Pocos esperaban que Moisés Caicedo se convertiría en uno de los centrocampistas más codiciados del planeta cuando, hace solo año y medio, regresó al Brighton tras una cesión con poco protagonismo al Beerschot, colista de la Jupiler Pro League belga. La progresión del ecuatoriano ha sido fugaz, no ha parado de saltarse etapas, hasta el punto de tener a varios gigantes de la Premier League comiendo de su mano. Desde el Arsenal, que parecía que se le iba a llevar en enero (Caicedo llegó a despedirse por redes sociales del Brighton), hasta Chelsea y Liverpool, que han protagonizado uno de los culebrones del mes de agosto en su tentativa por hacerse con los servicios del joven jugador nacido en Santo Domingo.
🇪🇨 Artífice del cambio en Ecuador
Moisés Caicedo no solo fue uno de los líderes de Ecuador en el Mundial de Catar, a sus apenas 21 años recién cumplidos. A los 15, tras su paso por las inferiores CD Espoli y Colorados SC, fue reclutado por Independiente del Valle (ingresará unos 30 millones de euros por el traspaso al Chelsea), equipo con la cantera más prolífica del país para captar el talento joven. Allí se forjó rodeado de otros ilustres como Gonzalo Plata o Piero Hincapié, siguiendo los pasos de Ángelo Preciado y Jhegson Méndez.
Con el equipo de moda del fútbol ecuatoriano ganó la Copa Libertadores sub-20. Y, aunque por edad podría haber participado en el Sudamericano sub-20 de 2019, que precisamente ganó Ecuador; o en el Mundial sub-20 de ese mismo año, donde fueron semifinalistas, Moisés Caicedo no fue llamado con dos años de precocidad, dentro de la prometedora generación del 1999. La que ahora sí le acompaña en los éxitos recientes de la selección absoluta, que lidera junto a Enner Valencia, entre otros.
🏃🏼♂️ ¿Qué hace especial a Moisés Caicedo?
Físicamente, Moisés es un portento, lo que no quiere decir que represente ese perfil de centrocampista cachas. Su dominio se sustenta en una buena relación entre agilidad corporal, pulmones para repetir esfuerzos y velocidad para verticalizar los ataques. Por eso, en los tiempos donde la presión es uno de los intangibles del fútbol, y más aún dentro de una Premier League plagada de proyectos vistosos y ambiciosos, Caicedo es un centrocampista que ofrece soluciones para romper líneas. Experto al atraer miradas e, incluso, girarse cuando el oponente le tenga aparentemente bien referenciado, gracias a su control orientado y las fintas corporales necesarias para escapar.
🕊️ El Brighton le dio alas
En la costa sur de Inglaterra encontró un escenario óptimo para brillar. Tanto con Graham Potter como con De Zerbi, diferentes entre sí, pero que compartían una máxima en los seagulls: salir con la pelota controlada desde atrás, atraer al rival y, después, acelerar los ataques desde el cambio de ritmo que podían dar a la jugada los Moisés Caicedo, Alexis Mac Allister (Liverpool) o, anteriormente, Yves Bissouma (Tottenham). Sin balón, lo que todos ellos traen de serie es el dinamismo. Toco y me muevo, pierdo la pelota y rápidamente me activo para presionar…
Uno de los retos a los que se enfrenta ahora Moisés Caicedo es el aumento de sus cifras: apenas marcó un gol y repartió una asistencia en los 37 partidos que disputó en el Brighton 2022/2023.
Un fútbol que exige sobreesfuerzos importantes, que Moisés Caicedo no solo hace, sino que también convierte en productivos. Por mucho que sus cifras de goles y asistencias digan lo contrario. No se le puede achacar, ni mucho menos, que no recupere balones. Tácticamente, agradece los partidos de ritmo alto y transiciones, aunque cada vez sume también más registros para pausar y manejar los tiempos del encuentro. Incluso, cierta llegada al área rival. Porque, aunque sea frecuente verle generar valor añadido en la base de la jugada, si comparte sala de máquinas con un pivote más posicional que le permita descolgarse o recibir en la segunda altura, su potencial aumenta.
🤔 ¿Qué le espera en el Chelsea?
Finalmente, su destino será Stamford Bridge. Los blues han tirado la casa por la ventana y pagarán más de los 121 millones de euros que ellos mismos invirtieron en invierno por Enzo Fernández, que se convirtió momentáneamente en el centrocampista más caro de la historia del fútbol. Bueno, realmente hay algo de discrepancia con esto, ya que algunos consideran que Philippe Coutinho (135) o, incluso, João Félix (127), son centrocampistas, y otros que les consideran atacantes. Cuestión de opiniones, nomenclatura y etiquetas.
Futbolísticamente, la primera puesta en escena de Mauricio Pochettino en el Chelsea fue en forma de un 1-3-4-3 o 1-3-5-2, sin demasiada rigidez posicional. Sobre el papel, todo apunta a que el propio Enzo Fernández y Moisés Caicedo compartirán el teórico doble pivote e intercambiarán alturas. A priori, complementarios para tener la pelota y manejar el ritmo de los ataques del cuadro londinense, que desde hace años suele compartir la visión de hacer el campo grande y que sus centrocampistas paguen el peaje de tener que abarcar muchos metros, a cambio de no enfrentarse tanto a repliegue rivales. En cualquier caso, con esta dupla, desequilibrio y fantasía no parece que vaya a faltar. Ellos deben conformar la mayor certeza de este renovadísimo Chelsea.
