Primera división

Antoine Griezmann vuelve a brillar: ¿podrá replicarlo con Simeone?

Vamos a recordar el Mundial de 2022 por la final, por la mañana que le dio Arabia Saudí a Argentina, por la que liaron los soldados de Regragui, por Harry Souttar, por la presentación en sociedad de Mohammed Kudus o Jamal Musiala, por la jugada de Messi a un Gvardiol que se tragó sin masticar a cada adversario —excepto a Leo—. Y vamos a recordarlo también por el nivel superlativo de Griezmann en modo todocampista, faltaría más. Antoine, con un rol que resultó ser un win-win para él y para el plan de Deschamps, brilló como nunca desde el último Mundial. Ahora toca comprobar si, en fondo y forma, ha vuelto para quedarse en un equipo que ya lideró antes de viajar a Catar.

🕴️➕🔨 Mediapunta libre, pero trabajador

Griezmann representó el nexo para conectar al equipo con y sin balón. Con ‘Grizzi’, a quien pocos igualan en lo que a visión de juego se refiere, Francia, encontró una figura para trazar rutas asociativas por dentro y que no todo se tuviese que gestar por fuera o al contragolpe. Apoyos a pocos toques, cambios de orientación para activar a los extremos en uno contra uno o lanzarlos al espacio…


Griezmann fue el máximo asistente del Mundial, empatado a tres con Harry Kane, Bruno Fernandes, Leo Messi e Ivan Perišić.


Fue su playmaker, pero no dudó ni un momento en ponerse el mono de trabajo y ensuciarlo cada partido. Como si la lavadora estuviese barata. Para presionar, para hacer coberturas, para replegar y hasta para repeler balones en área propia o en sus inmediaciones contra Marruecos. Lo hizo casi todo, excepto amenazar al portero rival. Ese fue su gran debe, aunque Francia no lo necesitaba. Este Atlético de Madrid tan plano, sin embargo, sí le requiere en la zona de castigo. Pero también en la de creación.

¿Es esta Francia ya la de Kylian Mbappé?

🤔 ¿Puede construir Simeone un entorno parecido?

Puede construir uno parecido, pero sin las individualidades que tenía, tiene y seguirá teniendo Deschamps, por mucho que le falten piezas por lesión. Y este Atlético de Madrid, precisamente, no va corto de perfiles y fondo de armario. Pero no tiene tanta autosuficiencia goleadora. Ni siquiera generadora de ocasiones. Y tiene una zaga cogida con pinzas, a la que debe arropar más de lo que demandaban los defensas galos, mucho más exuberantes.

Por tanto, en el Atlético de Madrid 2022/2023 que conocemos, Griezmann puede ser un director de orquesta, desde la mediapunta o como interior de 1-3-5-2 o 1-4-3-3. Ya ha llegado a actuar ahí en el último año, a buen rendimiento. Y, arriba, Diego Pablo tiene cómo acoplar el puzle con los Correa, Carrasco, Morata, João Félix o Matheus Cunha. Aunque los dos últimos apuntan a salir en invierno. Realmente, ahí, y en quien llegue a cambio, si es que hay fichajes, está la respuesta a si podrá montarle un parque de atracciones similar a Antoine, o si le necesitará marcando más diferencias en el último tercio que en el segundo.

🙄 ¿Debe hacerlo el ‘Cholo’?

Si se marchan Cunha y João Félix, no debería apostar por el Griezmann jugón, sino más bien por el finalizador que le salvó los muebles a comienzos de curso. El que entraba media hora por un tema de contrato y resolvía lo que el resto no conseguía en los primeros 63 minutos, sin él. Da la sensación de que Antoine pide, en este momento de su carrera y tras este Mundial, un rol «nuevo». El de hacer suyo el equipo.

Ahora bien, lo que le sobran a Simeone son centrocampistas, aunque ninguno del perfil que ha sido Griezmann en Francia. Visto lo visto, no estaría de más priorizar al Witsel central, independientemente de si es en línea de tres o de cuatro, con Kondogbia como pivote. O Koke, si le respalda con tres zagueros. En todo caso, los sustitutivos para el Antoine cerebral parecen Lemar, De Paul, Saúl y Llorente. Los volantes más mixtos, vaya. ¿Conviene priorizar la mejor versión de Griezmann por delante de estos? Seguramente sí.

Otro tema es si conviene hipotecarlos, en un equipo que apunta a seguir canino de gol. Porque, tarde o temprano, Antoine tendrá que volver a ganar partidos arriba, salvo que cambien mucho las cosas. Los dos últimos pueden ser carrileros en caso de emergencia, pero han demostrado que, ahí, no llega su mejor versión. Ni de lejos. Todo lo que sea alejar a Llorente y Ñíguez del ida-vuelta en la medular, no parece buena idea. Ellos no son creativos como Antoine, ni asociativos desde la pelota. Lo son desde el espacio, como Rabiot en Francia. Presumiblemente complementarios, por tanto.

A quien, teóricamente, restará protagonismo un Griezmann «a la francesa», es a De Paul y, especialmente, a Lemar. Estos podrían ser sus socios en muchos equipos, pero en uno de Simeone, se antoja más complicado. Todo dependerá, principalmente, de si una vez por todas, la dirección deportiva es capaz de escuchar al ‘Cholo’ y compensar la plantilla, en vez de aglutinar talento como si de una Liga Máster se tratase.

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