⚽ Fútbol internacional

Karim Adeyemi ya ruge en el Borussia Dortmund

Se ha hecho de rogar, pero Karim Adeyemi ya ha roto en el Westfalenstadion de Dortmund. Los black and yellow desembolsaron en julio 30 millones de euros a cambio de hacerse con sus servicios, una operación de las más prometedores del verano.

Sin embargo, sobre el césped no se vio reflejado su nivel, a excepción del sublime encuentro que completó ante el Bayern, en el que le cambió la cara a los suyos cuando caían 0-2 y no se fue contento hasta rescatar un punto en los minutos finales de Der Klassiker. Pero, realmente, el cohete Adeyemi ha despegado en enero de 2023. Fundamentalmente, como extremo. Tanto en el ámbito de sensaciones, como de cifras, con tres duelos consecutivos marcando frente a Bayer Leverkusen, Freiburg y Chelsea. Rivales de alta alcurnia.

😈 Un demonio en categorías inferiores

Karim Adeyemi es un atacante que se ha saltado muchas etapas. Disputó la Youth League 2019/2020 cuando todavía era un año o dos menor que el resto y el Europeo sub-21 de 2021 con cuatro menos que algunos de los allí presentes. A sus 19 primaveras, comenzó a colarse ya en las convocatorias de los mayores, dentro de toda una Alemania, con ‘Hansi’ Flick a los mandos.


La 2021/2022 parecía que había roto a nivel goleador, con un promedio de un tanto cada 103 minutos en la Tipico Bundesliga austriaca y de 190 en Champions, aunque este curso no vio puerta en la liga alemana hasta la 18ª fecha.


🌪️ De los adolescentes recientes con más hype

En aquella Champions juvenil marcó 3 goles y repartió 5 asistencias en 9 partidos, para alcanzar las semifinales en las que cayeron ante el Real Madrid de Raúl González, a la postre campeón. Esa fue su primera carta de presentación, entrenado por Frank Kramer, Bo Svensson (Mainz 05) o Matthias Jaissle, su antiguo técnico también en el primer equipo del Salzburg. En el verde, acompañado por los Chukwubuike Adamu, Nicolas Seiwald, Luka Sučić o Benjamin Šeško.

Ya era uno de los mayores torbellinos de un campeonato que compartió con atacantes de la talla de Fabio Vieira (Arsenal), Rayan Cherki (Olympique Lyonnais), Amine Gouiri (Nice), Gonçalo Ramos (Benfica), Joshua Zirkzee (Anderlecht), Konrad de la Fuente (Olympiacos), Arnaud Kalimuendo (Stade Rennais), Curtis Jones o Harvey Elliott (Liverpool); además de sus actuales compañeros del Borussia, Gio Reyna y Youssoufa Moukoko.

¿Qué le faltaba entonces? Algo que también se vio en el Europeo sub-21, donde su Alemania y la de Florian Wirtz, David Raum, Nico Schlotterbeck, Ridle Baku, Lucas Nmecha o Niklas Dorsch, entre otros, se colgó el oro hace dos veranos: un punto de pausa, mejorar su toma de decisiones en los últimos metros, una mayor eficacia de cara a puerta y, lo más complejo e importante, replicarlo en la más pura élite. Su fútbol no ha evolucionado demasiado desde que dio el salto a categoría senior.

🏃🏼‍♂️ ¿Cómo juega?

Ante todo, Karim Adeyemi es un agitador y devorador de espacios gracias a su explosividad y desborde, con un tren inferior privilegiado y conducción de balón domesticada. Tiene una facilidad pasmosa para dar profundidad, encontrar la línea de fondo y poner el pase de la muerte. De hecho, esa jugada, que no abunda en la actualidad, tiene muchas papeletas de ser su favorita. Y una de las que mejor ejecuta. Sabes que te la va a hacer y, aun así, te la hace.

Tiene un cambio de ritmo endiablado, recursos técnicos en espacios reducidos y una flexibilidad corporal para proteger la pelota que no es común a su edad. Si le metes el pie, tienes un problema, porque rara vez vas a encontrar balón. Zurdo, aunque puede hacerlo tanto desde el flanco diestro, como en el izquierdo; maneja ambos perfiles.

👨🏻‍🏫 ¿Cuál es su mejor contexto?

Adeyemi no ha crecido encasillado en un fútbol riguroso desde lo posicional, ni desde una sola demarcación, ni referenciando centrales o pegado a la línea de cal. No es un extremo de formación, aunque pueda partir desde la banda. Mucho menos, un ‘9’ puro. Más bien, es un segunda punta que agradece libertad para moverse por todo el frente del ataque, caer a los costados y martirizar con su imprevisibilidad a su par.


Como revulsivo también ha mostrado, tanto en ámbito de clubes, como de selecciones, que es un cambia partidos de manual.


Donde más ha brillado ha sido en Salzburgo, gracias a las ventajas que le generaba un sistema y modelo de juego donde la anarquía nunca fue un problema, sino su mayor virtud. Salpicaba e intimidaba desde todos los carriles. Por ese factor conviene ser cautelosos con él. Un talento ofensivo muy particular requiere tratarlo como tal.

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