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¿Por qué el Liverpool ha perdido atractivo en el mercado?

“Mi sensación es que el proyecto, la ambición y la historia fueron factores clave”, dijo Romeo Lavia en su presentación con el Chelsea. La pregunta, evidentemente, iba con segundas. El Liverpool se ha pasado todo el verano pugnando por él, ofreciéndole ser el nuevo pivote red en esta reinterpretación del Kloppismo en Anfield, y al final se ha ido con los últimos en llegar. Sus palabras no se puede negar, han caído como una losa en Merseyside. Y es que no es el primero en decir algo parecido, pues Moisés Caicedo hizo lo mismo en su presentación. Han elegido un proyecto emergente por delante de ellos, incluyendo el argumento de la historia. Aunque también tenga importancia la parte económica que no mencionaron Lavia y Caicedo, duele igual.

¿Qué ha pasado para que el Liverpool haya perdido tanto atractivo en el mercado?

🛡️ Un golpe al corazón del escudo

Atacar a la historia del Liverpool es hacerlo al corazón del fútbol inglés, prácticamente. Junto al Manchester United, hay pocas dudas de que ambos son los reyes del balompié en el país de su nacimiento. Su mística se ha edificado a lo largo de las décadas, haciendo de Anfield la tierra prometida para muchos futbolistas. Eso está ahí, es algo absolutamente inamovible. Atraídos por formar parte de esa historia llegaron muchos futbolistas, incluso en los momentos más inestables del club.

Con Klopp como uno de los entrenadores más influyentes del mundo y la promesa de despertar a ese gigante dormido, el Liverpool era tremendamente atractivo. La cosa es que el fútbol es cíclico, y no siempre se puede estar arriba. Ha perdido fuelle el proyecto del alemán hasta quedarse en tierra de nadie. Quieren reconstruir, pero aún no está claro cómo en una época de transición. Es un marrón, por desgracia.

Klopp Liverpool

Klopp le dio al Liverpool su quinta Champions en 2019, devolviendo al club a lo más alto.

Por otro lado, están los futbolistas. Jóvenes como Caicedo, Lavia o Fernández comenzaron a ver la Premier League en la época del Chelsea de Abramovich. Posiblemente, todos ellos aprecien la mística de Anfield y la importancia del Liverpool. Aunque, de la misma manera, los blues siempre fueron grandes durante su existencia. Esos primeros equipos con Mourinho pusieron los cimientos de uno de los equipos más grandes de Europa, y los éxitos en la década de 2010 han enamorado a más de uno.

No es de extrañar que muchos aficionados que hoy son del Chelsea, en otro tiempo hubiesen sido del Liverpool o del Manchester United. Y es más, muchos de los futbolistas del futuro se han quedado prendados por los primeros recuerdos que generaron los reds de Klopp. Los enamoramientos futbolísticos funcionan así. Si bien duele que tanta historia de unos se compare con la de otros, es cierto que desde la perspectiva de quien lo dice es bien distinto. Es un golpe de realidad al escudo: la historia es tan eterna en los libros como subjetiva para cada uno que lo vive.

📉 ¿Acaso el Liverpool no es ambicioso?

Dejando de lado esa charla filosófica en cuanto a la historia y a como la percibe cada uno, hay que diseccionar otro punto clave. Vale que el Chelsea para un chico belga de 19 años que creció viendo a Eden Hazard puede ser un grande histórico, ¿pero a qué se refiere lo de la ambición? ¿Un equipo que ha llegado a tres finales de Champions de seis posibles no es ambicioso? Es raro, desde luego, porque el Liverpool siempre ha apuntado a rivalizar contra el Manchester City. Las batallas tácticas entre Pep Guardiola y Jürgen Klopp han decidido títulos, y ya son parte del patrimonio de la Premier League de hoy. Y, pese al mal resultado del año pasado, siguen mirando hacia al cielo. Fichajes como el de Mac Allister o Dominik Szoboszlai demuestran que el Liverpool no quiere repetir el bache del año pasado.

Mac Allister, el bote salvavidas del Liverpool en el pivote

Al final, no deja de ser un club con perspectivas de competir en Europa, quedar entre los cuatro primeros y que tiene un atractivo envoltorio con Anfield y su afición. El Chelsea, que se ha beneficiado de esta cascada de rechazos del Liverpool, también lo es. Los jugadores, ya sea por la confianza que mostraron en ellos antes de fichar o porque les gusta más Londres que Liverpool, son subjetivos. No dejan de ser personas, por mucho que hayan sido bendecidos con un talento casi divino para este deporte.

Ante dos clubes similares en la actualidad que quieren llevarse al futbolista en cuestión, se decide por pequeños detalles. Y por el salario, claro. En el Liverpool, la pirámide salarial está mucho más definida que en el Chelsea. Si bien no ha trascendido lo que van a ganar Romeo Lavia y Moisés Caicedo, se intuye que será más de lo que hubiesen conseguido en Anfield. Ojo, que no está ni bien ni mal, solamente es otro aspecto a tener en cuenta para entender la decisión del futbolista.

🤔 ¿Ha perdido el club su atractivo?

El Liverpool quiere llegar adonde estaba con una política más conservadora que otros clubes, y es igual de respetable que otra postura. Siempre y cuando no se salten las reglas, claro está. Por ello, es normal que se puedan escapar los fichajes. Quizás, y solo quizás, este es un cúmulo de mala suerte en una posición muy completa. Y por qué no decirlo: mejor no fichar a jugadores que no están al 100% convencidos del proyecto. El método de Jürgen Klopp exige compromiso al máximo, siendo la primera prueba de fuego el querer llegar. Wataru Endo, el elegido para solventar esta crisis en el pivote, ha aceptado de inmediato las condiciones del Liverpool. No ha dudado. Puede que no tenga el cartel de los centrocampistas que se fueron al Chelsea, pero sí tiene ese compromiso inicial para que las cosas salgan bien.

Además, a título personal, estoy seguro de que muchos futbolistas aceptarían sin dudar ese marrón de estar en este Liverpool de transición. Solo que, como siempre, los errores trascienden más que los aciertos. Y si bien en cadena, más aún. Por ello, lo único que podría hacer el Liverpool ahora mismo es aprender de todo esto. Siguen siendo un club con un pasado y un presente brillante, así como con un futuro que apunta en la misma dirección. Si se escaparon Enzo Fernández, Moisés Caicedo y Romeo Lavia, tampoco hace falta desalojar Anfield. El club ha existido antes de ellos, y lo hará después. Sobra con saber que falló para que no se diese su llegada y eligiesen otro club, pulirlo e ir a por los siguientes. El resto, por suerte o por desgracia, solo es (y será) papel mojado.

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