Los pupilos de Diego Pablo Simeone no han vuelto del parón de selecciones con las mismas vibras con las que se fueron, aunque sí lograron madurar el encuentro para sumar de a tres (1-0) en una fría noche en el Metropolitano. Climatológica y futbolísticamente hablando. El partido tardó en romperse, mérito de un Mallorca que minimizó al Atlético de Madrid, pero entonces apareció el de siempre. Antoine Griezmann decantó la balanza con un solitario gol en el minuto 63 que mantiene la buena racha de los colchoneros, a la vez que acerca al galo al récord de Luis Aragonés. Ya solo le faltan tres dianas (170) para igualar al ‘Sabio de Hortaleza’ (173) como el máximo goleador en la historia del club.
🥱 Un primer tiempo plácido para los porteros
Tanto, que su trabajo se resumió en sacar de puerta de vez en cuando, dar algún que otro grito y reiniciar algún ataque que no terminó en nada. Ambos conjuntos se fueron a vestuarios sin rematar a portería y, lo que es más grave, sin dar demasiada sensación de peligro. Al Atlético de Madrid le tocó llevar la iniciativa y controló el partido, pero tampoco se puede decir que lo dominase en exceso. Samuel Lino fue quien más desequilibró desde el carril izquierdo, en su vuelta a la titularidad tras una lesión que no ha frenado su proyección como sustituto de Carrasco. En el Metropolitano ya casi nadie se acuerda del belga, qué mejor piropo que ese para el ex del Valencia.
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Koke, 600 partidos en rojiblanco ❤️🤍 pic.twitter.com/D7uUkxEq27
— Atlético de Madrid (@Atleti) November 25, 2023
En todo caso, Javier Aguirre volvió a ejercer como dentista de la competición y, después de empatar (2-2) ante el Barcelona, estuvo cerca de hacer lo propio en su visita al Atlético. Generó muy poco peligro hasta el tramo final y Abdon Prats fue una isla desierta como único ‘9’, pero desnaturalizó a este inspirado equipo de Simeone desde hace meses. No es poca cosa. Los locales no fluyeron pese a tener un 67% de la posesión ante ese bloque bermellón que no se hundió en su área y que recuperó la línea de cinco zagueros que les dio la temporada pasada la solidez que no están encontrando este curso.
🔪 El Atlético fue a por el partido…
Tras la reanudación, los rojiblancos salieron con el cuchillo entre los dientes y, aunque no completasen el segundo tiempo que cabría esperar, ante un rival que no atraviesa un buen momento, sí incrementó su producción ofensiva. Especialmente, a través de situaciones de centro lateral, que encontraron a Álvaro Morata dentro del área. El delantero español tuvo hasta tres situaciones para romper las tablas y Correa tampoco concretó la siguiente, pero quien no perdonó fue Antoine Griezmann, el desatascador por antonomasia del Atlético de Madrid.
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En el Metropolitano, el Rey se llama Antoine. #LALIGAEASPORTS #LaCasaDelFútbol pic.twitter.com/9QqZd8tAun
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El jugador franquicia de Simeone no tuvo un partido plácido e, incluso, pasó de puntillas en el primer periodo, desde la doble mediapunta del 1-3-4-2-1 junto a Correa. Más tirado a la izquierda que de costumbre, entró poco en juego y su equipo lo acusó, pero apareció a tiempo para marcar el tanto de la victoria con un cabezazo lejano inapelable. ¿Quién dijo que el próximo máximo goleador en la historia del club no es también un gran cabeceador? En la mejora del Atlético tuvo que ver mucho el papel que jugaron los centrales exteriores, desde un Azpilicueta que volvió a interpretar bien las necesidades de su equipo y sumó muchos metros en conducción para después centrar, hasta un Mario Hermoso que, en otra acción de ese calado, le sirvió en bandeja la asistencia a Antoine.
⌚ … pero terminó pidiendo la hora
También mejoró el Atlético a raíz de los cambios de Simeone, que llegaron justo antes del 1-0. De Paul entró en lugar de Koke y Rodrigo Riquelme sustituyó a Correa, para jugar por delante de Samuel Lino durante unos minutos, hasta que el ‘Cholo’ retiró al brasileño. Los deberes parecían hechos, aunque el arreón final del Mallorca puso en jaque a los locales. También acertó Aguirre con su gestión de campo, porque el ingreso de Cyle Larin como referencia para ganar el juego directo, y el de Amath Ndiaye para revolotear a su alrededor y atacar la profundidad, le dio alas al conjunto insular.
Sin nada que perder, el Mallorca creció, ganó metros sobre el campo e intimidó al Atlético de Madrid más en el cuarto de hora final que en el resto del choque. La más clara fue para el propio Ndiaye, que no encontró portería en el mano a mano, tras un robo de Sergi Darder a Pablo Barrios que él mismo lanzó el ataque en vertical. Hubo tiempo para ver a Memphis dos meses después de su última presencia e, incluso, el neerlandés dejó un par de remates que tampoco fueron entre palos. No fue el día más preciso en el remate para los mortales. Quien no pudo volverse a vestir de corto fue Reinildo Mandava, aunque sí entró en la convocatoria por primera vez desde el 25 de febrero.
Una fecha que, a los más conspiranoicos, puede darles que pensar. Parece mentira que a raíz de su grave lesión de rodilla, cuando ejercía como líder de esa defensa, llegase la mejor versión del Atlético de Madrid. Desde enero, los colchoneros permanecen invictos en su feudo y encadenan ya 16 victorias consecutivas, que le acercan a lo más alto de la clasificación. Dormirán terceros, con los mismos puntos que un Barcelona que abrió la jornada sabatina con pinchazo (1-1) en Vallecas; a solo uno del Real Madrid y a tres del Girona. El Mallorca, por su parte, sigue en caída libre, aunque todavía se mantiene fuera del descenso. Más por demérito de Celta, Granada y Almería, que por su desempeño en una liga en la que aspiran a ser el equipo decepción, por mucho que incomoden a los de arriba.