Josko
Mundial Catar 2022

Joško Gvardiol encabeza un Mundial de centrales

En un mundo de onces ideales, tierlists y todo tipo de rankings, nos teníamos que inventar la de buscar la mejor demarcación del Mundial. Los trequartistas empezaron levantando mucha expectación y los porteros están empeñados en erigirse como héroes nacionales ahora que llegaron las tandas de penaltis, pero, realmente, son los centrales quienes se llevan la palma esta vez, año y medio después de que, en la Eurocopa, se agenciasen este título virtual los laterales o carrileros. Una edición donde, quizá, los ‘9’ sean los que menos nivel están promediando. Sorprendente, por ser anacrónico con los tiempos en que vivimos y las formas fugaces de consumir fútbol.

🤤 Gvardiol, el jerarca de este Mundial

Si la venda de la muñeca marcó un antes y un después para Benzema, la máscara no ha sido menos para Joško Gvardiol. El central croata, a sus solo 20 años, no debió pasar una buena noche después de fracturarse la nariz el 9 de noviembre en el duelo de Bundesliga contra el Freiburg. Por el dolor físico y, sobre todo, por la incertidumbre de si iba a poder estar en Catar. Dicho y hecho. No solo entró en la lista definitiva de Zlatko Dalić, sino que, probablemente, haya sido la mayor consagración individual del torneo.


El RB Leipzig fichó en el verano de 2021 al canterano del NK Trešnjevka Zagreb y Dinamo Zagreb. Un año después, hizo un esfuerzo económico para renovarlo el 1 de septiembre, último día de mercado en el que sonó ya para varios clubes de renombre.


Un central zurdo, de los que nunca sobran, que tiene experiencia también en línea de tres centrales y como lateral izquierdo. De hecho, fue titular de lateral en la pasada Eurocopa, un mes después de cuajar un enorme Europeo sub-21. Con mucha determinación y corpulencia, por joven que sea, para ganar duelos, explosividad para dominar a campo abierto, y mucha técnica y personalidad defensiva para rebañar balones u ofensiva para conducirlos o filtrarlos. En lectura, que era su principal punto de mejora, también está creciendo a pasos agigantados. Paradigmático ver como, poco a poco, mejora su ímpetu y no va tan al límite en algunas acciones, por mucho que siga en el bando de los defensores de sangre caliente, aderezada con acciones de una frialdad impactante.

🙀 Nunca olvidaremos a Harry Souttar

La revelación absoluta entre los centrales más destacados del Mundial no es otra que la de Harry Souttar. A este no lo conocíamos. Con 24 años y una carrocería de 198 centímetros, el central australiano no solo ha sido un baluarte defensivo dentro del área, sino también contundente al cruce o anticipo. Ha sabido sacar partido a una envergadura particular y, especialmente, lo ha hecho a la vez que transmitía una garra que enamoró al aficionado más clásico y primitivo, al que la salida de balón le da completamente igual, y al panenkita de turno que puso la tele en busca de nuevos nombres que le diesen juego para llenar artículos como este. Si el Stoke City no asciende a Premier League, cuesta imaginar que continúe su día a día en la segunda división inglesa.

🤔 ¿La consagración de una nueva hornada?

Dayot Upamecano es otro de los jóvenes protagonistas de este Mundial, también captado en su día por la escuela Red Bull. Ante la falta de creatividad del centro del campo francés, ha sido, con su atrevimiento y claridad en salida de balón, mucho más que un defensor correcto en los primeros cuatro partidos. La nota negativa llegó ante Harry Kane, cuando exhibió que debe mejorar su medición de riesgos a la hora de salir de zona o medir su contundencia en balones divididos.

Timber o Aké, en representación de Países Bajos, también son dos «centrales modernos» a rescatar dentro del modus operandi de Van Gaal, en su búsqueda de zagueros expeditivos para atacar o para defender persiguiendo a su marca. Itakura, con Japón, o Rodri, en España, son pasadores de nivel en un fútbol cada vez más trabajado en salida de balón, que también han lucido atributos defensivos, cuando realmente no llegaban como certeza ahí.

🫣 Los centrales tapados

Para muchos, los próximos zagueros mencionados serán considerados café para muy cafeteros. Pero un café de esos amargos a los que, si les das la oportunidad sin prejuicios, compensan tu paladar con un notable alto. Mientras duraron los cuatro turnos de fútbol diarios, también hubo espacio para que brillase el tunecino Yassine Meriah y su exhibición frente a Dinamarca, ante la atenta mirada del mundo un martes a mediodía. O lo del saudí Hassan Al-Tambakti contra Argentina a las doce y pico de la mañana, en un inolvidable ejercicio de coordinación para tirar el fuera de juego, trazar coberturas a mansalva y despejes a granel.

Ambos se despidieron demasiado pronto en el Mundial. Lógico, pero doloroso, en cualquier caso. Como el hecho de no haber podido testar aún más las virtudes y defectos del desbordante ímpetu del serbio Strahinja Pavlovic, anticipando o yendo al suelo a cada acción como si fuese la última de su carrera. O del espigado camerunés Jean-Charles Castelletto, otro soldado para corregir a campo abierto y bastante aseado con el balón, por mucho que no siempre mida bien los riesgos. No pasó tampoco desapercibido el férreo marcaje de Giménez a João Félix, como si el uruguayo supiese que su todavía compañero quería abandonar el Atlético de Madrid. O el recital de Mohammed Salisu contra la Corea del Sur de Paulo Bento, que nos regaló una imagen que nuestro disco duro guardará a buen recaudo.

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👴🙌 Veteranos al poder

El Mundial de los avances tecnológicos, para terminar de ser anacrónico con el fútbol actual, quiso que fuesen los veteranos de guerra los que más se reivindicasen en la demarcación de central. Si es que lo necesitaban, que no está claro. Desde Koulibaly, que heredó con su contundencia a campo abierto y juego aéreo sobresaliente, el trono que dejó libre Sadio Mané por un tiempo; hasta el último baile de Pepe, Otamendi, Lovren, Glik, Thiago Silva o Tim Ream. Todos ellos bajo patrones bastante similares, para compensar su falta de explosividad a base de lectura posicional, máxima activación en las vigilancias mientras su equipo atacaba para preparar el momento de la pérdida, contundencia y dominio del área por su control aéreo.

Por mucho que los highlights sean mejores aliados de los jóvenes desequilibradores como Musiala o Kudus, esta Copa del Mundo quiso ser la de los centrales veteranos. Tanto, que a estas alturas de competición sigue sorprendiendo el nivel de El Yamiq, soberbio repeliendo balones en los cuartos contra Portugal junto a un Romain Saïss que, por muy mermado que llegue en lo físico, promete dar guerra hasta el final. Sabedor de que, probablemente, nunca antes un Mundial acaparó tantos reflectores hacia el gremio de los centrales como el de 2022.

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