En una Copa del Mundo donde las revelaciones de Enner Valencia, Mohammed Kudus, Kaoru Mitoma o Jhegson Méndez, entre otros, se han hecho notar, la figura de decepción es casi unánime. El nivel mostrado por Kevin De Bruyne es sorprendentemente pobre, dentro de una Bélgica que, si bien parecía no llegar en un buen momento individual de sus principales estrellas, está dejando una imagen que roza lo anticompetitivo. Todo ello, inmiscuidos en un vestuario dividido y con insólitas declaraciones del centrocampista del Manchester City que no dejan indiferentes a propios ni a extraños.
⬇️ Paupérrimo rendimiento
Los pupilos por Roberto Martínez atraviesan, probablemente, su peor momento deportivo de los últimos años. En contextos diferentes, fueron ahogados por la presión agresiva canadiense y por el sólido bloque marroquí. Faltos de creatividad y ausentes de liderazgo. Carencias que sorprenden en un equipo que tiene a ‘KDB’ como estandarte. Un futbolista que, a las órdenes de Pep, siempre rema a favor, pero que, nada más lejos de la realidad, en su último partido con los red devils dio la sensación de ser hasta displicente.
De Bruyne recibió el premio a MVP del partido contra Canadá y admitió que había estado horrible y que se lo habían dado por ser quien es.
En cualquier caso, el problema de De Bruyne va más allá de lo futbolístico. En un imparable declive generacional y en pleno ocaso de Eden Hazard como líder, estrella y símbolo de Bélgica, Kevin debía dar un paso adelante. Asumir, con su fútbol, el futuro de un equipo con mucho presente. Y nada de nada, ni en intención, ni en ejecución. Porque, por encima incluso de la indulgencia, su juego en Catar está siendo escaso, plano y pequeño.
De Bruyne está errático, direccionando una jugada tras otra al limbo, por más que en su debut ante Canadá pudieran parecer acordes a las necesidades de su equipo. El belga interpretó cómo ser dañino ante una presión con muchas persecuciones uno contra uno por todo el campo, donde, además, las distancias entre futbolistas eran oceánicas y donde el equipo norteamericano tenía la inferioridad numérica en el centro del campo propia de un equipo que parte con doble pivote. Ahí, aunque Kevin sí supo identificarse como el tercer centrocampista que podía necesitar Bélgica, no tuvo ningún impacto en el marcador por su mala gestión de la transición ofensiva. Precisamente, uno de sus fuertes.
Contra Marruecos, De Bruyne perdió 28 balones y apenas completó 36 pases, de los cuales solo uno acabó en disparo de un compañero.
Donde más se atascan la mayoría de futbolistas es en contextos posicionales, sin espacios, por la obligación de llevar la iniciativa en campo contrario frente a un rival ordenado. Y ahí es donde De Bruyne suele ser agua en mitad del desierto belga, aunque en esta ocasión, frente a Marruecos, se limitó a colgar balones que ni tan siquiera parecían salir de sus botas, por imprecisos. Incapaz de mejorar las circulaciones por dentro, de atraer miradas que liberasen compañeros o de amenazar con su disparo de media distancia. Un partido completamente ausente de desequilibrio y personalidad por su parte, cuando menos podía permitírselo.
💬 Polémicas declaraciones
Cuestiones técnico-tácticas aparte, De Bruyne ha mostrado en este Mundial su versión más apagada. En una entrevista con The Guardian, grabada antes de viajar a Catar, dejó el titular más políticamente incorrecto, tal vez, de toda su carrera deportiva, secundado por unos matices que no dejaban en buen lugar ni a los veteranos, ni tampoco a la nueva hornada.
“No tenemos opciones de ganar el Mundial, somos demasiados viejos. Nuestra oportunidad era 2018. Tenemos un buen equipo, pero perdimos jugadores clave y tenemos algunos buenos futbolistas nuevos que vienen, pero no están al nivel que otros estaban en 2018″.
Kevin De Bruyne.
🔥 Vestuario incendiado… ¿por su culpa?
Las reacciones de otros capitanes, que se dieron por aludidos, no se hicieron de rogar. Jan Vertonghen respondió con un mensaje bastante contundente tras la derrota frente a Marruecos: “Supongo que atacamos mal porque también somos demasiado viejos adelante”, fueron las palabras del actual defensa central del Anderlecht. Unos días después, fue Thibaut Courtois quien, lejos de quitar hierro al asunto, echó más leña a un fuego que ya estaba lo suficientemente caldeado: «La edad no importa. Mira al Real Madrid con Modric, Benzema… Como equipo jugamos un poco diferente ahora. Es fácil decir que es la edad».
🇧🇪💥 Hoy han comparecido en rueda de prensa Eden Hazard y Courtois para aclarar todo lo que ha salido en las últimas horas y hablar sobre la 'final' ante Croacia.
Abrimos hilo 👇🧵 pic.twitter.com/aAdt8BEDwS
— El Balón Belga (@Balon_belga) November 29, 2022
Ante la división de vestuario, el ya retirado Vincent Kompany también quiso mandar un mensaje desde fuera: «Dura derrota, pero ahora es el momento de apoyar a nuestra selección. Esos son los muchachos que han creado tantos buenos recuerdos para la gente de nuestro país. Ellos están luchando. Necesitan nuestra ayuda. Ignoremos a los que odian y empujémoslos al próximo juego», alegó en sus redes sociales el actual entrenador del Burnley, en su intento por apaciguar las aguas de una Bélgica que ya parece haber dejado su last good dance.