pues desde su posición a la izquierda del campo salía todo el juego de los reds. Sin ser tan explosivo como podía ser Eden Hazard o uno de esos jugadores de banda tan menudos y espectaculares, Coutinho se hizo el mejor socio de todos. Ya fuese cerca del delantero o en una posición algo más retrasada, era el jugador ideal para el Barça. No estaba Neymar, y su compatriota, si bien era distinto, podía ofrecer esa cuota de magia brasileña. Y es que, por mucho que el tiempo dictase algo distinto, hablamos de un jugador tremendamente talentoso.

Llegó en enero, fruto de ese acuerdo que hizo con el Liverpool para no trastocar demasiado los planes de Klopp en Anfield. Sus comienzos, sin ser brillantes, sí atisbaban un futuro feliz para Coutinho y el Barça. En media temporada de liga marcó siete goles y dio seis asistencias. Las cifras mostraban el potencial que tenía en un equipo con un estilo más asociativo que el del Liverpool. Además, su golpeo de balón podía servir como un abrelatas para su equipo. Este optimismo solo podía ir en ascenso tras su actuación en el Mundial de Rusia en 2018. No ganó con Brasil, cayendo contra aquella histórica Bélgica, pero su juego seguía hablando por él. A inicios de la temporada 2018/2019 su valor tocó su máximo histórico. Costaba 150 millones de euros y estaba entre los jugadores más cotizados del mundo. Por sorpresa, su caída estaba a punto de llegar.

Coutinho Barcelona

Coutinho comenzó bien en el FC Barcelona, generando optimismo para lo que podía venir en el futuro.

📉​ Múnich primero, Birmingham después

Ese valor histórico que logró fue un espejismo de su temporada. Lejos de esos primeros compases esperanzadores, su trascendencia cayó en picado. Aquel Barça pos-Neymar tampoco ayudaba, pues acumuló eliminaciones europeas humillantes campaña tras campaña. El último clavo de su ataúd como barcelonista fue el 4-0 en semifinales de la Champions League en 2019, ante el Liverpool. En Anfield se hizo enorme y en Anfield vio como acababa todo. El partido no dejó a nadie bien parado, pero Coutinho fue el gran damnificado. Era un sospechoso habitual en las malas actuaciones azulgranas, por lo que ese partido selló su final. Tratando de revalorizarle, el Barcelona le cedió al Bayern de Múnich. Si bien parecía una buena oportunidad para resurgir, no pintaba bien. El Coutinho que levantaba al público de su asiento, aquel menudo mediapunta que vivía feliz con el balón, ya no existía. Su llama se había apagado.

Ganó la Champions League con aquel Bayern en medio de la pandemia, siendo lo mejor que pudo sacar de su estancia en Alemania. No logró convencer en ningún momento a ‘Hansi’ Flick, y no pasó de mero revulsivo. Por añadirle un toque picante a todo este entuerto, en cuartos de final le marcó dos goles al Barcelona en su mayor humillación europea. Ese 8-2 sigue escociendo en la Ciudad Condal. Tuvo que regresar allí, pasando una temporada entera en el ostracismo. Ni en aquel Barça tan limitado por sus necesidades financieras era importante, y se lo tenían que quitar de encima. A inicios de 2022 apareció el Aston Villa de Steven Gerrard, leyenda del Liverpool y excompañero suyo en Anfield. Quería rescatarle con una cesión, por lo que hizo las maletas para volver a Inglaterra. Y quizás, mirando atrás, es el lugar del que no tuvo que salir, por mucho que todo indicase lo contrario.

Coutinho Gerrard

Gerrard hizo por sacar a Coutinho de su complicada situación en Barcelona.

🔚​ El final de Coutinho

Sus primeros meses con Gerrard, así como fueron en Barcelona, eran esperanzadores. El mundo hablaba de la vuelta del talentoso brasileño, tratando de olvidar lo que había sucedido en los últimos años. Si no miras, no está. Por ello, el Aston Villa hizo un desembolso de 20 millones de euros para hacerse con el futbolista en propiedad. Parecía que el fútbol volvía a sonreír al brasileño. Una vez más, fuimos unos ilusos. Los de Villa Park comenzaron la temporada terriblemente mal y no tardaron en destituir a Gerrard y contratar a Unai Emery. Había una ligera esperanza en que el técnico vasco contase con el jugador más diferente de la plantilla, pero no fue así. De nuevo Coutinho estaba condenado al ostracismo. Y, por ende, el Aston Villa quería recuperar la inversión cuanto antes. El fútbol de las emergentes ligas árabes era el único destino que podría satisfacer las necesidades de unos y otros. Se había agotado, definitivamente, el talento de Coutinho en el fútbol de élite.

Irónicamente, Neymar también fichó por un club de la misma región en este mismo verano. El sustituto y al que había que sustituir no estarían en el fútbol europeo seis años después, terminando así una de las historias más inexplicables que ha dado este deporte. De tenerlo todo y poder optar a algo más, a la nada más absoluta, y todo ello sin que hubiese ningún contratiempo claro. Así como Hazard en el Real Madrid o João Félix en el Atlético de Madrid, Philippe Coutinho en el Barça es la muestra de que no solo basta con talento. Siempre está todo al borde del acantilado y puede caer en cualquier momento. Solo depende de uno mismo salir de ahí, aunque, después de este caso, yo tengo mis dudas. Porque si alguien tan especial no triunfó en Barcelona, no debería hacerlo nadie. Los caminos del fútbol, una vez más, son desconocidos.

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