Fútbol internacional

Karim Adeyemi: de su expulsión del Bayern a perla del Borussia

La infancia del atacante del Borussia Dortmund no debió ser sencilla. Un chico que a los 7 años, a la par que formaba su personalidad y adquiría los valores que hoy le representan, firmó por el Bayern. Creció en un contexto que le ilusionó con replicar lo que hacían los mayores muniqueses, sus ídolos. Pero, de repente, esa misma personalidad le jugó una mala pasada y se vio de la noche a la mañana fuera del que pensaba que sería el club de su vida. En aquel momento pudo convertirse en uno de tantos juguetes rotos por el fútbol, pero el ojo clínico de un muniqués de a pie le salvó y le tendió la mano cuando más lo necesitaba. Sin él, sería complicado que Adeyemi vistiese ahora la camiseta del máximo rival del Bayern. La de vueltas que da la vida.

🪞 Adeyemi en el espejo de Robben

El neerlandés es la figura futbolística que más marcó al pequeño Karim en su niñez, un extremo vertical e incisivo que no se aleja mucho del Adeyemi actual. Lógico, teniendo en cuenta que ambos llegaron al gigante de Baviera el mismo verano, aunque su estancia en Múnich fue muy diferente. Uno marcó el gol que le dio la Champions, mientras que el otro apenas duró dos temporadas en un club que abandonó a sus 9 años, pero que recuerda con ilusión.

Karim Adeyemi ya ruge en el Borussia Dortmund

Así hablaba Karim Adeyemi en una entrevista con Goal, cuando formaba parte de la plantilla del Salzburg: «En invierno teníamos pequeños torneos cerrados donde podía mostrarme (en los campos de tierra de Forstenried), y los ojeadores del Bayern estaban presentes. Se comunicaron con mis padres y me ofrecieron una prueba. Como soy de Múnich y el Bayern es el mejor equipo de la ciudad y era mi favorito, estaba muy feliz».

🥰 La persona y el club que le cambiaron la vida

La trayectoria de Adeyemi es bastante rocambolesca. Karim-David, porque así se llama, nació en Múnich, pero desciende de padre nigeriano y madre rumana. Tras dar sus primeros pasos en el TSV Forstenried, cayó en la red de ojeadores del Bayern München con solo siete años, pero apenas duró un par de cursos por su mal comportamiento, según declaró Manfred Schwabl, un excentrocampista de la propia entidad bávara entre 1985 y 1993, que lleva una década como presidente del Unterhaching.

Antes de recalar en el Salzburg, el Unterhaching de Schwabl le dio otra oportunidad a aquel niño que no consiguió triunfar en el hegemónico equipo de su ciudad. Y no solo eso, también contrató a sus padres para trabajar en las instalaciones del club. Allí creció, maduró y echó raíces, hasta tal punto de rechazar una suculenta oferta del Chelsea. El mismo Adeyemi reconoció que desde pequeño era muy inquieto en el colegio, algo que ahora replica en un terreno de juego.

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