Jude Bellingham parece que ha perdido su idilio con el gol del principio de temporada. Parece que queda lejos ese frenesí anotador de sus primeros partidos de blanco, lo que ha dado lugar al nacimiento de otra versión del inglés. Tanto es así que ha surgido el debate sobre si el Bellingham decisivo en los metros finales es más decisivo que el todocampista que es ahora. Por ello, ante la dualidad futbolística de uno de los nombres propios de este curso, solo quedan los datos para resolver la pregunta del millón. ¿Es mejor cuándo marca o cuándo no lo hace?
La explosión comercial de Jude Bellingham promete romper todos los récords
⚔️ Los números del Bellingham delantero
Por mucho que pudiese sonar raro hace unos meses, ya nadie duda de que Bellingham es un delantero más en el Real Madrid. Ancelotti le ubicó en la mediapunta, y el de Birmingham explotó todo su potencial goleador. Pasó de ser un gran interior a ese delantero que infunde temor en los rivales con su mera presencia. Sus 15 contribuciones de gol en sus 15 primeros partidos le ubicó a la altura de Cristiano Ronaldo y Alfredo Di Stéfano, lo que malacostumbró al público del Santiago Bernabéu. Durante ese lapso de tiempo, los números del inglés fueron tremendos en varias métricas. Era el jugador total.
A lo largo de los 15 partidos en los que ha marcado gol con el Real Madrid, Bellingham tiene los números habituales de un delantero completo. Es la definición de hombre orquesta, pues es capaz de generar juego para su equipo, ganar duelos y ser decisivo en el área contraria. La notable diferencia de sus tantos anotados respecto a los expected goals (18 por 8,86) muestra su letalidad y lo tremendo que es como goleador desde el plano estadístico.
⚙️ Los datos del Bellingham centrocampista
La otra cara de Bellingham viene en los partidos en los que no marca. En estos, si solo se le presta atención a los números, parece que se está analizando a un futbolista diferencia. Cuando no le salen las cosas de cara a puerta, ha demostrado que su fútbol va más allá de lo que suceda en las áreas. Aunque el inglés pierda mordiente y presencia en el área, el equipo gana empaque. Esa concepción de hombre orquesta no solo sigue vigente, sino que se refuerza. Su partido de Copa ante el Atlético de Madrid en el Metropolitano da buena fe de ello, pues dio una exhibición sin necesidad de marcar gol. Pese a la derrota del Real Madrid en la prórroga, mostró lo que debe hacer un centrocampista cuando las cosas no salen bien.
Los números que promedia Bellingham en los partidos en los que no marca gol muestran a la perfección esa dualidad entre el goleador y el centrocampista. En las estadísticas relacionadas con la finalización está peor, pero en el resto es superior. Suma más toques, duelos ganados, pases clave, regates y pierde menos el balón. En lo único que se le acerca el Bellingham goleador al centrocampista es en el acierto en el pase, pues ambos suman un más que destacable 89% de éxito. Pese a ser el mismo futbolista, sabe cuando cambiar el registro para acercar a los suyos a la victoria. Pone ese virtuosismo camaleónico al servicio de Carlo Ancelotti. Él puede ser dos futbolistas en el mismo partido si es que se le demanda.
Bellingham ha demostrado ser tan decisivo como centrocampista que como delantero.
💭 ¿Cuál es mejor para el Real Madrid?
Esta dualidad entre el Bellingham voraz y el Bellingham todocampista genera una incógnita que hay que resolver. Por mucho que los dos sean increíblemente buenos, tiene que haber uno que sea mejor por los intereses del Real Madrid. La lógica invita a pensar que el que es más necesario es el que marca diferencias en el área, pues ahí es donde se encuentra el mayor déficit de la plantilla madridista. Sin embargo, el que se aleja del gol acerca, irónicamente, a los suyos al área. Ambos son la cara de una misma moneda tremendamente valiosa.
La explosión comercial de Jude Bellingham promete romper todos los récords
Por eso mismo, esa duda que se plantea es errónea. Bellingham muta su fútbol en función del partido, no depende de qué forma es mejor. Dentro del esquema del Real Madrid en forma de diamante, es capaz de dejar fluir su fútbol y actuar por instinto. Esa posición que parece encorsetada a la mediapunta no lo es en la realidad, pues le otorga esa libertad que necesita para ser el futbolista que demanda su equipo en cada situación. Bellingham es, en última instancia, el molde sobre el que aparecerán jugadores en el futuro. Cada vez serán más completos y polifuncionales, tal y como es el inglés durante sus primeros partidos como madridista.
Ancelotti, por tanto, puede respirar tranquilo. Cuando el resto pueden darle dolores de cabeza, la extrema polivalencia del inglés es su medicamento. Si necesita dar cabida a otro futbolista, sabe que puede ubicar al inglés en donde sea. No va a cerrar una puerta, sino que va a abrir una ventana para volver a conceptuar el tremendo talento del de Birmingham. Así, mientras el mundo se pregunta sobre qué Bellingham es mejor o por qué ya no marca tantos goles, el Real Madrid sigue avanzando.
