Se viven tiempos convulsos en la capital de Países Bajos. El Ajax, omnipotente el último lustro en la Eredivisie, ha cuajado uno de sus peores cursos en lo que va de siglo. Su verano hacía prever un año complicado, aunque no de tal inestabilidad. Interna, incluso, con la marcha de varios estandartes del club.
😓 El peor curso desde 2009
Ese fue el último año que el Ajax no alcanzó los 70 puntos de los 102 posibles en Eredivisie. El equipo dirigido por John van ‘t Schip, exseleccionador de Grecia, fue tercero con 68 unidades, mismo resultado que la actual campaña, en la que ha sumado 69. Insuficiente para alcanzar los puestos que dan acceso a Champions League. Ni siquiera a la fase previa, el mínimo exigible a un club de tal calibre, campeón de las cuatro últimas ediciones de la mano de Erik ten Hag.
En los torneos cortos, igual de decepcionante: eliminado en la fase de grupos de Champions con 16 goles en contra en seis partidos, en dieciseisavos de Europa League a manos del Union Berlin y, pese a que la KNVB Beker (Copa neerlandesa) parecía que podía maquillar un año nefasto, el PSV Eindhoven le volvió a ganar en la final, como ya sucedió en 2022.
🫣 Ni rastro del gran Ajax de Ten Hag
Precisamente, la marcha del reputado entrenador neerlandés fue el comienzo de esta crisis, aunque tampoco se puede obviar que perdió mucha materia prima en verano: Sébastien Haller (Borussia Dortmund), André Onana (Inter), Ryan Gravenberch y Noussair Mazraoui (Bayern), Antony y Lisandro Martínez (Manchester United) o Nicolás Tagliafico (Olympique Lyonnais).
El único superviviente con protagonismo en el Ajax que acarició el pase a la final de la Champions de 2019 es Dušan Tadić, porque Daley Blind también se marchó en el mercado de invierno. Como cabría esperar, el serbio ha mantenido su liderazgo y unas cifras equiparables a las de sus últimas campañas: 11 goles y 17 asistencias.
En cualquier caso, el problema del cuadro ajacied no han sido los números ofensivos. Ha anotado 86, que es el segundo mejor registro de la Eredivisie, solo tres por debajo del PSV Eindhoven. Su mayor debe ha sido, más bien, los duelos directos. Incapaz de superar en liga al AZ Alkmaar (3º), al propio PSV (2º) o al Feyenoord campeón de la mano de Arne Slot.
🤬 Año convulso de puertas para adentro
Era de esperar que, con este caldo de cultivo, la concordia interna no volase por los aires. Y así fue. Primero cayó Alfred Schreuder, el segundo de Ronald Koeman en el Barça, que venía el curso pasado de resucitar al Club Brugge belga ya como primer entrenador. Le ganó la Jupiler Pro League al Union St. Golloise cuando parecía casi imposible. Sus primeras sensaciones en Ámsterdam no se puede decir que no fuesen positivas, sino más bien lo contrario. Al Rangers le barrió (4-0) en su estreno en Champions, con un Mohammed Kudus estelar.
Para más inri, la propuesta era atractiva para el espectador, con ritmo en sus circulaciones, permutas constantes y sensación de riqueza táctica ofensiva. Pero resultó un espejismo y no volvió a vencer en un duelo europeo en toda la temporada, salvo el de vuelta contra el propio equipo escocés. Defensivamente, le creaban peligro con suma facilidad, además. Schreuder fue destituido con una racha de 14 derrotas en 26 y en su lugar llegó John Heitinga a finales de enero, no contrastado en el primer nivel y en condición de interino desde el filial.
El exjugador del Atlético de Madrid revirtió mínimamente la dinámica del Ajax y ganó más partidos (14 en 22 compromisos) que su predecesor. Incluso, eliminó al Feyenoord en semifinales de la KNVB Beker. En todo caso, el club ha confirmado que no continuará al frente del banquillo y ya buscan sustituto. Esta situación ha llevado a que Edwin van der Sar, icono del Ajax y del fútbol neerlandés, dimita como CEO de la entidad.
Todo ello sin olvidar que Gerry Hamstra fue despedido a mitad de curso como director deportivo, a los meses de que relevase a un Marc Overmars que salió cuando fue investigado por un presunto delito sexual. Esta es la realidad del hegemónico club de Ámsterdam, que se las prometía felices un año más, pero que ha visto como se tambalea hasta su estructura interna.